No encontraron el filón ni mucho menos; ni siquiera un salvavidas que les permita salir a flote de la crítica situación que transitan. Pero al menos la polémica y los cruces entre el oficialismo y la oposición que se desataron en la Argentina –y todavía siguen– acerca de la vacuna contra el covid-19 de la megafarmacéutica estadounidense Pfizer les concedió, inesperadamente, un respiro. “Creo que empezó hace unos diez días; ahí empezó a haber un poco más de movimiento”, confirma el titular de la Asociación Rosarina de Agencias de Viajes (Arav), Claudio Manibesa. El directivo se refirió así al surgimiento y crecimiento, probablemente de boca en boca, del interés de un sector de personas de hacerla completa: salir de vacaciones, pasar unos días en las playas de Miami, y volver vacunades. “No mueve la aguja”, advirtió Manibesa y puntualizó que ya hace más de un año que las agencias están en situación crítica o incluso terminal, pero admitió: “De vender cero, pasamos a vender algo”.
“Esta cuestión se dio a conocer hace unos días: que colocan la vacuna en la playa, en el lobby del hotel, sin hacer un trámite previo. Solamente con ingresar a Estados Unidos con la visa al día y el hisopado que corresponde, pueden ingresar”, explicó el directivo de Arav. Y de hecho Pfizer, que produce dosis que se aplican en su país de origen pero cuyos condicionamientos para acordar contratos por vacunas resultaron excesivos no sólo para el gobierno nacional sino para otros varios países del mundo, viene estando días atrás en boca de dirigentes de la oposición, del periodistas crítico con la gestión del presidente Alberto Fernández, y hasta de exponentes de la farándula. La presidenta del PRO, Patricia Bullrich, aunque después lanzó un arrepentimiento, sugirió recientemente hasta entregar las islas Malvinas a cambio de sus vacunas; y la otrora sex symbol Mónica Gonzaga, en una entrevista en la que se quejaba de la multa que le exigía Uruguay a su hijo, expulsado por haber organizado en plena pandemia una fiesta en Sauce de Portezuelo, cerca de Punta del Este –multitudinaria y con entrada en dólares, según La Nación– anticipó esta semana que viajaría a Estados Unidos a aplicarse precisamente esa vacuna: “Me convenció una amiga”.
Fuera de ese río revuelto, los socios de Arav buscan alimentar una red vacía, sin perder perfil profesional: “Nosotros nos dedicamos a vender viajes. No tenemos injerencia sobre la vacunación del pasajero, no podemos asegurarle que se va a vacunar, no podemos aconsejarle dónde, cuándo, ni con cuál vacuna. Eso corre por cuenta del pasajero, está totalmente claro”, aclara Manibesa. Y también detalla que incluso cifras que trascendieron distan de ajustarse a la realidad y, más todavía, a un comportamiento que varía día a día e incluso en cuestión de horas. “Leí en algún portal que las consultas subieron un 40% con respecto a lo que venía ocurriendo días atrás. Si la semana pasada o el mes pasado vendimos un boleto a Miami y ahora dos, quiere decir que la venta subió un 100 por ciento”, relativiza el empresario e insiste en que “sería muy irresponsable”, de su parte convalidar ese tipo de afirmaciones. “No podemos decir cuánto es lo que subió; sí que notamos una mayor consulta”, sintetiza.
Pertenecer tiene sus privilegios
El presidente de Arav sí puede ratificar que en las consultas para viajar al exterior muestra un creciente interés por los Estados Unidos, y puntualmente por Miami, el reconocido y tropical destino de la península de Florida. Pero aclara que la situación es tan “dinámica” que ni siquiera puede aventurar valores de pasajes, que cambian constantemente. “Un boleto a Miami estaba en el orden, con suerte, de 80.000 pesos, 100.000 pesos, o 120 mil hace un mes atrás. Hoy esas mismas tarifas no se consiguen por menos de 300.000 pesos, y de ahí para arriba. Y esta información quizás mañana ya cambió, y están a 500 mil…”, dice. Y completa que hacia junio próximo los valores de pasajes están ahora “bastante menos, incluso la mitad”. ¿Y por qué semejante fluctuación?
“La realidad es que la oferta que hay es bastante inferior a la que había días, semanas o meses atrás. Porque las compañías aéreas –todas, no solamente las que vuelan a Estados Unidos– han hecho una reducción importante de sus vuelos; el único aeropuerto que opera con el exterior para pasajeros que entran o salen del país es Ezeiza (es decir que no hay vuelos desde Rosario ni de Córdoba ni de Mendoza); hay un cupo limitado de ingreso o egreso de pasajeros a Ezeiza”, desgrana Manibesa. “Para dar un ejemplo –continúa– podía haber alguna compañía que tuviera vuelos diarios, pero han pasado a tener una, dos o tres frecuencias semanales. Los pasajeros han tenido que ser reacomodados los vuelos que quedaron. Hay menos cantidad de aeropuertos con frecuencia de vuelos, y hay pasajeros que han comprado su boleto el año pasado y han optado por hacer el viaje en estos días. Es una cuestión de oferta y demanda: menos cantidad de vuelos, más pasajeros que han tenido que reprogramar y los han reacomodado en las tarifas más económicas. Y lo que está quedando son las más caras”.
Resuelto el tema del viaje, continúa la estadía. ¿Y cuanto cuesta? Manibesa puntualiza que la oferta es amplia y variada, y además de las categorías influye la geografía: más cerca o más lejos de Miami Beach. Menciona un entorno que va de los 80 a los 120 dólares diarios por alojamiento. El total es un fangote, pero a quien lo tiene a su alcance: menciona que los paquetes que se han vendido promedian, por lo general, unos seis días de descanso, playa y mar. Y algo tendrá que ver la vacuna.
Mientras tanto, son varias aerolíneas las que hacen el puente: desde Aerolíneas Argentinas a American Airlines salen de Ezeiza en vuelos directos, pero también hay otras que hacen la conexión con escalas de bandera, como la panameña Copa, Boliviana de Aviación, Latam (ex LAN Chile). En un sitio con alto nivel de consultas como Despegar.com se puede ver que también Aeroméxico, Delta, Avianca y otras también tienen pasajes y los valores pueden escalar mucho más que lo mencionado, según fecha y clase.
El mundo a trasmano
Arav apela a todos los valores agregados que pueden brindar, un reaseguro para intervenir en un nicho que, de todos modos, no los saca de un marco complejo. Por ejemplo, tramitar la renovación de la visa a Estados Unidos –la primera vez la tiene que hacer cada persona– y una atención integral, que “en este momento” no es poco. “Aconsejamos a cualquier persona que quiera contratar un viaje (cualquiera, pero de este tipo más) que contrate directamente con una persona física, con un profesional del turismo, con una agencia homologada y habilitada. El agente de viaje la puede asistir en todo momento. Hemos notado que mucha gente que ha autogestionado su viaje a través de páginas web que desde el momento en que le cancelan un vuelo –que puede pasar– tienen que hablar con un 0800, esperar una hora en el teléfono, o hablar, no sé, con una persona que está en México… Nosotros estamos las 24 horas para asistir y sabemos cuáles son las formas de manejar este tipo de situaciones directamente con las compañías aéreas”, detalla.
En Rosario hay unas 200 agencias de viaje homologadas que son miembros de Arav. En el país llegan a 5.600, y de ellas viven unas 26 mil familias. “Solamente en las agencias, sin tener en cuenta empresas que trabajan a su alrededor, como transportistas, hoteles, restoranes… Hay más de un millón de personas que viven del sector turístico en forma directa o indirecta”, explica Manibesa. Y, aunque no puede dar certeza de números, estima que un 20 por ciento de las locales han tenido que cerrar por la pandemia. Aunque muchas desactivaron sus estructuras para continuar su trabajo en forma virtual desde sus propias casas, no fue suficiente para sobrevivir, explica.
“Nosotros vendíamos el mundo, después vendíamos Argentina, y ahora, bueno, no estamos vendiendo nada”, grafica el directivo. “Todo el sector se ha visto afectado, con el agravante que nosotros somos pymes y micropymes”, describe y ratifica que desde marzo del año pasado arrancaron con varios meses “con facturación cero” y que el “veranito” que llegó después con los cambios de fase también los mantuvo casi ajenos: “Fuentes oficiales informaron que en los primeros meses de este año viajaron 22 millones de personas dentro de la Argentina. Nosotros tuvimos una injerencia y una participación en un porcentaje bastante pequeño: mucha gente se autogestionó su viaje, llamó a un hotel de la costa, o de las sierras de Córdoba o donde sea; hizo la reserva, y fue con su auto. Ahí no tuvimos ningún tipo de participación. Donde la tenemos es en los viajes armados, concretados en bus o en avión, el hotel. Comparado con años mejores pasado, tuvimos una relación de 20, 25 por ciento: es muchísimo menos”, explica el titular de Arav.
Y si bien reconoce que hubo asistencia “con el ATP y el Repro II” no alcanzó a equilibrar: “Seguimos tratando de gestar con las tres patas del Estado, municipal provincial y nacional, que de alguna forma se nos escuche, que se nos condone o se eximan impuestos. Hemos tenido a nivel provincial algún crédito blando o créditos en bancos con tasa cero. Pero, ¿de qué nos sirve tomar un crédito blando si el día de mañana lo tenemos que pagar y no tenemos plata porque no podemos vender?, concluye el empresario.