Eduardo Di Lella, ex secretario de Seguridad de la provincia de Tucumán, y Hugo Sánchez, ex jefe de Policía, fueron condenados a seis años de prisión por el encubrimiento del homicidio de Paulina Lebbos, la joven universitaria asesinada en 2006 en la ciudad de Tucumán. En tanto, Roberto Gómez fue absuelto de los cargos como partícipe secundario de los delitos de privación ilegítima de la libertad seguida de muerte. El veredicto se dio a conocer minutos antes de las diez de la noche de este lunes, a un día de cumplirse 13 años del homicidio.
El fallo fue dictado en la última audiencia convocada por los jueces de la sala III en lo Penal, Dante Ibáñez, Carlos Caramuti y Rafael Macoritto, que iniciaron este proceso hace poco más de un año, el 6 de febrero de 2018.
Al comienzo de la audiencia de este lunes dijeron sus últimas palabras antes del veredicto Sánchez y Di Lella. La semana pasada, los jueces escucharon las últimas palabras de otros tres de imputados por el mismo delito: el ex subjefe de la Regional Norte Héctor Rubén Brito; el subjefe de Policía Nicolás Barrera y el ex policía Waldino Rodríguez, quienes al igual que los anteriores desempeñaron sus cargos durante la primera gestión del ex gobernador tucumano José Alperovich.
Brito fue condenado a cinco años de prisión e inhabilitación por ocho años como coautor de encubrimiento y falsificación de instrumento público. Barrera a cinco años y seis meses de prisión, inhabilitación por nueve años por ser hallado coautor de encubrimiento y falsificación de instrumento público. Rodríguez a tres años de prisión de ejecución condicional, mientras que Gómez resultó absuelto como partícipe secundario en la privación ilegítima de la libertad y posterior asesinato de la joven.
Durante el juicio, Sánchez es el único que quedó detenido, aunque esto ocurrió luego de que su abogado amenazara a un testigo.
A lo largo de un año declararon en el debate 162 testigos de manera escrita u oral, de los cuales ocho quedaron acusados por falso testimonio, la mayoría policías.
Antes de la feria judicial de enero, el fiscal Carlos Sale solicitó en su alegato penas de entre 6 y 10 años para los seis acusados sometidos al proceso y dijo que alegaba «en honor a esa joven madre cuyo nombre es símbolo de lucha contra la impunidad que aún impera en nuestra sociedad».
La condena más alta la requirió para Gómez, a quien consideró partícipe secundario de la «privación ilegal de la libertad seguida de homicidio» de Paulina Lebbos.
En tanto, la querella solicitó prisión perpetua para Gómez y penas de entre 7 y 14 años y medio para los imputados de encubrimiento.
Por su parte, Alberto Lebbos, el ex funcionario provincial padre de la joven y querellante del juicio, aseguró ante los jueces que va a ir a buscar con el «último aliento» a «todos los asesinos que integraron la banda junto con Gómez, que terminaron con la vida de Paulina, porque en este juicio falta gente y fueron protegidos por los imputados sentados hoy acá».
El crimen ocurrió el 26 de febrero de 2006, cuando la joven salió de un boliche de la zona conocida como el ex Abasto, en la capital tucumana, adonde había ido a bailar con su amiga Virginia Mercado.
Según determinaron los pesquisas, alrededor de las 6.30 de ese día, ambas subieron a un remís color bordó: Virginia descendió primero en su domicilio de La Rioja al 400 y Paulina siguió viaje hasta la casa de su novio, aunque nunca llegó a destino.
Después de 13 días de búsqueda, la joven fue hallada asesinada al costado de la ruta provincial 341, a la altura de Tapia, a unos 30 kilómetros de la capital tucumana.