La actualización de la valuación fiscal de activos, entre ellos los rurales, permanece congelada y el gobierno nacional apunta a poner la lupa a través de un organismo de control para mejorar la recaudación. El economista Sergio Arelovich explicó que al subir las valuaciones «no solamente se incrementa la recaudación en la provincia, sino que aumenta la obligación del contribuyente en Bienes Personales».
Este lunes, la ministra de Economía de la Nación, Silvina Batakis, brindó su primera conferencia de prensa junto al ministro Daniel Scioli (Desarrollo Productivo), su par de Agricultura, Julián Domínguez y el titular del Banco Central, Miguel Pesce, entre otros, para dar a conocer el rumbo económico del gobierno nacional. Una de las medidas más resonantes tiene que ver con que el Organismo Federal de Valuaciones de Inmuebles (Ofevi) quedará bajo la órbita de la flamante funcionaria, con el objetivo de revisar el mecanismo de recaudación que existe a partir de ese concepto y corregirlo.
En diálogo con El Ciudadano, el economista rosarino Sergio Arelovich, evaluó algunos conceptos de la ministra, pero reparó particularmente en el que tiene que ver con el revalúo inmobiliario. El gobierno pretende actualizar la valuación fiscal de activos, incluyendo los del sector rural, en todas las jurisdicciones, ya que hace años permanece congelado con impacto directo en la recaudación. Pero la desactualización no solo genera un impacto en lo recaudado a partir del impuesto inmobiliario, sino también sobre Bienes Personales.
“En la primera parte, la ministra hace una referencia al cumplimiento de las metas con el Fondo Monetario Internacional, alineada con la expectativa del mercado local. Hay una segunda parte de su discurso en la que anuncia medidas y en donde no refiere justamente a esa idea de no gastar más de lo que tenemos. Esa segunda parte tiene que ver con la disminución del gasto pero no cualquier disminución del gasto, sino asociada a la quita de los subsidios de energía, y también con que el área de economía se va a encargar de unificar los criterios con las 24 jurisdicciones en materia de valuación de inmuebles”, sostuvo Arelovich en relación a la conferencia de este lunes.
—¿A qué apunta con la migración de la Ofevi al Ministerio de Economía?
—Silvina Batakis viene militando algo que efectivizó en la provincia de Buenos Aires cuando le tocó ser ministra, que es el tema del revalúo inmobiliario, algo que en el resto de las provincias está absolutamente atrasado. Eso tiene dos implicancias: la primera sobre los impuestos de origen provincial que es el impuesto inmobiliario, la segunda implicancia tiene que ver con Bienes Personales, que se pagan en función de la valuación fiscal determinada por lo que cada provincia establece que vale el metro cuadrado. El impuesto inmobiliario en relación a la recaudación de origen provincial llegó a representar para el conjunto de las 24 jurisdicciones 25%, es decir que cada 100 pesos de recaudación de origen provincial, 25 provenían de Impuesto Inmobiliario. Hoy, varía dependiendo cada provincia, pero no pasa el 10%. Esto significa que se congelaron las actualizaciones de las valuaciones inmobiliarias.
—¿Como pueden coordinar Nación y provincia para el aumento del impuesto inmobiliario?
—El Inmobiliario es un impuesto de origen provincial, por lo tanto está sujeto a cada una de las jurisdicciones. Lo que sucede es que las provincias, con excepción de Buenos Aires, en lugar de modificar las valuaciones lo que fueron haciendo es una corrección de las alícuotas. Si vos modificás las valuaciones subiéndolas, no solamente se incrementa la recaudación en la provincia, sino que aumenta la obligación del contribuyente en Bienes Personales.
—¿Cómo influyó ese congelamiento en estos últimos años?
—Al congelar la valuación inmobiliaria, las jurisdicciones también provocaron un desfinanciamiento de Ansés. Porque la recaudación de Bienes Personales se destina principalmente a jubilaciones y pensiones. Esa es la complejidad.
—En otro tramo del discurso, la ministra se refirió a la metas con el FMI ¿Se puede pensar en un crecimiento de la actividad económica con las metas que el ministerio pretende respetar?
—Una cosa es el discurso y otra es la praxis. Lo que sí es tangible es que hay un crecimiento en la actividad y en la capacidad industrial. Hay creación de puestos de trabajo, aunque buena parte es precaria, pero hay una tendencia a la reactivación. Esto igual se da en un marco de desigualdad social. El promedio salarial ha caído y las diferencias entre sectores privado, público e informal son muy notorias.
—¿Hay alternativas en este contexto para la recomposición del poder adquisitivo y que no sea a través de un esquema de paritarias permanentes?
—No hay alternativa a la paritaria permanente. Tiene que haberla porque te corren el arco todo el tiempo. En este caso para que no haya paritarias permanentes hay que establecer un criterio de negociación que te permita, por lo menos no perder hacia adelante pero también hay que discutir lo que se perdió hacia atrás, y si no lo discutís en momento de alza, ¿cuándo lo vas a discutir? Este momento de expansión económica es un momento para discutir paritarias.