El Tribunal Oral Penal de la ciudad correntina de Goya absolvió hoy a una mujer que pasó ocho meses detenida tras haber sido acusada de homicidio agravado por el vínculo y alevosía tras sufrir un aborto involuntario en su casa, por lo que colectivos feministas celebraron el fallo que dispuso su libertad con un veredicto elaborado por los jueces con «perspectiva de género».
El fallo absolutorio se dispuso por «insuficiencia probatoria» y Ana, de 30 años y madre de dos hijos, una niña de 11 y un varón de 6, se reencontrará con su familia, tras haber estado presa durante ocho meses en la Comisaría de la Mujer de la ciudad de Esquina, donde reside.
«Voy a volver con mis hijos», fueron las primeras palabras de Ana, quebrada por la emoción, tras escuchar la sentencia con la recuperó la libertad.
El presidente del Tribunal, Diego Carbajal, fundamentó en detalle la insuficiencia probatoria y mencionó cuestiones como la ausencia del examen de ADN del feto y del informe histopatológico y que «tampoco está establecida la causa de muerte».
Además, el juez refirió a una consideración con perspectiva de género al preguntar: «¿Por qué si en el lugar conviven otras personas, hombres y mujeres, se la imputó a Ana V.?»
«Por estas razones dictamos un veredicto de inocencia y disponemos su inmediata libertad», concluyó el presidente del tribunal y la sala fue un ámbito de celebración: aplausos, gritos y llantos, impidieron escuchar en detalle el veredicto.
Después de reencontrarse con su madre y las mujeres que la acompañaron durante todo el proceso, Ana dijo: «Estoy feliz, en todo momento estuve pensando que volvería con mis hijos, nunca perdí la esperanza de que se haga justicia».
Emocionada, contó que su hija que la espera en su casa de Esquina, «me dijo que está limpiando, preparando la pieza para esperarme».
«Ahora, me espera otra lucha, porque la gente del pueblo habla pero voy a seguir luchando, porque soy inocente», aseguró Ana y destacó la fortaleza de su madre Gladis Ferreyra, «que nunca paró, estuve presente en todo, desde el primer momento. Ella es una gran luchadora».
La mujer agradeció también, el apoyo «de tantas mujeres, que nunca me abandonaron» y, al respecto, bromeó: «Mis hijos dicen que ahora tienen un montón de tías».
«Yo sé que hay muchas mujeres que están en la misma situación, tenemos que ayudarlas también y luchar por ellas», concluyó Ana, minutos antes de partir de Goya (donde se realizó el juicio a 120 kilómetros) a la ciudad de Esquina, donde vive con su familia.
Por su parte, Gladis Ferreyra, dijo en medio del llanto: «llevo a mi hija a casa y lloro de felicidad» a la vez que agradeció especialmente, el apoyo de las mujeres integrantes de colectivos feministas, referentes de organizaciones sociales y de derechos humanos y medios de prensa.
En una jornada cargada de emociones, tras los alegatos, Ferreyra se descompensó y fue trasladada al hospital en una ambulancia, minutos antes de conocerse el veredicto.
«Sentí mucha impotencia de tantas mentiras y cosas terribles que escuché en el alegato del Fiscal, me sentí muy mal», señaló sobre el episodio y seguidamente expresó, «pero ahora estoy feliz, porque se hizo justicia».
Además, relató que tras el fallo «abracé a mi hija y lloramos juntas» y contó que Ana cumple años en septiembre y, ante ello, dijo: «estoy pensando que haremos una gran celebración, porque tengo mucho que agradecer a tanta gente que nos acompañó».
«Mil gracias», dijo Ferreyra con la voz quebrada y destacó que Ana, tras recuperar la libertad, «por fin se reencontrará con sus hijos, que la esperaban tanto».
Sobre el desarrollo del juicio y el alegato del fiscal, su abogada defensora, Natalia Ávalos, dijo que el fiscal «se hundió solo, no tuvo pruebas y demostró que no tuvo objetividad y no buscaba la verdad».
Durante el proceso, la defensa de Ana señaló las irregularidades de la investigación que promovió la fiscalía. La letrada Ávalos dijo que no existieron pruebas válidas o contundentes en su contra. “Se hicieron pericias, pero dejan mucho que desear. No existió una prueba que dé una certeza de lo que se la acusaba, fueron pericias con una mala interpretación o viciadas por alguna nulidad”. Además, afirmó que en el proceso “quedó demostrada la criminalización hacia las mujeres. Sobre todo las más vulnerables, pobres y con recursos escasos que dificultan el acceso a una defensa técnica efectiva, el acceso a la justicia”, agregó.
«Lo dijo el propio presidente del Tribunal, el fiscal generó dudas y no certezas», remarcó la letrada y aseguró que «estamos conformes con gran parte de lo que expresó».
Por su parte, Zeta Cufré del colectivo «Libres las Queremos» y de la Campaña por el Derecho al Aborto, manifestó tras el fallo que «estamos muy emocionadas» y sostuvo sobre la acusación que «no pudieron probar nada».
«El alegato del fiscal fue horroroso y dramático», señaló sobre los argumentos que expuso en la Sala el representante de la Fiscalía, Javier Mosquera. Y, apuntó: «Quisieron criminalizar una emergencia obstétrica, una actitud patriarcal, que lo único que buscaba era dejarla presa, sin tener ninguna prueba de esa acusación».
La Justicia había dispuesto la prisión preventiva de Ana, tras acusarla de homicidio agravado por el vínculo y alevosía y fue encarcelada en noviembre de 2021 y permaneció privada de su libertad hasta hoy, que fue declarada inocente. «Seguimos, organizadas, seguiremos luchando», aseguró Zeta Cufré, de «Libres las Queremos» y agregó que «ahora tenemos también los casos de Rosa y Flora en Misiones, que son terribles». Al concluir expresó «son 1.532 mujeres las que tenemos que sacar, ninguna mujer tiene que estar presa por una emergencia obstétrica».
El juicio se inició el lunes y tras cinco días de debate, el veredicto por mayoría del Tribunal presidido por Diego Carbajal e integrado también por Jorge Antonio Carbone y Julio Ángel Duarte, fue la absolución, con el voto en disidencia del juez Duarte.