Desde la cero de hoy se estará celebrando la “fiesta” de San Cayetano, el patrono del pan y del trabajo. La masiva jornada que se conmemora cada año contará, esta vez, con una particularidad: el templo de Buenos Aires y Riobamba, que se alza en honor al santo italiano, será declarado “santuario arquidiocesano de San Cayetano” por el arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan.
Para hoy se prevé una fiesta diferente: la declaración de la iglesia como “santuario” y la presencia del arzobispo Mollaghan prometen la presencia de miles de fieles. Por eso, por lo especial que será este año, la iglesia abría sus puertas a la medianoche de ayer, con la “Solemne apertura de las Puertas del Templo” y la Santa Misa presidida por el Arzobispo Monseñor José Luis Mollaghan.
A lo largo de la mañana, desde las 5 hasta las 12, habrá misa a cada hora. Pasado el mediodía, más precisamente a las 15, comenzará la procesión hasta la plaza de la Libertad, donde se oficiará la santa misa, otra vez por el arzobispo Mollaghan. Luego, desde las 18 y hasta las 23, volverá a haber misa a cada hora. Y quien quiera confesarse, podrá hacerlo durante toda la jornada.
Un santuario es “un lugar de gracia que se distingue por la afluencia constante de peregrinos que se acercan a rezar, a pedir, a dar gracias”, describen en el templo de Buenos Aires al 2100. La iglesia de San Cayetano es reconocida en la ciudad por la gran cantidad de creyentes que se acercan todos los días, en particular el 7 de cada mes, y masivamente los 7 de agosto. El año pasado, por caso, se calculó que llegaron 200 mil fieles a pedir y agradecer al santo del trabajo.
Marcelo Olivera es rector del santuario. Mientras se encarga de los últimos preparativos para la celebración cuenta sobre San Cayetano, sobre los santos y sobre el significado de un día como el de hoy: “Los santos son quienes se distinguieron en la vida por su fe, por su amor, por su servicio a los hermanos, por su esperanza en Dios. Con los santos se celebra el día de su muerte como el día de su nacimiento al cielo, a la eternidad. Los católicos invocamos a los santos pidiéndoles su intercesión ante Dios, y los tenemos como modelo y ejemplo para nuestra vida cristiana. Mañana (por hoy) celebramos el paso de San Cayetano al cielo, y lo invocamos en su carisma particular de ser el intercesor por el pan y el trabajo”.
Nacido en 1480 como Gaetano di Thiene, en Vicenza, al norte de Italia, el sacerdote fundó en 1524 la orden de los Clérigos Regulares, más conocidos como los Teatinos, dedicada a luchar contra la Reforma Protestante y servir a los más pobres. Tenían como regla que no debían poseer nada, ni pedir nada: debían vivir únicamente de las limosnas que los fieles les ofrecieran espontáneamente.
Para paliar las necesidades de los pobres, Gaetano fundó la organización de beneficencia Monte di Pietà (Monte de Piedad, que tiempo después se convirtió en el Banco de Nápoles), como una alternativa a los usureros. Gaetano murió el 7 de agosto de 1547.