El senador nacional del Frente para la Victoria Juan Manuel Abal Medina consideró ayer que “el kirchnerismo es la expresión del peronismo” del siglo XXI, y vaticinó que “va a seguir vivo”. En una entrevista con la agencia Noticias Argentinas, el ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner señaló que en cuanto al perfil de oposición que debe adoptar el FpV, él se encuentra “en la gran avenida del medio”.
—¿Qué balance hace del Congreso del PJ?
—Fue un encuentro importante en un momento muy difícil del peronismo. El Congreso fijó un cronograma electoral, eligió una Junta Electoral y armó un proceso que espero que conduzca hacia una lista de acuerdo con gran consenso partidario.
—¿No cree que se anula la participación de las bases al no permitir la competencia interna?
—Para mí, al ser tan reciente la derrota y con el conflicto económico y social que estamos viviendo, hacer una elección interna y que la sociedad nos vea peleándonos por cargos partidarios en lugar de estar preocupados por lo que está pasando, no parece ser el mejor momento.
—¿El diputado José Luis Gioja es el hombre indicado para conducir al PJ?
—Es un probable candidato. Es un hombre de diálogo, respetado, con relaciones con todos los sectores del peronismo. Está en condiciones de conducir al partido.
—¿Cuál debe ser la postura que tiene que adoptar el FpV en cuanto a la intención de derogar la ley Cerrojo?
—Hay que buscar el mejor acuerdo posible. Tenemos que hacer las cosas responsablemente y cuidando que no vuelvan a sobreendeudar a la Argentina. Por un lado, tenemos que terminar con el proceso de reestructuración de la deuda que viene del gran default del 2001-2002, pero hacerlo cuidando el futuro de los argentinos. No queremos plantear de antemano si hay que hacer una cosa o la otra por una cuestión de consignas.
—En el Congreso quedaron expuestas posiciones contrapuestas acerca del perfil que debe asumir el peronismo. Por un lado, un ala más dura kirchnerista y por otro el otro una corriente más conciliadora. ¿En qué vereda se para?
—Yo diría que estoy en la “gran avenida del medio”, como decía Antonio Cafiero. Las posiciones de cada uno son atendibles, tienen que ver con la función que cada uno tenga. Si uno es un legislador que representa a un movimiento social o a una agrupación juvenil, obviamente que frente a lo que estamos viendo se para con mucha más dureza. A la vez, tenemos compañeros que gobiernan provincias y municipios y que quieren estar en buena relación con el gobierno nacional. Mi posición es que ni haciendo como oposición lo que nosotros antes criticábamos –no dando quórum y diciendo a todo que no– ni acercándonos demasiado al gobierno estamos cumpliendo con nuestra tarea.
—¿Cómo toma el hecho de que Cristina no haya querido participar de la reorganización del justicialismo?
—A diferencia de Néstor, a Cristina nunca le interesó la rosca partidaria. He discutido algunas veces con ella el tema, e incluso le propuse que sea la jefa del partido cuando yo era jefe de Gabinete. No le interesó ser dirigente partidaria. En toda su vida política, había una división de roles y todo eso lo hacía Néstor.
—¿Se puede seguir hablando de kirchnerismo o hay que hablar de peronismo?
—Néstor siempre se reía cuando se hablaba de kirchnerismo. Yo siento que mientras haya en política individuos, militantes y dirigentes, como es mi caso, que sintamos que el kirchenrismo es la expresión del peronismo de este siglo, va a seguir vivo.
“Un cierto menosprecio hacia Macri nos llevó a la derrota”
El senador del FpV Juan Manuel Abal Medina resaltó ayer que lo que llevó a la derrota del peronismo en 2015 fue el “menosprecio” que tuvo la dirigencia kirchnerista hacia la construcción política del ahora presidente Mauricio Macri, de quien pensaban que lideraba un “partido vecinal que no podía ganar nunca en la Argentina”.
—¿A qué atribuye la derrota electoral de 2015?
—Seguramente hubo medidas de gobierno que no fueron las mejores, se cometieron errores en la gestión, pero me parece más bien que lo que nos llevó a la derrota tuvo más que ver con un cierto menosprecio que tuvimos hacia Mauricio Macri. Hace un año todavía pensábamos que era un partido vecinal, con los globitos, que no podía ganar nunca el país. Entendíamos que era casi obvio que ganábamos, que bastaba con que cerráramos nuestra interna para que ya estuviera todo resuelto. Eso llevó a una falta de responsabilidad por parte nuestra.
—¿En qué sentido?
—Algunos decían que votaban desgarrados al candidato, que no le hacían campaña porque no querían que gane por mucho, otros estaban dedicados a ver qué cargo iban a tener en el Gabinete (de Scioli). Al final, la militancia salió fuertemente a marcar la cancha, pero el resto de la fuerza política tuvo una enorme irresponsabilidad.