El ex concejal y pastor evangélico Eduardo Trasante fue asesinado a sangre fría y con total impunidad hace un año. Fue la tarde del 14 de julio de 2020 cuando dos gatilleros golpearon la puerta de su vivienda de San Nicolás al 3800, preguntaron por él, irrumpieron en la propiedad y le dispararon en la cabeza. La causa tiene cuatro imputados que están relacionados con la organización del robo del Peugeot 308 que usaron los homicidas para llegar hasta la casa de su víctima, aunque tanto el móvil como sus autores siguen sin estar identificados. Eduardo Trasante tenía 54 años y se hizo conocido por su lucha en la búsqueda de justicia por los homicidios de sus hijos, Jeremías, cometido en enero de 2012, cuando las balas también se cobraron la vida de Claudio «Mono» Suárez y Adrián “Patom” Rodríguez, y de Jairo, de febrero de 2014. A un año de su asesinato, Ciudad Futura hace un acto virtual a las 19 de este miércoles para conmemorarlo bajo la consiga «Lo que Eduardo sembró» por el canal del espacio de Youtube.
«Hace un año empezamos a pedir justicia por el que pedía justicia. En una ciudad cada día un poco más violenta, nos sacaron a un compañero que luchó hasta su último minuto contra eso. Nuestra forma de mantenerlo presente es continuar su pelea. Seguir gritando #QuiénMatóATrasante como cada uno de estos 365 días. No descansar hasta que caiga el último de los responsables y que de una buena vez haya algo que al menos se parezca un poco a la justicia», señalaron desde Ciudad Futura en redes sociales.
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La causa
El crimen del ex concejal y pastor evangélico trajo conmoción en la sociedad. La investigación quedó a cargo del fiscal de Homicidios Dolosos Gastón Ávila y su par de la Agencia de Criminalidad Organizada Matías Edery. La querella está en manos de las abogadas Gabriela Durruty y Jesica Pellegrini en representación de Carolina, la viuda de Trasante.
A menos de diez días de cometido el asesinato y a partir del secuestro de un Peugeot 308 abandonado en Uriburu y Barcalá dos jóvenes fueron detenidos. Brian «Buba» A., de 19 años, y Maximiliano «Archi» G., de 21, quedaron imputados por encubrimiento por el homicidio del pastor. Archi fue desvinculado en febrero y Buba continúa acusado como quien compró el Peugeot por 20 mil pesos el 11 de julio de 2020, el cual había sido robado el día anterior.
En octubre de ese año y tras los resultados de los análisis de los celulares y documentación secuestrada en una serie de allanamientos, la Fiscalía dio a conocer en una audiencia imputativa que quien le pidió que hiciera el trámite a Buba había sido Julio Andrés «Peruano» Rodríguez Granthon, un piloto de avión de 27 años y preso en el pabellón 9 de la cárcel de Piñero por tráfico de entre 10 y 14 kilos de cocaína por semana.
En esa audiencia que rondó sobre las idas y vueltas del 308, también fueron acusados Facundo Sebastián L. y Alejo “Patón” L., ambos de 22 años, quien fuera vecino del pastor evangélico en el barrio de Villa Moreno.
Así el Peruano y los dos jóvenes quedaron en prisión preventiva como partícipes primarios en los delitos de homicidio doblemente calificado por precio o promesa remuneratorio y por el concurso premeditado de dos o más personas agravado por el uso de arma de fuego. Además de esa calificación, a Patón y Facundo sumaron el delito de encubrimiento.
En tanto, los autores materiales y él o los intelectuales siguen sin estar identificados.
