«Qué gusto tiene la sal», preguntaba para que los pequeños respondieran el obvio «salado». Fue una de las muletillas con la que Carlos Salim Balaá Boglich se ganó corazones infantiles y no tanto durante medio siglo de trayectoria artística. Había nacido el 13 de agosto de 1925 en Buenos Aires y, claro, su apellido libanés no era muy adecuado para presentarse, por lo que lo acortó a Balá. Sus allegados informaron que Carlitos falleció en la noche de este jueves, a los 97 años, en el Sanatorio Güemes porteño. Allí lo habían trasladado poco antes de urgencia por un cuadro de hipotensión –presión arterial baja– desde la casa de Recoleta donde residía.
Carlitos Balá falleció a las 21.30, comunicó su nieta Laura Gelfi. “Estamos devastados, pero unidos, y así se fue él, con la familia unida y mucho amor”, dijo la joven. “Tuvo mareos en su casa, lógico de su edad, y lo llevaron al sanatorio. Los médicos decidieron dejarlo en observación”, había informado antes del desenlace el representante del actor y comediante, Maximiliano Marbuk.
Te pasaste, Petronilo
Con Aquí llegó Balá habría las presentaciones televisivas quien siempre, y sin importar el paso del tiempo, fue conocido como Carlitos. Instaló términos y frases que se repetían hasta el cansancio en todos lados. Sumbudrule o Sucutrule, Chupetómetro (para que los chicos dejaran el chupete), Angueto quedate quieto (por el perro invisible, todo un logro), Fabulósico, Mirá cómo tiemblo, Te pasaste, Petronilo, Señoras, señores y por qué no lactántricos, entre muchas otras fueron marca de identidad de varias generaciones que lo seguían en la televisión o lo iban a ver a los teatros o los circos.
De recitador de bromas ambulante en la línea de colectivos 39 de Chacarita a referente familiar de un humor inocente, sin golpes bajos, con picardía sin maldad. Había celebrado sus 97 años el 13 de agosto último, con su familia.
El padre de Carlitos era de origen libanés. Su madre, croata. Quizá la veta profesional le haya picado de niño, cuando participó de un concurso de radio, en el que se presentó como Carlos Valdez y que ganó. Fue su entrada el medio. Comenzó, ya con el Balá como apellido artístico, con un personaje «muy nervioso» que prendió enseguida con sus chispas de humor.
De las ondas sin imagen pasó a la TV como integrante de La revista dislocada, junto a Délfor Dicásolo. Algún chisporroteo entre ambos le marcó otros rumbos, y así pasó a integrar un trío cómico junto a Jorge Marchesini y Alberto Locati. Eran Los tres…, y salían por Radio El Mundo con la locución de Antonio Carrizo. El terceto tuvo gran éxito. Pero se disolvió en 1960, y cada integrante siguió por su cuenta. El que más perduró en la memoria fue Carlitos.
Comenzó a participar en La Telekermese Musical en Canal 7, también le ofrecieron ser Joe Bazooka y participó en El show de Antonio Prieto y en El show de Paulette Christian, y con su personaje de Jacobo Gómez participó en Radio Splendid. En 1962 participó en Telecómicos, por Canal 9 y en Calle Corrientes, por Canal 7 así como en El show super 9 con Mirtha Legrand y Duilio Marzio. En 1963 debutó en la obra teatral Canuto Cañete, conscripto del siete, y por su gran éxito en Canal 9 lo contrataron para que conduzca su propio ciclo Balamicina. A fines de ese año filmó la película Canuto Cañete, conscripto del siete.
Canal 13 lo contrató en 1964 para el ciclo El soldado Balá, y despegó una carrera que tuvo su mejor pasar en alas décadas de 1960 y 1970. De entonces son los programas El flequillo de Balá (con libro de Aldo Cammarota), El clan de Balá (libros de Mesa, Basurto y Garaycochea). También su participación en los Sábados Circulares, de Nicolás Mancera, Balabasadas, El circus show de Carlitos Balá, El circo mágico de Carlitos Balá y El show de Carlitos Balá, que volvió en 1987 y con esa edición ganó el premio Martín Fierro a mejor programa infnatil, en ATC, donde antes había tenido otra edición, en 1979, en dictadura y con el canal estatal intervenido.
El cine también lo tuvo como protagonista. Entre ellas, las películas del ciclo Canuto Cañete. Fueron 18 films. ¡Esto es alegría!, Brigada en acción, El tío Disparate, ¡Qué linda es mi familia!, entre otros.
En 1995 Carlitos Balá protagonizó A jugar con Teddy y Carlitos Balá. Después, intervino en algunos ciclos como Son de diez y Como vos y yo, en el Canal 13.
Julián Weich lo invitó en septiembre de 2009 al programa Justo a Tiempo, en Telefe. Allí prometió donar el «chupetómetro» para el trance de abandonar el chupete. El aparato estaba, contó, en el living de su casa.
Ya grande, hizo giras con su circo por todas las provincias. En 2009 acompañó a Piñón Fijo en su show y en 2011 participó junto a la conductora infantil Laura Franco en el espectáculo Panam y circo. Ese mismo año, la línea 39 homenajeó al cómico que de pibe e subía a los colectivos para ganarse unos pesos haciendo bromas y ploteó los vidrios de las unidades como regalo para su cumpleaños 86.