La mayoría de los sindicados integrantes de la banda de Los Cuatreros, que operaba en el barrio Cabín 9, fue condenada a través de juicios abreviados. El Narigón, sindicado líder de la asociación ilícita, y su hijo Matías firmaron ayer un acuerdo a 4 años de prisión efectiva y a tres años de ejecución en suspenso, respectivamente. A su vez, el menor de los Cabrera será acusado hoy por el fiscal Miguel Moreno por el crimen de Mario Lucci ocurrido en febrero pasado en la vecina localidad de Pérez. Por este crimen, Caballo, el único integrante de la banda que no está condenado, también fue imputado un mes atrás.
Un largo camino al abreviado
La banda de los Cuatreros comenzó sonar en las crónicas policiales a partir de 2007. Tenían su base en Cabín 9, el barrio más vulnerable de Pérez, lindero con Rosario. Por ese tiempo, eran noticia por ser alrededor de veinte jóvenes que andaban a caballo por las calles amenazando y atemorizando a los vecinos. En ese entonces, los jinetes eran conocidos por llegar a lugares donde los vecinos se juntaban para celebrar algún acontecimiento, romperles todo y los amenazaban de muerte para marcar su liderazgo.
Pasaron siete años y, en septiembre de 2014, se hizo un importante operativo en Cabín 9 con el fin de desarticular las bandas entre las que se encontraba Los Cuatreros, a la que entonces se investigaba por delitos como amenazas calificadas, lesiones graves y abusos de armas. Los allanamientos fueron ordenados por el fiscal Fernando Dalmau, y respondían a una serie de denuncias radicadas por vecinos en la subcomisaría 18ª. Ese procedimiento concluyó con ocho detenciones y el secuestro de dos armas. En esa época, Dalmau sostuvo que los allanamientos buscaban desarticular a Los Cuatreros pero también a otras gavillas sobre las cuales también pesaban denuncias, que ya incluían usurpaciones.
El fiscal continuó con la investigación y el 13 de noviembre pasado hubo seis procedimientos en Cabín 9 y uno más en el barrio Tango, donde los uniformados detuvieron a dos hombres, entre ellos al sindicado líder de la banda, Roberto “Narigón” Cabrera, de 35 años. En aquel entonces este acusado terminó en libertad por falta de pruebas. Pasó menos de un año y Narigón volvió a caer.
Pruebas para las condenas
En este último procedimiento del 10 de marzo pasado, el que a la postre terminaría brindando las pruebas para los recientes abreviados, hubo 25 allanamientos en Cabín 9 en un nuevo intento de desarticular a Los Cuatreros. Aquel día fueron detenidas 13 personas, siete de las cuales eran buscadas.
“Se trata de una banda con fuerte presencia en Cabín 9 que intimidaba a los vecinos con el fin de que hagan abandono de sus viviendas para ocuparlas. Los amedrentaban de todo tipo de maneras, sobre todo con disparos en sus casas, aunque también ha habido heridos de arma de fuego. El objetivo del operativo era la detención de personas que tenían vinculación directa y se logró”, señaló en dicha oportunidad el fiscal.
A finales de marzo, los ocho detenidos fueron imputados. El Narigón Cabrera fue acusado de ser el jefe de una asociación ilícita que se dedicaba a amenazar y disparar contra los vecinos, con el fin de ocupar sus casas. Jonatan “Caballo” Vázquez fue señalado por tener un rol preponderante dentro de la estructura y a Matías, hijo del Narigón, lo imputaron como un partícipe de la banda.
También fueron imputados: Ignacio Ojeda, alias Trompi; Nahuel Ortiz, conocido como Negro; Nicolás Monserrat, apodado Dibu; Facundo “el hijo de Mundi” San Pablo; Ismael Aquino, y el mencionado Caballo.
A los pocos días, tres de los acusados decidieron aceptar su responsabilidad en la asociación ilícita y firmaron acuerdos abreviados, para no llegar a juicio oral. Dibu y Trompi lograron un acuerdo de 3 años de prisión en suspenso. Por su parte, el hijo de Mundi acordó un año y medio en suspenso, debido a que no se lo acusó como integrantes de la asociación ilícita. “Este muchacho estaba imputado por un abuso de armas y un robo simple. Esta semana volvió a quedar detenido por una nueva causa de abuso de armas”, describió ayer el fiscal. A su vez, el Negro e Ismael convinieron tres años de prisión condicional.
En ese sentido, en el juicio abreviado que fue homologado ayer por la jueza Hebe Marcogliese, el Narigón fue condenado a cuatro años de prisión efectiva al aceptar su responsabilidad como jefe de la asociación ilícita y también por amenazas coactivas calificadas tendientes a que una víctima abandonara su domicilio. Por su parte, Matías Cabrera firmó un acuerdo a tres años de prisión condicional como integrante de la asociación ilícita, resistencia calificada a la autoridad y abuso de armas.
El crimen de Lucci
Sin embargo, Matías Cabrera quedó detenido a pedido del fiscal Miguel Moreno, por estar señalado en el crimen de Mario Lucci. El asesinato ocurrió el 21 de febrero pasado cuando el hombre de 43 años estaba junto a su hijo en la puerta de su casa y fueron sorprendidos por dos muchachos en una moto que le dispararon tras pedirle en vano dinero.
En ese marco, la pesquisa indicó que existen pruebas concretas para señalar como los homicidas al hijo del Narigón y a Caballo. Este último ya fue imputado por Moreno en este caso, al igual que sigue acusado de formar parte de la asociación ilícita: es el único de la banda de Los Cuatreros cuya situación aún no fue definida.