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Aborto: expusieron los oradores a favor del proyecto

Por la tarde, será el turno de la segunda ronda de intervenciones que se oponen a la legalización de las prácticas de interrupción voluntaria de embarazos no deseados.

En la segunda audiencia en torno al proyecto de despenalización del aborto en la Cámara de Diputados, se completó este mediodía la ronda de exposiciones de los oradores que defendieron la iniciativa motorizada por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.

Por la tarde, será el turno de la segunda ronda de intervenciones que se oponen a la legalización de las prácticas de interrupción voluntaria de embarazos no deseados.

El primer bloque de discursos fue abierto por la psicóloga, docente y militante feminista de la agrupación Pan y Rosas (PTS) Andrea D´Atri, quien hizo hincapié en la «lucha persistente del movimiento de mujeres» durante décadas pese a que los gobiernos de distintos se encargaron de bloquear el tratamiento institucional del tema.

Recordó en este sentido que el ex presidente Carlos Menem dio lugar a un pedido del Vaticano para incorporar al calendario oficial el «Día del Niño por Nacer», el cual se mantiene hasta estos días.

Además, señaló que durante los tres gobiernos kirchneristas el «derecho al aborto» nunca fue tratado por el Congreso «por expreso pedido del Poder Ejecutivo que disciplinó al bloque oficialista».

Sin embargo, destacó que la campaña a favor del aborto legal dio sus frutos en la sociedad, donde «una mayoría ya se ha expresado a favor» de la propuesta, de acuerdo a las últimas encuestas.

En segundo lugar, tomó la palabra la ex diputada nacional del Partido Socialista María Elena Barbagelata, quien sostuvo que «la penalización de la interrupción voluntaria del embarazo vulnera los derechos de las mujeres a la no discriminación y a la igualdad, a la salud y a la atención médica adecuada, a la vida, a la libertad y dignidad, a la privacidad, a la autodeterminación, a decidir sobre el número de hijos y el intervalo entre sus nacimientos, a la libertad de conciencia y religión y a verse libre de tratos crueles, inhumanos y degradantes».

Para la dirigente socialista, la penalización del aborto «implica considerar que la mujer no es un sujeto de derechos, sino una cosa, que no puede decidir sobre su cuerpo», agregó que con la sanción «lo que se castiga, en definitiva, es la decisión de no querer convertirse en madre».

Advirtió en ese sentido que la penalización del aborto es «una figura que ya va a cumplir 100 años, de 1921» cuando «la mujer carecía de voz y voto».

A continuación, el ensayista y docente universitario Alejandro Katz resaltó que «un cambio en la legislación no provocará un cambio en las prácticas sino en las condiciones en que estas se realizan, permitiendo que sean sanitarias y efectivamente adecuadas, y suprimiendo parcialmente la manifiesta y extrema inequidad que hoy existe entre mujeres que pueden pagar un aborto y aquellas que se encuentran obligadas a hacerlo en formas miserables».

Por su parte, el médico Mario Sebastiani, de la División Ginecologia y Obstetricia del Hospital Italiano de Buenos Aires, consideró que «la prevención de la vida y la salud de la mujer debe estar por encima que la prevención de la vida y la salud del feto».

«En vez que quedarse discutiendo sobre la moralidad de los hechos, avancemos en la protección de la salud de las personas, Si gana el ´sí´, se abre una ventana para ser un país moderno y democrático con dignidad y salud para las mujeres. Si gana el ´no´, no ganan los embriones. Se ha demostrado que tenemos más abortos que los países que han despenalizado. Tampoco ganan las mujeres porque no va a tener dignidad, y las obligan a ir a la clandestinidad y la muerte», argumentó.

La directora ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), Natalia Gherardi, defendió la legalización del aborto al sostener que el uso del derecho penal para regular estas prácticas se ha revelado «ineficaz» a la hora de «disuadir» a las mujeres que desean interrumpir sus embarazos, lo cual queda evidenciado en las «elevadas» tasas de abortos clandestinos.

La periodista Mariana Carbajal advirtió que existen razones fundadas para tener derecho a interrumpir un embarazo, como por ejemplo la falibilidad de los métodos anticonceptivos, la falta de acceso a ellos, o situaciones económicas «precarias» que hacen «inconveniente» proseguir con un embarazo.

«A veces no tenemos acceso a anticonceptivos. O nuestra pareja, violenta, nos esconde las pastillas y no deja que nos cuidemos. Esto pasa, no es mito. Un embarazo también puede ser inconveniente cuando atravesamos una situación económica precaria o nos enteramos que el feto tiene una malformación incompatible con la vida», fundamentó.

A su turno, la secretaria de género de la CTA de los Trabajadores, Estela Díaz, apuntó contra los que denomina «sectores antiderechos», a quienes acusó de «engañar» cuando sostienen que «priorizan las dos vidas».

«Ponen la prioridad en la vida del embrión. Nos engañan. No hay franqueza cuando se dice que se priorizan las dos vidas. Hay momentos en que no hay empate en la vida, en que es una final.

Es una vida o es la otra que la que se pone en cuestión. Quienes están en contra priorizan la vida del embrión. Humanizar la vida del embrión es deshumanizar la vida de las mujeres. Es quitarnos derechos, es desvalorizar nuestra vida y esto se inscribe en una historia milenaria de la humanidad. Esto es patriarcado, es machismo y nada tiene que ver con la lucha por la vida», esgrimió.

Díaz fue seguida en el uso de la palabra por la escritora Claudia Piñeiro, quien centró su análisis en demostrar que los sectores en contra de la despenalización buscan «imponer» su visión a los que están a favor, mientras que no ocurre esto mismo a la inversa.

«En este debate estamos viendo que hay un punto de vista que quiere anular el punto de vista del otro. Los que estamos a favor no queremos obligar al otro a interrumpir el embarazo.

En cambio los que están en contra quieren imponer su punto de vista al otro», concluyó.

El ex diputado nacional de Unidad Popular Claudio Lozano considero que aprobar este proyecto implica «terminar con la hipocresía» porque «no estamos hablando de lo que va a ocurrir a a partir de que apliquemos este proyecto sino de lo que ya existe».

«El aborto existe. Hay una realidad objetiva de la cual hay que hacerse cargo e ignorarla es un acto de hipocresía».

«La maternidad no puede ser nunca una imposición. Tiene que ser una imposición de vida. Está claro que penalizar el aborto no resuelve el problema de que hayan menos abortos. Lo único que genera es que los procedimientos para llevar a cabo el aborto sean mas inseguros y consecuentemente eleva el riesgo de la vida de las mujeres», fundamentó Lozano, que dijo que los países que avanzaron con legislación despenalizadora redujeron los índices de mortalidad materna.

También expusieron en el anexo C de la Cámara baja la referente del Movimiento Libres del Sur en la Ciudad de Buenos Aires e integrante de MuMaLá -Mujeres de la Matria Latinoamericana- Laura González Velasco; la dirigente del Plenario de Trabajadoras-Partido Obrero Vanina Biasi; la médica genetista Analía Bruno; la psicóloga Andrea Berra; el abogado y jurista Roberto Gargarella; la referente del movimiento LGBT y ex legisladora porteña María Rachid; la titular de la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM), Mabel Bianco; y las abogadas Soledad Deza y Mónica Menini.

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