Un ex policía bonaerense y el hijo de un ex agente del Servicio Penitenciario serán juzgados desde octubre próximo acusados de asesinar en 2007 a tres policías que custodiaban la planta transmisora que el Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires posee en la localidad de Arana, en las afueras de La Plata.
Se trata de Marcos Casetti, un ex compañero de los policías asesinados, que deberá someterse a juicio oral y público por los delitos de “homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, con alevosía por haberse cometido con el objeto de procurar su impunidad y perpetrado en razón de la condición de policías que revestían las víctimas, en concurso real con robo agravado por el uso de armas de fuego aptas para el disparo”.
Una fuente judicial explicó a Télam que junto a Casetti se sumó el pedido de elevación a juicio contra Mariano Ezequiel Filippi Medina, el hijo de un ex agente del Servicio Penitenciario de Buenos Aires que fue detenido en julio pasado tras permanecer varios meses prófugo.
Es que la causa por el triple crimen de los policías Alejandro Vatalaro, Ricardo Torres Barbosa y Pedro Díaz, ocurrido el 19 de octubre de 2007, sufrió un vuelco importante cuando la investigación pasó a la órbita de la Fiscalía de Delitos Complejos. La fiscalía a cargo de Esteban Lombardo, Jorge Paolini y Victoria Huergo, dio crédito a un video filmado por el ex policía mientras estaba detenido en la Unidad 9, en el que involucró en los crímenes a Medina y a Fernando Darío Maciel, hasta hoy prófugo.
Según ese video, el objetivo de ingresar a la planta transmisora era el de robar equipos de comunicaciones para armar una banda de secuestradores y producir un hecho de impacto político a pocos días de las elecciones.
Los fiscales descartaron la pista pasional y la de una banda mixta de policías y ladrones que se habían investigado en una primera etapa, por lo que intensificaron la pesquisa en la hipótesis planteada en el video.
Así, en noviembre del año pasado pidieron la elevación a juicio para Casetti en base a una serie de pruebas recolectadas en la causa como huellas dejadas en un llavero, testigos de identidad reservada que lo vieron salir de la planta transmisora y la desaparición de su pistola 9 milímetros, con la que se habrían cometido los crímenes.
Tras ese pedido, los fiscales se centraron en las pruebas que incriminan a Filippi Medina y pidieron esta semana la elevación a juicio, lo que fue convalidado por la jueza de Garantías Marcela Garmendia. Además de la confesión de Casetti, los fiscales detectaron innumerables llamados telefónicos entre el ex policía y Filippi Medina antes, durante y luego del triple homicidio, y hallaron unos papeles escondidos dentro de su notebook que lo involucran en la causa.
Una fuente judicial detalló que si bien el pedido de juicio a Filippi es posterior al de Casetti “seguramente serán juzgados los dos juntos en octubre próximo por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de La Plata”.
En la causa, aún permanece prófugo Fernando Maciel, cuyo ADN fue encontrado en la escena del crimen y a pesar de tener un pedido de captura internacional, aún no pudo ser localizado.
Una fuente judicial precisó también que a pesar de que Casetti confesó en el video que fueron tres los hombres que entraron a la planta transmisora la noche del 19 de octubre, en la escena del crimen se halló ADN de una cuarta persona que no pudo ser identificada aún en la investigación.
Alejandro Vatalaro, Ricardo Torres Barbosa y Pedro Díaz fueron atacados de manera sorpresiva cuando estaban de guardia en la planta transmisora y dos de ellos fueron apuñalados y rematados con un tiro en la cabeza mientras que otro recibió cuatro disparos cuando trataba de escapar del ataque.
En la primera línea de investigación que giró en torno a lo pasional, se detuvo a dos hombres que luego fueron liberados y luego, cuando se investigó a una banda mixta de ladrones y policías, se apresó a otros cinco que también fueron desvinculados de la causa meses después.