Kamenszain estudió filosofía, trabajó desde muy joven en el periodismo para después dedicarse a la enseñanza de la literatura y a partir de sus libros de poesía traducidos a distintas lenguas es considerada una de las voces que influyeron sobre las nuevas generaciones de poetas.
En el territorio versátil de la escritura, la autora dejó potentes libros de poemas como La novela de la poesía, que reúne en un solo tomo sus diez libros dedicados al género y ensayos como «El texto silencioso», «La edad de la poesía» y «La boca del testimonio». Y también se animó a la novela: lo hizo en 2018 con El libro de Tamar, un híbrido entre texto autobiográfico y novela, que arranca cuando encuentra un poema escrito y dedicado por su ex marido Héctor Libertella durante el proceso de separación.
El libro, que por estos días está siendo adaptado por la realizadora Analía Couceyro para el cine, es una crónica del desamor, un relato sentimental de encuentros y desencuentros con el escritor que tuvo como origen los cinco versos que Libertella deslizó bajo la puerta de la poeta tras su separación. Habían estado casados veinte años, eran padres de dos hijos y habían compartido lecturas y proyectos, pero mientras ella esperaba una nota que demostrara que la reconciliación era posible, se topó con unos versos en los que su ex marido jugaba con las seis letras de su nombre, “Tamara”, “Tamar amar”, “Trama mar”.
Uno de sus últimos libros publicados fue Libros chiquitos, donde compendia desde autores que la impulsaron a escribir, pasando por clases que le mostraron nuevas formas de lectura y escritores que la ayudaron a ampliar los sentidos de su oficio como periodista o bibliotecaria hasta distintos momentos de su vida.
«La gente en general suele acercarse a leer poesía cuando tiene que digerir alguna situación límite, si no, le suelen huir y dicen que no la entienden. Lo mismo para quien escribe poesía: se dice que los mejores poemas suelen tener que ver con muertes cercanas, grandes pérdidas, como si uno encontrara en el reservorio del género algo más directo para decir. Ahí las metáforas caen, dejan de ser artificios y se pliegan a lo real», sostuvo la escritora en diálogo con la agencia de noticias Télam a propósito de la publicación del libro, que forma parte de la colección Lectores de la editorial Ampersand.
Hace unas semanas, la escritora había dado a conocer también Chicas suspendidas (Eterna Cadencia), una obra en la que a través de una voz que entremezcla narrativa, poesía y ensayo traza una semblanza de los lugares en disputa dentro del terreno poético y algunas posturas que quedaron obsoletas en el camino hacia la belleza estética.
A lo largo de su carrera, Kamenszain recibió reconocimientos como el Konex de Platino en 2014, el Premio de la Crítica de la Feria del Libro, el Primer Premio de Poesía Festival de la Lira, el Primer Premio Municipal de Ensayo, la beca de la Fundación John Simon Guggenheim y la Medalla de Honor Pablo Neruda del Gobierno de Chile.
Fue además fundadora y asesora general de la Licenciatura en Artes de la Escritura de la Universidad Nacional de las Artes (UNA).