No obstante el clima lluvioso que azota a la ciudad de Córdoba desde hace varios días, a medida que se acerca el inicio de la final por la Copa Argentina entre Boca Juniors y Rosario Central pactado para las 21.15, la expectativa se acrecienta y ya se empieza a sentir la llegada de miles de simpatizantes de ambos equipos.
El estadio mundialista Mario Alberto Kempes estará colmado, ya que se vendieron todas las entradas tanto populares como plateas y se calcula una cantidad cercana a las 60.000 personas para el choque de esta noche.
«Para nosotros es el partido esperado», dijo a Télam Ricardo, un joven de 20 años que llegó esta mañana en auto con tres amigos desde Rosario y que muestra el sentimiento del hincha «canalla», dándole una importancia suprema a esta final.
Miles de rosarinos llegaron a la «Docta» y se hacen notar en el centro, en la zona de la terminal de de micros y alrededor del estadio cuyo nombre lleva el de uno de los máximos ídolos de la ‘Academia’ rosarina y su máximo goleador en la era profesional: Mario Alberto Kempes.
«El Matador no nos puede fallar. Nos tiene que traer suerte», dijo Pablo, con camiseta y gorro de Central que tapaba parte de sus ojos en la zona de Alta Córdoba, cercana al estadio.
Del otro lado, por ahora «llamativamente» menos demostrativos, los hinchas de Boca de esta parte de la Argentina y los que llegan desde Buenos Aires, se muestran más tranquilos y no tan ansiosos, como si el campeonato de Primera División ganado el domingo pasado hubiera calmado las expectativas de un título que se negaba hace cuatro años.
En Córdoba llueve desde el sábado, con un breve descanso el lunes, donde lo hizo por algunos momentos. En ese marco, el estado del campo de juego es la gran preocupación de ambos entrenadores, Eduardo «Chacho» Coudet y Rodolfo «Vasco» Arruabarrena.
Por eso Boca practicó el martes en el estadio de Belgrano y Central en el de Instituto, para preservar el terreno del Kempes, que según los que lo observaron está pesado. Desde lejos parece en buen estado, pero al pisarlo tiene zonas muy blandas.
En lo futbolístico, el técnico xeneize tiene en Carlos Tévez la gran duda. A pesar de que está confirmado que juega, el ‘Apache’ tiene un traumatismo en su rodilla izquierda y ayer no se entrenó a la par de sus compañeros, por lo cual en el táctico lo hizo en su lugar Sebastián Palacios.
«Carlitos no se pierde este partido por nada del mundo», dijo un allegado al delantero de la selección, pero una posible idea del Vasco es -si el partido está resuelto antes del final- sacarlo para cuidarlo, ya que la semana próxima lo espera la Selección nacional para los partidos de las eliminatorias con Brasil y Colombia.
El otro que está entre algodones es el juvenil Andrés Cubas, quien ayer se entrenó en forma liviana ya que padece una contractura muscular y recién cerca del comienzo del partido el técnico resolverá si estará en el banco de suplentes.
Tanto Cubas como Tévez se hicieron estudios médicos después del partido que Boca le ganó por 1 a 0 a Tigre el domingo pasado, pero no se encontró ningún tipo de lesión.
Por el lado de Central está todo más claro y tranquilo con la vueltas de Marcelo Larrondo y su mejor jugador -y goleador del torneo- Marco Ruben.
El estadio se abrirá a las 17.30 y los hinchas de Central ocuparán la popular norte y la platea Osvaldo Ardiles, para lo cual deberán ingresar por la puerta 3.
Los hinchas de Boca ocuparán la tribuna general sur y estarán también en la platea Juan Gasparini, ingresando por la puerta 4.
Boca y Rosario Central se enfrentarán esta noche en el Mario Alberto Kempes a las 21.10 por la final de la Copa Argentina, con el arbitraje de Diego Cevallos.