Abel Pintos acaba de lanzar su duodécimo álbum titulado El amor en mi vida, en el que por primera vez se asoma a un repertorio que compuso y produjo con artistas iberoamericanos en una experiencia que considera que le permitió “llegar a un determinado lugar por medio de otro camino”.
“Tenía muy en claro las cosas que necesitaba decir y armé un mapa muy claro con esos nombres a los que me abrí porque confiaba que iban a ser los indicados”, señaló Pintos durante una entrevista telefónica con Télam.
La galería de colaboraciones para la placa la integran, además de su hermano Ariel, desde España Vanesa Martín, Beatriz Luengo y Diego Cantero; desde Puerto Rico Kany García y Tommy Torres, el venezolano dúo San Luis y el peruano Gian Marco Zignano.
Además, el cubano Yotuel Romero (exOrishas), el mexicano Mario Domm (de Camila) y el argentino Nano Novello participaron como autores y productores sumándose en este último rol a Ettore Grenci, Juan Pablo Vega y Eduardo Cabra (ex Calle 13).
Los aportes incluyen la presencia cantante de Camila (en “De mí, contigo”, que compuso junto a Domm), Beatriz Luengo (en la canción compartida “El hechizo”), de Lali (en “Disparos”, creada junto a Torres) y de Yotuel (en “Camina”, pieza firmada junto a Luengo y su hermano Ariel).
Desde su casa en Resistencia, Chaco, donde vive desde agosto pasado junto a su pareja Mora Calabrese, el hijo de ambos Agustín (nacido el 22 de octubre de 2020) y Guillermina, hija de la empresaria, el artista hizo un balance de este presente en el que alumbró un nuevo material discográfico a su exitoso andar.
El músico, autor y cantante nacido hace 37 años en Bahía Blanca, afirmó que trabajó en torno a El amor en mi vida desde febrero de 2019 pero recién encontró su título a poco de publicarse.
“El disco al comienzo se llamaba, en mi mente, Las caras de la buena suerte y se terminó transformando en El amor en mi vida al advertir, en un ejercicio de reflexión, cómo el amor se hace presente en mi cotidiano de muchas maneras distintas”, aseguró.
En ese sentido, apuntó: “Durante muchos años hablé del amor desde las distintas experiencias vividas, de aprendizaje, de balance. En este disco de lo que hablo es de cómo el amor a través de distintas personas y maneras se expresa a diario y lo que significa en mi vida”.
Respecto a la decisión de aventurarse a colaboraciones tan diversas Pintos confesó: “Fue una decisión artística desde el comienzo de la idea de este álbum y eso implicó abrirme, decirme y decir lo que sentía para que otros autores y compositores pudieran tener conocimiento cabal de lo que necesitaba expresar”.
“A muchos de ellos los conocía hacía tiempo y de otros valoraba sus aportes artísticos”, agregó al tiempo que aseguró que la consigna de trabajo fue: “Si no nace, no forcemos nada”. “Pero en general todas las canciones tuvieron lo que yo buscaba que es mi experiencia, mi sentimiento y mi acento pero el acento del otro artista también. Por ejemplo en la canción con Vanesa Martín («De ida y vuelta») la letra repite la frase «vamos a enfadarnos» y sin embargo como la historia la creamos entre los dos me pareció bien que quedara una expresión que yo no uso pero que introduce el sentimiento que compartí con ella”, puntualizó.
Para Pintos estos intercambios implicaron un desafió diferente como interprete ya que tuvo que tuvo que incorporar palabras de otras personas “puestas al servicio de la temática”. “Como intérprete respeto mucho a los autores y para este disco tuve que asumir ese ejercicio”, aseguró.
Un nuevo camino
A lo largo de su trayectoria cada disco de Abel Pintos le significó una bitácora de viaje. “Y este no es la excepción. Los mensajes son siempre muy personales y es ahí donde radica lo constante en mí porque luego, desde lo musical, soy naturalmente ecléctico”, dijo.
En la actualidad el músico se encuentra llevando adelante el trabajo de promoción de este nuevo disco. “Disfruto mucho de contar lo que hice y porque mi crecimiento en otros países ha sido exponencial durante todo el año pasado, algo que no sé explicarme por qué”, dijo y ejemplificó: “En dos países que había visitado mucho como España y México y donde el consumo de mi música se ha disparado por las nubes y mucha más gente llegó a ella, por lo que estamos recibiendo propuestas muy concretas que nos sorprenden pero a las que, debido al contexto sanitario, igual tomamos con pinzas”.
En miras a una nueva apertura de shows presenciales y habiendo vivido esa experiencia durante el verano Pintos contó: “Tuve la oportunidad de vivir una experiencia este verano entre febrero y abril en unos 30 conciertos y fue altamente positivo. Significó la revalorización de muchas cosas y entre ellas poder compartir un recital con todo lo que eso moviliza”.
“Al vivir en familia cambió mi foco frente a la vida”
Con un primer hijo de 8 meses de edad y una nueva existencia familiar y en otra ciudad, Abel Pintos confesó que cambió su “foco frente a la vida”. “De venir en solitario a pasar a vivir en familia cambié la postura y de lugar en donde pararme en la vida”, aseveró.
Por eso y más allá de la reciente salida de El amor en mi vida, nuevo paso en un tránsito musical que lo muestra como el más taquillero artista local y con nuevos horizontes internacionales, el creador indica que la vida en familia no le alteró mucho los planes: “Nunca fui muy rutinario en mi agenda y no elijo momentos para hacer cosas”.
“Además -reveló- tanto Guillermina como Agus me desafían intelectual y emocionalmente y eso me estimula. Aprendo tanto a diario que eso tarde o temprano se va a convertir en material”.
Sobre lo que se viene Pintos afirmó que reactivó un proyecto literario que tenía en agenda. “Reactivó de una manera más formal que nunca. Va lento pero no pasa un día sin que al menos escriba un párrafo”.
Para concluir el músico hizo referencia a su apoyo público a Paulo Londra en su litigio contractual con unos productores. “No lo conozco a Paulo, conozco su obra y desde ese lugar hablo y me expresé porque más allá de los detalles del conflicto lo que pienso es que la música es libertad y hace falta de ella para poder hacerla. Discutamos los contratos que haya que discutir pero no coartemos la libertad, así no”.