El actor estadounidense Mark Margolis, conocido por sus papeles en varios films del cineasta Darren Aronofsky y especialmente recordado por haber encarnado al inolvidable Héctor Tío Salamanca, uno de los capos narco de la exitosísima serie Breaking Bad, murió en Nueva York en las últimas horas, a los 83 años.
Según el sitio especializado Vulture, el intérprete falleció el jueves y la noticia fue dada a conocer este viernes por sus representantes a través de un comunicado.
«Tanto como actor y como persona, la perdurable excelencia y la naturaleza amable de Mark dejaron una impresión indeleble en aquellos que fueron lo suficientemente afortunados de colaborar con él y de conocerlo. Sin dudas lo vamos a extrañar», expresaron desde su equipo de managers.
Nacido en Filadelfia en 1939, Margolis se mudó a la Gran Manzana en su adolescencia, y pronto se transformó en un devoto aprendiz de la legendaria docente de actuación Stella Adler y luego de su colega Lee Strasberg, aunque su camino comenzó como asistente y poniendo el pie en otro tipo de trabajos antes de desembocar plenamente en el rubro que lo hizo saltar a la fama.
Durante las décadas de los 70 y los 80 cosechó una serie de roles de menor categoría en películas como Caracortada (1983, de Brian De Palma) y en series de televisión como el thriller de espionaje The Equalizer y la novela Santa Barbara; y luego, en los 90, ocupó algunos papeles no principales pero bastante memorables, como en Ace Ventura, un detective diferente (1994) y en la recordada serie Oz, de HBO.
También en esa época se convirtió en uno de los actores recurrentes para Aronofsky, que lo incluyó en los elencos de seis de sus filmes Pi (1998), Réquiem para un sueño (2000), La fuente de la vida (2006), El Luchador (2008), El cisne negro (2010) y Noé (2014).
Pero aunque también dejó en su haber trabajos en otras cintas como El caso Thomas Crown (1999) y Desapareció una noche (2007), el personaje que realmente lo llevó a otro nivel de popularidad fue el de Héctor Salamanca en la serie creada por Vince Gilligan, con Bryan Cranston como un profesor de química que es diagnosticado de cáncer y decide lanzarse al mundo de la «cocina» de metanfetaminas para dejarle un sustento a su familia.
Caracterizado como un débil anciano que sólo podía comunicarse a través de una campana instalada en el apoyabrazos de su silla de ruedas, el Tío se volvió uno de los integrantes más apreciados de ese universo por parte de las audiencias, que tras su explosiva muerte en la ficción, crearon un sitio web tributo en el que los usuarios podían hacer sonar una campanita en su honor: «Le digo a la gente que soy el segundo campanero más famoso después de Quasimodo. Soy yo y Quasimodo», bromeaba en 2016 en declaraciones a la prensa.
Luego de recibir nominaciones en 2011 y 2012 en los Saturn Awards y en los premios Emmy por ese rol, que lo obligaba a desplegar sus capacidades actorales ya que sólo podía usar su rostro para expresarse, Margolis tuvo la oportunidad de volver a ponerse en esos zapatos con la precuela Better Call Saul, donde pudo dar vida a una versión más joven y activa del Tío.