“La verdad es que a los chinos les soltaron la mano”, aseguró Pablo Barello, abogado y delegado en Rosario de la Cámara de Autoservicios y Supermercados Propiedad de Residentes Chinos en la República Argentina (Casrech), a una semana de los saqueos que dejaron como saldo cuatro muertos. La semana próxima quedarán precisados como cálculos promedios cuáles fueron los daños que sufrieron los más de 20 autoservicios de dueños asiáticos que fueron desmantelados. “Nos reuniremos para saber qué actitud tomar y cómo se sigue adelante. Lo que pedimos, tanto a la provincia como a la Nación, es más seguridad; porque amén de una cuestión comercial, ellos cumplen una función social, porque están instalados en lugares a donde no quiere ir nadie”, agregó Barello. En Rosario hay entre 250 y 300 súper de origen chino habilitados y una decena de ellos aún no reabrió sus puertas después de los saqueos.
“No se sintieron respaldados por el gobierno provincial desde el primer día; cuando ya había movimientos extraños, los móviles de la policía no llegaron y cuando llegaron ya era tarde. Sólo en Rosario hubo 20 súper que fueron desvalijados y otros tantos que sufrieron robos pero no con vandalismo, la mitad no volvió abrir sus puertas y se perdieron las ventas navideñas y de fin de año, y es mucha mercadería estacional que se inutilizó”, explicó el abogado de la Cámara, quien se alarmó por la modalidad violenta con que ocurrieron los hechos, ya que “lo que no se pudieron llevar lo destruyeron”. Además coincidió con el representante de la Cámara a nivel nacional, Miguel Ángel Calvete, en un punto: “Digámoslo, aquí además hubo xenofobia; tienen que trabajar mucho para instalarse, lo que tuvieron que pelear por ser extranjeros y muchas veces salta el tema, no es casualidad que el 95 por ciento de los saqueos ocurriero en los súper chinos; el Carrefour estaba protegido con patrullero”, explicó.
“Algunos recién se animaron a abrir ayer (por el miércoles), otros todavía no; no había seguridad, la policía que no los defendió, después los asustó. Sin embargo, lo positivo es que se tomaron declaraciones indagatorias y la Justicia detuvo a personas, es una buena señal, se consideraron los hechos como delictivos, distinto a lo que ocurrió en 2001, por ejemplo”, agregó el abogado, quien no descartó lo ocurrido por internas políticas y policiales.
Una de las especulaciones que circularon para encontrar algún argumento que justificara la falta de seguridad en los locales decía que “los chinos no le pagan a la Policía”. Barello descartó de plano y siguió: “Los que más contribuyen con la policía en el tema adicionales son los chinos y lo pagan en las comisarías, pagan adicionales a policías del barrio. Y, justamente, un adicional sacó un revólver y mató a una persona… En días como estos, que están las Fiestas en el medio, pagan tres mil, cuatro mil pesos por día en adicionales. A nivel institución, el Carrefour va y habla con el ministro de Seguridad, los chinos hablan con el comisario de su seccional y acá les soltaron la mano los comisarios de zona. El chino es un tipo solo, no tiene lobby, le soltaron la mano y al Carrefour no le soltaron la mano, ni en Buenos Aires, ni en Rosario, no pudieron entrar”, graficó.
A la hora de explicar por qué siendo casi 300 autoservicios solo en Rosario no pudieron conformar una cámara que los agrupe como sector, el abogado explicó: “El tema es que son familias, no hay grandes propietarios; les cuesta agruparse porque la mayoría son competidores. Son como el Centro de Almacenero de Rosario, ¿qué pueden hacer? La Cámara de Supermercadistas de Rosario, que la manejan cuatro tipos, tiene mucho más poder de lobby. La estructura del súper chino es una familia trabajando con tres o cuatro personas más y de lunes a lunes. Están en lugares que muchos rosarinos no se animan a ir en auto”.