El ex arquero de Rosario Central y agente civil de inteligencia durante la dictadura, Edgardo “Gato” Andrada, prefirió no ejercer ayer su derecho de defensa ante el juez federal de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, y quedó a un paso del procesamiento y detención por su participación en el secuestro y tortura de los militantes de Montoneros Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi, ultimados en mayo de 1983 tras ser secuestrados en el bar Magnum de Rosario.
El juez nicoleño tiene ahora diez días hábiles para decidir por la situación procesal de Andrada, quien se presentó ayer en su calidad de imputado poco después de las 11 en el Juzgado Federal Nº 2 de San Nicolás, acompañado de una mujer y del defensor de oficio, Héctor Galarza, para comunicarle al juez que no haría uso del derecho de defensa.
“Si el imputado no ofrece ninguna prueba de descargo queda vigente la prueba de cargo aportada por el fiscal y la querella”, dijo ayer el fiscal Juan Murray, quien pidió inmediatamente la detención de Andrada, por el peligro de fuga que existe. En diálogo con El Ciudadano, agregó: “No hay otra posibilidad más que dictar el procesamiento, salvo que en estos diez días ejerza su derecho de defensa”.
Murray alertó que recurrirá ala Cámara Federalsi el juez Villafuerte Ruzo decide no procesar y detener a Andrada: “Si lo procesa y no lo detiene, o si dicta la falta de mérito, recurriremos inmediatamente ala Cámara Federal”.
Según el fiscal nicoleño existen pruebas “más que contundentes” que incriminan a Andrada, hasta hace pocos días empleado de Rosario Central, donde viviera sus mejores años de su trayectoria deportiva. Entre los elementos probatorios que mencionó Murray, a los que calificó de “contundentes e incuestionables”, están las declaraciones del ex represor arrepentido Eduardo “Tucu” Costanzo, quien dio detalles precisos del operativo. “El Gato Andrada era un agente de la patota y estaba en el secuestro. Era uno más de la patota que estaba en el secuestro de Pereyra Rossi y Cambiaso”, dijo a los medios Costanzo.
Cambiaso y Pereyra Rossi fueron secuestrados el 14 de mayo de 1983, cinco meses antes del fin de la dictadura, en una cafetería de la ciudad y sus cuerpos aparecieron acribillados ese mismo día cerca de la localidad de Lima. En la misma causa está incriminado el último presidente de facto de la dictadura, Reynaldo Bignone, y el ex comisario Luis Abelardo Patti.
Murray pidió la detención de Andrada “en su condición de personal civil de inteligencia del Ejército, por el secuestro mediante el uso de las armas de dos militantes opositores, su traslado a un lugar donde fueron sometidos a tormentos y su posterior traslado para ser asesinados”.
Andrada, quien se retiró en 1982 como futbolista, se desempeñaba últimamente como entrenador de juveniles en Rosario Central, club en el que jugó entre 1960 y 1969, pero sus directivos le pidieron la renuncia cuando fue citado a declarar porla Justicia.
Durante esta semanala Policíaallanó la casa del ex arquero, donde encontró un “verdadero arsenal” que incluyó armas de guerra. Si bien tenía la documentación en regla y los permisos correspondientes para la posesión de esas armas,la Cámara Federalde Rosario hizo lugar a un planteo dela Fiscalíaque consideraba esa situación como “un peligro para testigos y víctimas”.