Varias semanas de calma llegaron a su fin: una amplia columna de humo volvió a surgir en las islas del Alto Delta y se activaron las alarmas. El delegado para la zona sur de Protección Civil de Santa Fe, Juan Manuel Burgoa, confirmó que el primer foco detectado este martes está a la altura de Arroyo Seco, a unos 20 kilómetros de la costa, pero a la vez advirtió que con el correr de la jornada se detectó un segundo al norte de la traza Rosario-Victoria. Activado el protocolo de inmediato, este miércoles actuaron un avión hidrante del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, un helibalde de la Policía de la provincia de Entre Ríos y una veintena de brigadistas que lograron contener ambos incendios cuando el foco al sur de Rosario había ampliado su extensión.
Funcionarios nacionales y provinciales destacaron el funcionamiento del Sistema de Alerta Temprana que permitió poner en marcha una respuesta adecuada en forma rápida para atacar los primeros fuegos en algo más de dos meses. “Veníamos de la nada, de menos 10”, marcó la ministra de Ambiente de Santa Fe, Erika Gonnet. Y, en contrapartida, destacó que ahora hay más brigadistas abocados al trabajo de extinción y prevención; pero que también hay un “cambio de actitud” a todo nivel frente a la problemática. De hecho, en la misma jornada, el ministro de Ambiente de la Nación,Juan Cabandié, anunció la incorporación de 20 brigadistas al Sistema Federal del Manejo del Fuego (SFMF) para fortalecer las acciones de prevención y combate de incendios forestales en el Parque Nacional Islas de Santa Fe (Santa Fe) y en el Ciervo de los Pantanos (Buenos Aires) y en el Parque Nacional Pre Delta (Entre Ríos). El Sistema Federal está coordinado por el Ministerio de Seguridad de la Nación, y lo integran el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SMNF), la cartera ambiental nacional, la Administración de Parques Nacionales, y los gobiernos provinciales y de la ciudad de Buenos Aires.
Pero el fuego no es el único problema: “La provincia de Santa Fe tiene tres emergencias en este momento: por sequía, ígnea e hídrica. Las tres están asociadas a la crisis climática. Por lo cual, este trabajo que estamos haciendo ahora de manera preventiva y con herramientas, también cuenta como una acción climática”, explicó Gonnet.
Humo sobre el agua
Este martes por la tarde, confirmados frentes de fuego, efectivos de la Prefectura Naval y de la Policía de Islas de Entre Ríos hicieron un relevamiento para determinar la importancia de los focos. Y por la noche aterrizó la aeronave del Servicio Nacional de Manejo del Fuego en el aeródromo de Alvear. Y este miércoles se hizo el despliegue para contener el foco principal: «La situación se pudo controlar con el trabajo de los brigadistas, del helicóptero y del avión hidrante. Hicimos un trabajo conjunto entre la provincia de Entre Ríos, la provincia de Santa Fe y el Servicio Nacional de Manejo del Fuego», confirmó a El Ciudadano el funcionario de Protección Civil. Burgoa destacó que los brigadistas se estaban ya replegando en la tarde de este miércoles, quedando en el territorio una guardia de cenizas para hacer un seguimiento de la situación. «Por la vegetación de las islas, en muchas oportunidades el fuego queda apagado en la superficie, pero abajo sigue quemando», advirtió. El riesgo es claro: para este jueves está pronosticado un cambio en la dirección del viento, lo que puede traer nuevos problemas. Hasta ahora las condiciones ambientales de temperatura, humedad y rocío venían siendo, con mucho, más favorables que las de dos meses y medio atrás, que resaltaban por el cóctel de bajante extraordinaria del río Paraná, con calor y sequía extremos.
El protocolo se puso en marcha con recursos que se fueron sumando con la trágica experiencia de los fuegos de 2020 y 2021, que devastaron el Alto Delta. La vigilancia satelital ratificó los puntos de calor y los Faros de Conservación ubicados en las islas funcionaron como alerta temprana, y la coordinación se hizo con premura. «Las comunicaciones interprovinciales son hoy mucho más fluidas y rápidas», destacó la ministra Gonnet.
Burgoa, en tanto, recordó que los últimos operativos que se concretaron en la zona de islas del Alto Delta al sur de Rosario se desplegaron en diciembre y principios de enero. Desde entonces los incidentes fueron menores y no requirieron despliegues de envergadura, a la par que las condiciones climáticas fueron mejorando con lluvias y ciclos más húmedos que durante la sequía precedente. También aumentó el caudal del Paraná, que oscila un metro por encima de la medición cero frente al puerto de Rosario. Todo ayuda, aunque la altura todavía no llegó a reponer los cortafuegos naturales en el Humedal.
Brigadistas
Los recursos son clave. Tras anunciar la incorporación de 20 brigadistas para el combate de los focos en el Alto Delta desde los Faros de Conservación, el ministro nacional Juan Cabandié señaló que el combate del fuego debe tener una “cosmovisión ambiental”, desde un “abordaje integral”, tomando en consideración no sólo la extinción de los focos ígneos, sino también la tarea de prevención.
“La sequía, la falta de precipitaciones y el aumento promedio de las temperaturas nos indican que los fuegos de este tiempo no son como los de los últimos 10 años. Son mucho más intensos, mucho más difíciles de abordar y requieren más estrategia, táctica, equipamiento y prevención. Por eso decidimos incrementar el presupuesto”, aseguró el ministro.
En ese sentido, el funcionario destacó que junto con la Administración de Parques Nacionales y las provincias «compraron 5 embarcaciones, se incrementó la cantidad de equipamiento, drones con detección de temperatura, mochilas hidrantes y todo el equipamiento necesario para abordar de la mejor manera el fuego”.
Los 20 brigadistas se sumarán al SFMF en un marco laboral adecuado, que cuenta con un convenio colectivo de trabajo específico, una carrera adecuada, y condiciones de seguridad y salubridad aptas.
Prestarán servicios en parques nacionales que integran la red de Faros de Conservación en el marco del Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná (Piecas), por lo que sumarán esfuerzos en materia de prevención y combate al fuego en esas órbitas.
Frente judicial
En tanto la arista judicial para determinar la responsabilidad sobre incendios intencionales sigue estancada. Así lo confirmó la diputada provincial Mónica Peralta quien viajó a Paraná para reunirse con el titular del Juzgado Federal 2, Daniel Alonso para “conocer de primera mano la instancia en que se encuentra la denuncia que realizó la ciudad de Rosario en relación a las quemas”. La impresión no fue buena: “La causa a la fecha no muestra avances, no hay imputados ni procesados por las quemas con lo cual tampoco se elevó a juicio”, explicó la legisladora del Frente Progresista.
“Lo importante es que podamos tener un culpable alguna vez», coincidió por su parte el titular del Observatorio Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Matías de Bueno. Y advirtió: «Lejos de estar colaborando con el humedal, que es uno de los mayores sumideros de carbono, o protegiendo la biodiversidad del río, que estamos generando un calado cada vez mayor, seguiremos contribuyendo a su destrucción».
En la causa que lleva el juez federal Alonso se detectaron obras y modificaciones sobre terrenos en jurisdicción de Victoria “que implican un importante impacto sobre el ecosistema, realizadas por empresarios de la zona, con maquinaria pesada incautada”, refrescó la diputada. El magistrado emitió una cautelar que impide cualquier obra pero las modificaciones del terreno y la vegetación por fuego afectaron a medio millón de hectáreas en el Alto Delta desde el inicio de 2020 a esta parte, más del 80 por ciento en territorio entrerriano.
“En 2020 Rosario hizo una denuncia penal y en julio de ese año, como no había ningún avance, se constituyó como querellante, además, la ciudad amplió la denuncia en varias oportunidades”, recordó Peralta, quien dijo que le transmitió al juez Alonso “la necesidad de celeridad en estas causas”.
En esa línea, la diputada pidió al Congreso nacional la sanción la ley de Humedales: “Sin dudas daría un marco normativo a funcionarias y funcionarios judiciales a la hora de instruir una investigación o dictaminar las tantas causas iniciadas en relación a las quemas del Humedal del Delta del Paraná”.
«Acá hay un problema de gestión pública», sostuvo este miércoles De Bueno en el programa «Todos en La Ocho», de LT8. Y puso como ejemplo a los Faros de Conservación que instrumentó el Ministerio de Ambiente de la Nación: «Son medidas posibles en la actualidad, pero para la dimensión del Humedal terminan siendo insuficientes porque se necesitan una logística y equipamiento de magnitud para poder sofocar los incendios».
En cuanto a la ley de Humedales cuya sanción pide un amplio abanico social y político, De Bueno advirtió: «La ley por sí sola no va a contribuir a nada por más importante que sea, pero si tenemos un emprendimiento de gestión económica en los Bajos Submeridionales y herramientas ambientales y no las ponemos en marcha, será más de los mismo».
La gestión ambiental del Alto Delta se acopla con la de la cuenca misma del Paraná. La diputada Peralta había recordado la intención del gobierno nacional de volver a concesionar la troncal de navegación del Paraná: “Nos preocupa cuales son las exigencias que el Estado nacional tendrá con los concesionarios a los fines de preservar el ambiente”, marcó. “No se puede solo pensar en la hidrovía”, advirtió, y pidió “una evaluación técnica sobre cómo hacer que los canales del Humedal recuperen el agua” desde el acuerdo interjurisdiccional Piecas (Plan Integral Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible en el Delta del Paraná).
“Los trabajos realizados hasta la fecha a nivel estatal son insuficientes puesto que el del Delta del Paraná continúa siendo diezmado por una crisis ambiental sin precedentes que tiene al ser humano como su primer responsable: incendios intencionales que arrasan cientos de miles de hectáreas, sequías pronunciadas y bajantes históricas del río, sumado al potencial dragado de la vía navegable y su impacto en nuestro ambiente y ecosistema; siguen siendo la cara más oscura en los desmanejos de los recursos naturales en Santa Fe”, concluyó Peralta.