«Actualmente la planta no produce y no sabemos las consecuencias que esto pueda traer en materia de abastecimiento”, expresó el secretario general del Sindicato de Trabajadores del Petroleros y Biocombustibles Rubén Pérez sobre la situación de la refinería San Lorenzo, que perteneció a Oil Combutibles y que desde fines del año pasado está a cargo de la petrolera con participación estatal YPF. El gremialista acusó al gobierno nacional de Mauricio Macri de querer desmantelar la refinería para transformarla en un depósito de combustibles importados.
Pérez advirtió que la gestión YPF despidió a unos 400 obreros y que, crisis mediante, esos empleados no han logrado reinsertarse en el mercado laboral.
En declaraciones reproducidas por el portal Infogremiales.com.ar, el gremialista le apuntó a Cambiemos por el abandono de las instalaciones, que hoy solo cuentan con empresas privadas que custodian el predio.
Para el sindicalista petrolero, que la planta esté parada “no obedece a problemas técnicos o empresarios, sino que es una cuestión política y mediática que dejó a las familias de la zona en el medio de un conflicto que no son parte». En ese marco, Pérez solicitó la reincorporación a sus puestos de trabajo de los empleados despedidos.
El dirigente gremial destacó que la puesta en funcionamiento de la refinería es de vital importancia para lograr el autoabastecimiento en materia de combustibles.
Pérez advirtió que desde que YPF se hizo cargo de la refinería San Lorenzo, comenzó un proceso de vaciamiento de la empresa, que tendría como fin último desmantelar la planta y convertirla en un centro de almacenamiento y distribución de combustibles importados.
«Acá hay un proyecto energético muy claro que está en el ADN de este gobierno y que no contempla que el Estado intervenga para salvar a la empresa», cuestionó el secretario general y con nulo optimismo confluyó que «difícilmente la refinería vuelva a reactivarse».
La refinería San Lorenzo funciona desde 1968 y hasta 1993 fue propiedad de YPF. En el marco de la privatización de la petrolera estatal por parte del gobierno de Carlos Menem, fue vendida a Pérez Companc.
Luego fue propiedad de la española Repsol y más tarde de la brasileña Petrobras. En 2002 pasó a manos de Oil Combustibles.
Con Cristóbal López preso, la empresa Oil Combustible presentó la quiebra, proceso que estuvo a cargo del juez comercial Javier Cosentino.
En octubre de 2018 YPF se hizo cargo de la planta, junto con la empresa Dapsa, al igualar la oferta de 85 millones de dólares que presentó la holandesa Trafigura Aunque desde ese momento nada ha cambiado y la refinería permanece sin actividad.