Dos muchachos de 20 y 22 años fueron condenados a través de un juicio abreviado por el homicidio de un joven gitano, conocido como Bola, quien fue amedrentado en la sudoeste con un arma para que entregara sus pertenencias y fue baleado en el pecho. Por el crimen, que ocurrió en febrero de 2012, uno de los condenados, apodado Soretito, deberá purgar una pena de 13 años y 6 meses de prisión, mientras que su compinche, conocido como Monito, cumplirá 7 años y 6 meses de cárcel. El acuerdo fue pactado entre la defensa de los acusados y la fiscalía y homologado por el Juzgado de Sentencia de la 7ª Nominación a cargo de José Luis Mascali.
Juan Marcelo Miguel pertenecía a la comunidad gitana y tenía 24 años cuando el 21 de febrero de 2012 fue sorprendido por dos jóvenes armados que intentaron robarle las pocas pertenencias que tenía encima cuando caminaba por pasaje Martinoli al 4200.
Esa noche, Miguel –conocido como Bola– salió de su casa ubicada en República Árabe Unida y bulevar Oroño a comprar una prestobarba y se encontró con su hermano en la esquina, faltaban pocos minutos para las 22. En ese momento llegó una moto comandada por Brian Emanuel Cáceres, alias Soretito y quien iba acompañado por Fabricio Ariel Gómez, apodado Monito.
La moto frenó a pocos centímetros de la víctima y uno de los recién llegados le pidió que le entregue lo que tenía mientras que el otro motociclista le entregó al conductor un arma de fuego. Antes que Miguel le entregara el celular que tenía en un bolsillo, el conductor del rodado disparó contra Bola.
Tras esto, los atacantes se dieron a la fuga dejando a la víctima tendida en el suelo con un balazo calibre 22 largo en el pecho que le causó la muerte. El joven fue llevado en un auto particular hasta el Hospital de Emergencias, donde falleció antes de la medianoche.
Varios testigos presenciales del fatal incidente señalaron a los autores del hecho y el padre de la víctima sostuvo que los acusados tenían por costumbre molestar a su hijo a quien le sacaban el dinero de su sueldo. “Los sábados lo esperaba Brian y le tenía que pagar 100 o 150 pesos para que no lo mataran”, dijo en su momento el hombre, versión que fue confirmada por otros testigos.
El principal acusado se presentó espontáneamente al día siguiente en Tribunales y quedó detenido, al igual que su compinche. Días después del crimen, familiares de la víctima acusaron a los allegados del supuesto tirador de amenazarlos de muerte por el caso. Uno de los familiares del Bola relató en su momento a El Ciudadano que la víctima no tenía problemas con nadie, que el agresor siempre le robaba y que él (por la víctima) “le daba todo” y agregó que desde hacía un tiempo Soretito lo había “tomado de punto”.
Durante la instrucción, la fiscalía y la defensa acordaron un juicio abreviado para el caso, aunque existió una diferenciación entre los imputados. Gómez quedó acusado de participar del robo aunque se aclaró que ninguno de los testigos del hecho que observó cómo el acusado le pasaba el arma a su compañero de delito advirtió alguna actitud de conocimiento o voluntad de participación en el crimen.
Las partes convinieron entonces que Gómez solo participó en el asalto y no quiso cooperar en el hecho cometido por Cáceres.
Ambos aceptaron su responsabilidad en el hecho y firmaron un juicio abreviado donde Brian Cáceres fue considerado autor del delito de robo seguido de muerte, agravado por el uso de arma de fuego y portación de arma de uso civil, por lo que se le impuso una pena de 13 años y 6 meses de cárcel; mientras que Fabricio Ariel Gómez fue condenado a 7 años y 6 meses de prisión por el delito de robo calificado por el uso de arma de fuego y portación de arma de uso civil.