El caso y la exposición pública que le dio al tema la madre de Marita Verón, Susana Trimarco, impactó no sólo en la sociedad, que protagonizó marchas en todo el país para pedir justicia cuando se absolvió a los acusados, sino también en la televisión y el cine, donde se analizan además las implicancias de la prostitución y la trata de mujeres.
En el área de la ficción, Telefé estrenó en marzo de 2008 la telenovela Vidas robadas, que estuvo en el aire hasta fines de octubre de ese año con 131 episodios y un elenco de figuras liderado por Soledad Silveyra y conformado por Jorge Marrale, Arturo Bonín, Facundo Arana, Juan Gil Navarro, Patricio Contreras, Carlos Portaluppi, Virginia Innocenti, Romina Ricci, Brenda Gandini, Silvia Kutika, María Carámbula, Ludovico Di Santo y Mónica Antonópulos, entre más.
El envío, que aún puede verse en la web de Telefé, tuvo buenos niveles de audiencia, con un promedió de 16 puntos de rating, y la emisión de su capítulo final en una función gratuita en el porteño teatro Ópera en una pantalla gigante simultáneamente a la trasmisión televisiva.
El conductor Mariano Peluffo tuvo el rol de presentador en el teatro, a cuyo escenario se sumaron todos los actores regulares de la serie y Susana Trimarco.
La historia, si bien ficticia y sin centrarse en Marita Verón, estaba inspirada en el caso y ponía el foco en el secuestro de personas para obligarlas a ejercer la prostitución.
En la novela, una joven de un pueblo ficticio de la provincia de Buenos Aires es secuestrada por una red de trata de personas. Se representa su punto de vista desde dentro de esa red, el de su madre que intenta encontrarla y rescatarla por diversos medios, y el de los criminales que manejan la operación.
En los primeros episodios, la historia se sostenía en partes iguales dentro de ese esquema y había otra trama que involucraba a Facundo Arana, pero la buena recepción lograda por la parte más comprometida de la ficción llevó a que la acción pase a estar en ese eje durante toda la historia y con todos los personajes en su órbita.
El personaje interpretado por Arana, Bautista Amaya, alcanza características propias de un héroe de acción, en lugar de las habituales del galán de telenovelas que el actor acostumbraba.
Además de ganar el Martín Fierro de Oro, la novela fue declarada de interés social por parte de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y por la Cámara de Diputados de la Nación.
La misma Trimarco también colaboró con los guionistas, Marcelo Camaño y Guillermo Salmerón, para la elaboración de las historias y, en función de reforzar el compromiso de la trama en dar a conocer a través de la ficción la situación real del caso Verón, su primera emisión fue seguida por una reposición del programa Humanos en el camino, en el que varias chicas liberadas contaban sus historias.
Asimismo, la novela trató la temática del tráfico de bebés, una trama desprendida de la principal, en la que una mujer secuestrada de la red tiene un hijo que se vende a padres que desean adoptar, que también se realiza mediante trámites legales con documentos falsificados.
En esa subtrama la actriz invitada Eleonora Wexler interpretaba a una esclava sexual liberada que busca a su hija. Además de las líneas argumentales principales, las secundarias se extendían hacia otros temas, como la corrupción policial, el clientelismo político o la manipulación mediática.
En tanto, al año siguiente se presentó el film documental Fragmentos de una búsqueda, que sigue a lo largo de más de un año a la madre y al padre de Marita Verón y a un policía, que van tras los rastros de la joven secuestrada en 2002 en Tucumán.
A cargo de la dupla de realizadores compuesta por Pablo Milstein y Norberto Ludin (Sol de noche, Malajunta), el documental no se centra en el caso de la trata de personas sino en los efectos producidos por una desaparición en una familia.
En esa mirada, aborda los distintos modos de reaccionar ante una tragedia y, también, la red de encubrimientos ante la desaparición de Marita Verón.
El film acompaña a Susana Trimarco y a su nieta Micaela (hija de Marita) en su búsqueda de los responsables del secuestro y su empeño por desmontar las redes de trata de mujeres para prostitución.
«La intención fue contar una historia personal o una historia sobre una familia, nunca nos propusimos hacer una película sobre la trata de personas», señalaban Milstein y Ludin al momento del estreno. «La película es sobre Susana Trimarco, los que están a su alrededor y lo que pasa con esta tragedia», expresaron. Y señalaron: «La intriga no está basada en el caso puntual sino en lo que pasa con los personajes del drama».
«Quisimos mostrar el claroscuro, la diferencia entre lo que le puede pasar a distintas personas con un mismo hecho: cómo hace que Susana salga y empiece su búsqueda y lucha que la llevó a rescatar a más de doscientas chicas en situación de esclavitud sexual, mientras ese mismo drama hace que el padre se guarde, ganado por una tristeza existencial que quizás lo conduzca a la muerte», agregaron.
Estaba relatada casi al modo de un policial negro, con la fantasmal aparición de Marita Verón a través de relatos, denuncias, conjeturas y rastros. La producción, producida por el periodista Eduardo Aliverti, fue premiada como mejor documental en el Festival de Trieste (Italia), y también fue presentado en el Canal Encuentro el 8 de febrero de 2012, día en que comenzó en Tucumán el juicio por la desaparición de la joven.
Por último, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el 25 de noviembre de 2015 el Canal Encuentro estrenó Cuerpo a cuerpo, una serie documental dirigida por Mathieu Orcel, de 14 capítulos, con eje en el tráfico de personas y el caso de Marita Verón, en cuya historia se basó el primer episodio.
La serie, disponible en la app pública Contar, partía de un relato en primera persona en el que Susana Trimarco describía su búsqueda incansable en el caso que se convirtió en un emblema de la lucha contra la trata de personas.