Nacido en el barrio porteño de San Cristóbal en julio de 1926, Atilio Stampone fue un destacado y finísimo compositor, un intérprete que descolló desde edades tempranísimas pero también una referencia ineludible de sus compañeros músicos, habiendo presidido la referida Sadaic en dos oportunidades y siendo también director de la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, entre otras tareas y distinciones.
Además, Stampone compuso música de películas, entre ellas la de La historia oficial de Luis Puenzo, que ganó el Oscar en 1986 y de films de Leopoldo Torre Nilson como Un guapo del 900 y La mano en la trampa, por el que se llevó el Cóndor de Plata que entrega la Asociación de Cronistas Cinematográficos Argentinos como mejor banda sonora.
A lo largo de su extensa carrera dirigió varias orquestas, siendo convocado como a partir de proyectos propios, e integró como pianista otras destacadísimas formaciones, como la de Astor Piazzolla del 46 al 48, la de Aníbal Troilo y Pedro Maffia, entre más.
Justamente Piazzolla, que lo convocó nuevamente para el Octeto Buenos Aires en 1955, y Horacio Salgán, fueron sus grandes influencias en los arreglos, para un músico que desarrolló sus propias ideas y conceptos y tuvo siempre un fino oído que lo unió a la tradición e historia del género.
Entre sus composiciones se destacan obras como la inmanente “Afiches”, junto con “Con pan y cebolla”, “De Homero a Homero”, “Desencanto” (todas con letras de Homero Expósito), “Viejo gringo” (dedicada a su padre), “Aguatero”, “Cadícamo” (con letra de Enrique Bugatti), “Ciudadano”, “Concertango”, “El Nino”, “El Tapir”, “Fiesta de mi ciudad” (con letra de Andrés Lizárraga), “Fiesta y milonga” (milonga con letra de Eladia Blázquez), “Impar”, “Mi amigo Cholo” (letra de Albino Gómez), “Mocosa” (letra de Andrés Lizárraga), “Para violín y piano”, “Romance de tango” y “Un guapo del 900”.
En 2003 fue distinguido con el título de Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y también fue Académico de Honor de la Academia Nacional del Tango, entidad desde la que compartió su historia y su saber en inolvidables veladas en las que recorría con notable conocimiento la historia de la canción porteña que lo tuvo como uno de sus protagonistas, creadores e intérpretes.
De este modo, el pianista se erigió en una de las figuras relevantes del tango del siglo pasado con una obra plural y diversa, donde pueden convivir tradición y novedad y donde se destacan también sus arreglos para los tres discos que grabó junto a Roberto Goyeneche.
Atilio comenzó a tocar el piano que le regaló su hermano Giusseppe, 14 años mayor, en la convalecencia de una operación en su niñez y desde muy temprano conoció el rigor del profesionalismo.
Sus primeras actuaciones fueron en el conjunto de su hermano, conocido como Pepe, el Tano Tango y a los 15 años debutó profesionalmente en la orquesta de Roberto Dimas en las veladas del Café Marzotto, donde lo escuchó Pedro Maffia, que un año después lo llevó a su orquesta del cabaret Tibidabo, con anuencia de su padre pero con la obligación de que terminada la función se subiera de inmediato al tranvía 16. Stampone tenía entonces 16 años y cursaba el colegio nacional.
Más tarde llega a la orquesta de Aníbal Troilo cuando Piazolla se desvincula y después es pianista de la orquesta de Astor entre 1946 y 1948, luego fue solista de Mariano Mores en teatros musicales y colaboró con Cobián.
En 1950, Juan Domingo Perón le facilitó una beca para perfeccionarte en el Conservatorio Santa Cecilia de Roma, pero estuvo solo un tiempo y prefirió seguir tocando, en una extensa gira por Europa y Asia, regresando al país en 1953, ocasión en la que se unió a otro grande del tango, el bandoneonista Leopoldo Federico, con el que fundó su primera orquesta, de gran suceso.
Para 1958 volvió a ser convocado por Piazzolla para el mítico Octeto Buenos Aires, estando allí dos años hasta que lidera emprendimientos musicales propios. En 1964 inauguró otro mito: Caño 14, famoso reducto del tango en una época no tan dorada y ese año salió de gira por países de Europa del Este, Brasil y Colombia, durante seis meses.
Para 1972 arma la orquesta típica Atilio Stampone e inicia históricas grabaciones con el Polaco Goyeneche. Su actividad es inabarcable, diversa, permanente: en 1995 se presenta con el Ballet Argentino de Julio Bocca en Nueva York y en los años siguientes sale de gira con la compañía del bailarín por Europa y Asia, estrenando en 1997 en el Luna Park su obra propia Concertango, interpretada por Bocca y con coreografía de Ana Stekelman. En 2000 queda al frente de la Juan de Dios Filiberto, a la que dedicó todo su saber y calidad artística.
“Está bueno que la gente vuelva a aferrarse a los géneros populares en los últimos tiempos para saber dónde está parada, porque si no siente que pierde su identidad”, dijo con sabiduría y apostando a un resurgir, en charla con la agencia de noticias Télam en 2006.
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