Los abogados defensores de los líderes de la banda narco «Los Monos» presentaron un recurso de habeas corpus para que Máximo Ariel ‘Guille’ Cantero y Emanuel ‘Ema’ Chamorro sean trasladados nuevamente al penal federal de Ezeiza, al considerar que con el último traslado del viernes pasado «se agravaron las condiciones de detención» de ambos.
«Queremos que vuelvan a Ezeiza (Buenos Aires) porque se agravaron las condiciones de detención. Están alejados de su grupo familiar y la distancia afecta al ejercicio de la defensa», aseguró Carlos Varela, uno de los abogados defensores de Cantero (27) y Chamorro (26).
El nuevo traslado de ambos presos el viernes último por la noche generó un fuerte rechazo por parte de los abogados y familiares de los implicados, quienes expresaron su queja por las distancias que deberían recorrer desde Rosario para visitarlos.
Es que Cantero fue llevado al penal federal de Rawson, en Chubut, y Chamorro fue trasladado a la cárcel de Neuquén.
«Se complica la defensa técnica. Para poder dialogar tenemos que ir desde Rosario hasta aeroparque para ir en avión y en el caso de Cantero, hacer otros treinta o cuarenta kilómetros en auto hasta Rawson», añadió Varela en declaraciones a Radio2.
El abogado explicó uno de los fundamentos del recurso presentado ante el Juzgado Federal 4 de Rosario que entiende en la causa por narcotráfico en la que están acusados desde diciembre pasado.
Ambos, por otra causa de asociación ilícita, se encontraban detenidos en la Unidad Penitencia Santafesina de Piñero.
En las últimas semanas, las autoridades del Servicio Penitenciario de Santa Fe denunciaron distintos episodios en los que se alertaba un posible intento de fuga por parte de los líderes de la banda «Los Monos», entre ellos un tiroteo entre guardiacárceles y dos hombres que presuntamente se hallaban sobre el muro perimetral de la cárcel.
Ante esa sospecha, las autoridades penitenciarias de la provincia solicitaron a la Justicia el traslado de ambos a una cárcel federal, por lo que el miércoles pasado fueron llevados bajo un fuerte operativo de seguridad hacia la cárcel de Ezeiza.
Cuando los presos llegaron a esa cárcel bonaerense debieron aguardar casi cinco horas en el acceso al penal hasta que finalmente fueron admitidos por las autoridades penitenciarias, ya que –según dijeron– no tenían disponible las plazas para alojarlos.