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Aborto: la Iglesia renovó sus críticas contra el fallo de la Corte

En el marco de la celebración del Día del Niño por Nacer, el arzobispo de Santa Fe y jefe de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, expresó que "no existe ningún motivo ni razón que justifique la eliminación de una vida inocente, ni siquiera en el caso lamentable y triste de una violación".

La Iglesia católica renovó sus críticas al fallo de la Corte Suprema que ratificó que el aborto no es punible en caso de violación, en el marco de una jornada nacional convocada por los obispos para rezar por la vida naciente y rechazar la despenalización legislativa de esa práctica.

El Día del Niño por Nacer se recordó con misas en las catedrales del país, bendiciones de embarazadas, proyección de ecografías, oraciones ecuménicas, procesiones en las calles, bicicleteadas y colectas a favor de las mujeres en riesgo de abortar, entre otras acciones en defensa de la vida desde el momento de la concepción y la protección integral de la mujer embarazada.

La celebración tuvo este año como telón de fondo los pedidos en Córdoba de la interrupción de embarazos sin judicialización, tal el criterio ratificado por el máximo tribunal, y la decisión de algunas provincias, como Mendoza y La Pampa, de no acatarlo, además de la presentación de proyectos legislativos para permitir a la mujer la interrupción voluntaria del embarazo en las primeras 12 semanas de gestación.

En tanto, los obispos insistieron en criticar en mensajes el fallo de la Corte, mientras organizaciones antiabortistas buscan que las provincias se declaren «pro-vida» y juntaron firmas para un proyecto de ley por iniciativa popular de protección integral de la familia que contrasta con las propuestas legislativas para despenalizar el aborto.

«El aborto es la supresión de una vida inocente, y no existe ningún motivo ni razón que justifique la eliminación de una vida inocente, ni siquiera en el caso lamentable y triste de una violación», expresó el arzobispo de Santa Fe y jefe de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo.

Por su parte, el arzobispo de Rosario, José Luis Mollaghan, coincidió en que «las necesidades sociales y la justicia que puede reclamar el horrendo caso de una violación, no puede justificar otra injusticia, donde se prescinde de una vida humana, que la misma ciencia reconoce ya iniciada en el seno materno».

Según ONGs, en Argentina se realizan unos 460 mil abortos clandestinos anuales y las condiciones de salubridad e higiene en que se practican están directamente relacionadas con el poder económico de cada mujer.

Sin embargo, expertos en bioética aseguraron que la cifra está sobreestimada y consideraron que por año se llevan a cabo en el país menos de 48 mil abortos inducidos. Asimismo, advirtieron que el número de intervenciones se triplicaría en el caso de que esta práctica se despenalice.

Ante el tratamiento de proyectos de ley para despenalizar el aborto, el Episcopado argentino dedicó el 2011 al Año de la Vida. El Día del Niño por Nacer fue impuesto el 7 de diciembre de 1998 por decreto del ex presidente Carlos Menem, en coincidencia de la festividad religiosa de la Anunciación a María Virgen.

La iniciativa, que tiene su correlato en otros países, fue recibida con beneplácito por los obispos, aunque mereció reparos por lo que se consideró una «utilización política» de esa celebración por parte del ex jefe de Estado.

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