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Aborto: está listo el misoprostol fabricado por el Estado

El laboratorio público santafesino ya hizo 100 mil comprimidos de la droga que sirve para abortar de manera segura y ambulatoria

El primer lote de misoprostol público y santafesino estará listo en diciembre. Será la primera vez que la droga usada para abortar de manera segura y ambulatoria esté disponible en Argentina en estado puro. Actualmente el laboratorio Beta es el único que lo fabrica bajo el nombre de Oxaprost y lo vende mezclado con diclofenac a un valor que en farmacias llega a los 3300 pesos.

La producción santafesina fue anunciada en marzo por el gobierno provincial y está a cargo del Laboratorio Industrial Farmacéutico Sociedad del Estado (LIF). Según explicó el integrante del directorio Jorge Stettler, la primera tanda tuvo un costo equivalente al 10 por ciento de lo que vale el Oxaprost y está en la fase de prueba de estabilidad. De resultar positiva, los cien mil comprimidos calculados para abastecer durante el 2019 a todos los centros de salud pública de la provincia estarán disponibles a fin de año. El integrante del LIF contó también que otras provincias están interesadas en la compra y que el laboratorio está en condiciones de abastecer a todo el país.

El misoprostol es usado en los procedimientos de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) y en Rosario tuvo resultados exitosos: desde 2012 ninguna mujer muere por abortos clandestinos. “La fabricación tuvo muy buena repercusión en otras provincias, no sólo por ser una producción pública sino porque hoy la droga sola no existe en Argentina. Es la primera vez que vamos a tener un medicamento adecuado para la ILE y para muchos tratamientos ginecológicos”, agregó el subdirector de Políticas de Género de Santa Fe, Oraldo Llanos.

Después del anuncio de marzo, los científicos del LIF se pusieron a trabajar en la prueba piloto del misoprostol público. La primera tanda es de 100 mil comprimidos y estarán disponibles en blísters de cuatro comprimidos. Según Stettler, del total tomaron 4 mil para la prueba de estabilidad que mide la concentración de la materia prima y si la pastilla no se mancha, degrada o cambia de color. El resto está en el depósito del laboratorio a la espera de los resultados para ser usado. El estudio tiene dos fases: una acelerada de seis meses que termina en diciembre y otra natural de un año. Con la primera el medicamento estará listo para el uso en el territorio santafesino.

Para la venta a otras provincias la droga deberá pasar la prueba de estabilidad natural de 12 meses, uno de los requisitos que pide la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para aprobarla. Stettler explicó que desde que anunciaron la producción pública los gobiernos de al menos cuatro provincias llamaron al LIF interesados en comprar. Además, desde el gobierno nacional se mostraron interesados en dar apoyo al laboratorio santafesino. “Somos el laboratorio que hoy tiene la producción avanzada y el apoyo es fundamental para no superponernos con otros y que haya celeridad en la inscripción. Tenemos capacidad para abastecer a todo el país si planificamos la producción”, agregó.

En el LIF calcularon que el primer lote servirá para cubrir la demanda de un año de los hospitales y centros de salud de toda la provincia. La duración puede variar por el contexto nacional de debate del proyecto de ley Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), que el 8 de agosto votará el Senado. Ante este panorama, Stettler explicó que después de la prueba piloto la producción será más rápida porque no será necesario el estudio de estabilidad y en pocas semanas podrán tener una nueva tanda. Los costos también serán más bajos, hoy estimados en un 10 por ciento de lo que vale el producto comercial. “Con la producción pública se abre un abanico de necesidades y va a haber demanda más allá de las ILE. Se puede usar para feto muerto retenido, tratamientos en el cuello del útero, hemorragias pospartos y otros tratamientos. Estimamos esta cifra pero se va a ver el consumo en la medida que pase el tiempo”, agregó.

En la salud pública

El misoprostol no es un medicamento desconocido para los profesionales de la salud pública de Santa Fe. En Rosario el municipio empezó a comprarlo en 2012 y un año después llegó al resto del territorio provincial. Hoy se consigue gratis en todos los centros de salud para la práctica de las ILE, que la ley permite bajo las causales de violación y riesgo de salud de la mujer. La aplicación de los protocolos de ILE y el uso de misoprostol fueron la receta para que desde hace seis años Rosario tenga mortalidad cero de mujeres por abortos inseguros y clandestinos. En promedio se hacen entre 500 y 600 abortos no punibles al año y no sólo se terminaron las muertes de mujeres, sino que no aumentaron ni disminuyeron la cantidad de interrupciones. Sí bajaron las internaciones. En 2016, de 550 interrupciones, sólo 169 necesitaron internación. Una década atrás todas las mujeres eran hospitalizadas y la mayoría corría riesgo de muerte.

La droga política

El misoprostol es una de las drogas que más revolucionó la salud de las mujeres. Sirve para abortar de forma segura y ambulatoria, es decir, en casa y sin pasar por un quirófano. El uso para terminar con embarazos no deseados fue un descubrimiento de las propias mujeres en la necesidad de encontrar soluciones ante estados que criminalizan la práctica del aborto y obligan a hacerlo en la clandestinidad. En 1986 Brasil aprobó la fabricación y comercialización para problemas gástricos. En el prospecto decía que no debían usarlo las embarazadas y el dato sirvió para que las mujeres probaran. Años después la OMS lo declaró esencial para la práctica de un aborto seguro ambulatorio. Un ejemplo similar pasó en Argentina con el uso del cannabis medicinal. Fueron las madres de niños con epilepsia y otras enfermedades las que en la clandestinidad cultivaron y demostraron que el aceite servía para calmar el dolor. La ciencia tomó el conocimiento desarrollado y lo sistematizó y el año pasado fue legislado en todo el país.