La sensación de bronca del hincha leproso es inevitable. Newell’s enfrentó a un rival endeble, inofensivo, sin ambición ni jerarquía, pero errores propios y otro arbitraje perjudicial le impidieron sumar tres puntos que eran muy necesarios en esta recta final por ingresar a una Copa.
El 0 a 0 parece demasiado castigo para el esfuerzo de algunos futbolistas leprosos, o mucho premio para un Arsenal que ni siquiera con un hombre demás intentó ir por el triunfo. Quizás si Falcón Pérez no hubiera cometido el error de expulsar a Reasco en el cierre del primer tiempo (no era segunda amarilla y el VAR no podía corregirlo), la Lepra hubiera ganado. Tal vez sí, tal vez no. Futurología que sólo no tiene sentido porque la respuesta será sólo producto de la especulación. Lo real es que Newell’s empató y quedó sensación de poco.
Más allá del fallido arbitraje de Falcón Pérez, Newell’s también tuvo sus culpas para el empate con sabor a nada. No pateó un tiro dugno al arco. Juanchón se metió solo entre los zagueros, como ocultándose. Panchito produjo poco, aunque esta vez su encomiable esfuerzo físico tuvo el premio del aplauso del hincha. Garro arrancó en cámara lenta y salvo algún intento de Pérez, faltó alguien que tuviera rebeldía para hacer algo distinto para romper la monotonía de un partido que nunca salió del bodrio.
Coria también falló. Su idea inicial parecía interesante, pero la demora en los cambios y la falta de argumentos para buscar romper el partido provocaron algún reproche. Ni siquiera el cansancio evidente de muchos futbolistas lo hicieron reaccionar. Esta vez el DT interino dejó dudas sobre la administración de recursos, aunque pueda justificar su decisión con la ausencia de variantes entre los relevos.
El torneo se hace largo. Interminable. Newell’s fue líder, hace mucho; tuvo un bajón importante, y se fue Sanguinetti; y se recompuso con el interinato, al menos desde lo numérico; pero el final no llega nunca, parece inalcanzable. Y el equipo está cansado, sin dudas. Las lesiones fueron un problema y la Lepra llega a este sprint final con poca nafta. Metió una carga extra al recuperar algunos titulares, se volvió a asentar defensivamente, y con una buena campaña de visitante buscar llegar al objetivo, con lo justo, sin que le sobre nada, mirando el tanque de reserva y calculando si le alcanza para entrar a la Sudamericana. Por ahora le alcanza, aunque perdió una buena chance, de esas que no sobran a pesar de la mediocridad del torneo.