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Absuelven a custodio que mató de un tiro a un ladrón

En una primera instancia, el vigilador privado había sido procesado por exceso de legítima defensa.

Roberto García, empleado de una empresa de seguridad privada que asesinó en diciembre de 2006 a Diego Valdez, un joven de 19 años, fue absuelto por el magistrado a cargo del Juzgado de Sentencia Nº 1, por considerar que el crimen fue consecuencia de la defensa ante una agresión. Sin embargo, el custodio fue condenado a 8 meses de prisión en suspenso por portación ilegal de arma de fuego. Si bien en la etapa instructiva la Justicia entendió que la reacción del acusado debía calificarse como un exceso de legítima defensa, el juez de Sentencia 1ª determinó que respondió ante una situación de peligro.

El hecho ocurrió el 16 de diciembre de 2006, en el tramo de la avenida Circunvalación que cruza avenida Avellaneda, adonde se realizaban refacciones.

En ese lugar estaba apostado Roberto García, de entonces 47 años y empleado de la empresa Seguridad Especial. Estaba encargado de la vigilancia de las balizas lumínicas que, alimentadas con una batería, habían sido instaladas allí para evitar accidentes.

De acuerdo con el testimonio del acusado, que se reproduce en el escrito, minutos después de las 23 de ese día pudo advertir que dos muchachos subían por el terraplén. Uno de ellos era quien más tarde se convertiría en la víctima fatal, identificada como Diego Valdez, de 19 años. El joven llevaba un cuchillo en una de sus manos y –siempre según la declaración del empleado de seguridad– lo “amenazó para obligarlo a entregar su bolso”. El imputado agregó que en ese momento se negó a darles a los ladrones sus pertenencias. La actitud del custodio hizo que Valdez reaccionara con puntazos mientras que su acompañante aprovechaba el forcejeo para tomar la bolsa del hombre y darse a la fuga.

En el marco de esta escena, el empleado de seguridad privada extrajo su revolver calibre 22 largo y efectuó dos disparos con el arma. Uno de los proyectiles impactó por debajo de la axila izquierda del muchacho que portaba el cuchillo, quien falleció en el lugar.

Al ver a la persona herida, García realizó la denuncia en una comisaría con jurisdicción en la zona. Cuando el personal de Comando Radioeléctrico arribó al lugar encontró el cuerpo sin vida de Diego Valdez, con un claro orificio de bala en el tórax y tendido sobre la barranca. Según las fuentes consultadas en dicha oportunidad, los efectivos a cargo de la Brigada de Homicidios de la Unidad Regional II dejaron asentado que junto al cadáver había un cuchillo que respondía a la descripción hecha por el imputado.

En este marco, el magistrado a cargo del Juzgado de Primera Instancia en lo Penal de Sentencia Nº 1 determinó que, si bien el imputado fue agredido con un arma de menor porte, sus acciones no sobrepasan la figura de legítima defensa, por lo que lo absolvió del cargo de homicidio.

No obstante, el magistrado le dictó una sentencia de prisión en suspenso de 8 meses al custodio, por portación ilegal de arma de fuego.

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