Un joven de 20 años fue condenado, mediante un juicio abreviado, a 13 años de prisión por varios hechos de robo; uno de ellos derivó en la muerte de una mujer que intentó resguardar la vida de su hijo en una parada de colectivo en la zona norte. El imputado prestó su consentimiento al acuerdo que modificó la calificación legal que originariamente le fue achacada. El testimonio base de la acusación fiscal fue el del hijo de la víctima. Un chico de 19 años que posee un trastorno fonativo y no se habilitó durante la instrucción penal preparatoria (IPP) que el muchacho declarase en Cámara Gesell. Finalmente, el fiscal Florentino Malaponte explicó que la declaración del muchacho en un juicio oral implicaría exponerlo a revivir el momento más traumático de su vida, donde además perdió a su madre en forma violenta, y existía la posibilidad de que el tribunal oral entendiera que se trató de un homicidio en ocasión de robo y no un homicidio criminis causa.
La madrugada del 6 de junio de 2015 Alicia Beatriz Bravo, de 53 años, acompañó a su hijo Daniel L., de 19, hasta la parada de colectivos ubicada en Ayala Gauna y Sánchez de Loria. Mientras esperaban la llegada del ómnibus apareció un joven que, según Daniel, se le sentó al lado y se le tiraba encima. Luego se fue y asaltó a un repartidor de diarios que llegaba a un quiosco de revistas ubicado en Sánchez de Loria y Colombres. El asaltante le sustrajo 55 pesos y la víctima huyó en su camioneta.
Entonces el ladrón volvió a la parada de colectivos, se acercó por detrás al joven y su madre, y les dijo que le entregaran sus pertenencias. El chico relató que lo tiró al piso y comenzó a darle patadas, entonces su madre se interpuso para defenderlo y le gritó que fuera corriendo a la comisaría. En ese momento el agresor sacó una cuchilla y apuñaló a la mujer en varias oportunidades.
Bravo recibió lesiones en el hombro, brazo y tórax que le afectaron el pulmón izquierdo y la arteria aorta y murió poco después en el hospital. El sospechoso, identificado como Mariano Javier Yucanovich, fue reconocido en rueda de personas. El caso llegó a una audiencia preliminar y el fiscal solicitó que el testimonio de Daniel se tomara en Cámara Gesell, en virtud de un informe médico forense. El médico dictaminó que el joven “se expresa en forma precaria, denotando una capacidad intelectual levemente inferior a la normal”, a lo que sumó que sufre de un trastorno fonativo.
El fiscal concluyó que exponer al muchacho en un juicio oral a repasar la experiencia más traumática de su vida le provocaría una conmoción, a lo que sumó el visto bueno de la familia de la víctima para el acuerdo. A su vez, explicó que es probable que el testimonio del joven se interpretara, por parte del tribunal, no como un homicidio producido para ocultar otro delito sino como consecuencia de la violencia propia del robo que derivó en la muerte.
A estos delitos se sumó otro hecho ocurrido el 12 de marzo de 2015 en Martínez Estrada y Tarragona, donde Yucanovich rompió un vidrio de un local, y una tentativa de robo a un hombre que esperaba el colectivo en Ayala Gauna y Sánchez de Loria, el 11 de abril de 2015. En esa oportunidad intentó sacarle un maletín, aunque la víctima se resistió y Yucanovich fue detenido.
El acuerdo fue presentado por la fiscalía y la defensa –a cargo de José Ferrara– ante la jueza de IPP Hebe Marcogliese. El imputado Yucanovich dio su consentimiento al acuerdo y aceptó una pena de 13 años de prisión por los hechos de robo calificado por uso de arma blanca, tentativa de robo calificado, daño y robo calificado con resultado muerte. Lo que fue homologado por la magistrada, quien entendió que la pena es adecuada y proporcional.