Enrique Genovar
Enviado especial desde Montevideo
No pudo. No supo poner el resultado a su favor y eso que el partido se lo permitió. No lo logró. Central perdió ante Peñarol por 2-1 y así se despidió del objetivo más importante que tenía en el semestre. Una derrota, inmerecida tal vez, pero el resultado manda en el fútbol. La despedida de la Copa Libertadores llegó porque terminó siendo el de menos puntos de un grupo que solamente tres equipos tenían chances de pasar a octavos.
Miguel Ángel Russo falló en los cambios. La decisión de sacar a Malcorra y a Campaz cuando el Canalla estaba a tiro de quebrar el empate fue errónea. No eran esos los jugadores que tenían que salir, era un defensor y otro volante. Porque estos dos si bien pueden brillar o no, son casi los únicos que pueden hacer algo distinto.
Central jugó de menos a más. Fue guapo, jamás se achicó ante un rival copero como es el Manya. Pero le faltó para alcanzar los objetivos y esas ausencias son de arrastre porque el semestre del Canalla es muy pobre y ni siquiera pasar en Copa Argentina le cambiará la calificación.
Una batalla deportiva. Sin un ganador claro. Con escasas situaciones en los arcos. Mucha enjundia, muchas protestas y muy poco juego. La primera media hora de partido fue así. En los primeros minutos el local intentó poner condiciones con Ramírez y Fernández como los encargados de la pelota, pero Central resistió y esa idea de Peñarol solamente quedó en deseo. Es que el conjunto de Aguirre probó con remates desde afuera del área que ni siquiera generaron exclamación en los hinchas.
Lo más claro del Canalla fue cuando tuvo la posesión de pelota. Ahí sacó provecho y contó con dos situaciones claras para convertir. Pero la pelota enviada por Campaz le quedó alta a Malcorra y Aguerre atoró bien cuando Damián Martínez empujó el balón tras centro rasante del colombiano. Pero fueron esas dos jugadas aisladas y no mucho más.
El gol de Fernández fue un durísimo golpe para el Canalla. Una jugada que desnudó lo que hace rato que se observa, que es que este equipo ya no luce seguro como en meses anteriores. Con poco juego, lo que derivó en poco peso ofensivo todo se le hizo cuesta arriba al equipo de Russo. Así y todo un tiro desde afuera Malcorra pasó cerca y a poco para el final Aguerre le terminó pegando a Mallo con su brazo pero ni el juez (de poca personalidad), ni el VAR observaron nada. Peñarol fue el gol y un par de intenciones; Central a pesar de su poco juego tuvo para el empate pero la primera parte tuvo como ganador al local y llenó aún más de obligaciones al Canalla para la etapa final.
A pesar de la derrota parcial y cuando todo indicaba que tenía que salir con variantes a jugar el complemento, Russo eligió a los mismos para iniciar la etapa final e ir por los dos goles que le hacían falta para seguir en la Libertadores. A pesar de esto Central de a poco comenzó a agarrar más la pelota y luego de que la presión de Malcorra y Campaz surgiera efecto, el colombiano pateó desde afuera, Aguerre dio rebote y Módica no perdonó para convertir el empate y poner a tiro a Central a falta de 25 minutos para el final.
Apenas más tarde Russo rompió el doble cinco de marca y mandó a la cancha a Gómez buscando más juego en el medio y liberar aún más a Malcorra para que se ubique más cerca de Módica. ¿El local? Se paró decididamente en su campo con la intención de solamente resistir y hacer tiempo.
A diez para el final el técnico volvió a mover el banco y llamativamente sacó a Malcorra y Campaz. Con Giaccone y Martínez Dupuy, pero sin la experiencia de los otros dos Central fue por la heroica, pero una contra del Manya (luego de una innecesaria jugada individual de Lovera) liquidó el partido.
Central se despidió del principal objetivo del semestre. ¿Estuvo a la altura? Sí, pero no lo logró. Ahora habrá que ver quién le toca en el repechaje de Sudamericana, pero en vista de ese nuevo desafío y de lo que va a venir en el segundo semestre habrá que revisar muchas cosas y tomar decisiones.
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