Walter Andrés Ortiz, o «Añasco» como lo conocen en barrio 3 de Febrero en alusión a su apellido materno, había salido el pasado viernes de la Comisaría 5° de Puerto San Martín tras permanecer tres días detenido por un hecho de robo de cables. Ya tenía un par de antecedentes penales por robo y hurto en grado de tentativa. Y unas horas después de que dictaran su liberación con restricciones, se metió otra vez en problemas. El lunes volvieron a llevárselo en un patrullero en medio de una pueblada de vecinos que querían lincharlo. Y este jueves lo imputaron por abusar sexualmente de una chica de 18 años en un descampado de zona oeste de San Lorenzo.
Durante la celebración de la imputativa en Tribunales de San Lorenzo, el tránsito por calle San Carlos entre San Luis y Moreno estuvo interrumpido. Organizaciones feministas del Cordón Industrial, representantes sindicales del gremio de trabajadores municipales de Sitram y vecinos del barrio 3 de Febrero acompañaron a los familiares y a la propia víctima, que aún shockeada por el aberrante hecho no quiso asistir a la sala de audiencias.
En la acusación, el fiscal Aquiles Balbis describió que los hechos ocurrieron cerca de la 1.30 de la madrugada del pasado domingo, cuando Añasco corrió e interceptó desde atrás a la víctima en la intersección de Oroño y Vega, en zona oeste de San Lorenzo. Tras sujetarla, la arrojó a una zanja que estaba cubierta de pastizales, narró. En su declaración policial, la víctima confió que conocía a Añasco por tratarse del primo de una amiga suya.
Expuso el fiscal que aprovechando la nocturnidad y la ausencia de personas en una zona descampada, le cubrió su boca y bajo amenazas de darle muerte de un puntazo con arma blanca en su cuello le robó el teléfono celular para luego exigirle que se saque la campera, el buzo y la remera.
La investigación refiere que el abusador le recordó a la víctima que sabía que era hija de un conocido del barrio apodado El Paraguayo. Los abusos se extendieron hasta las 5 de la madrugada y se consumaron en tres oportunidades, precisaron. Después amenazó a la adolescente diciéndole que si contaba algo de lo sucedido, iba a violarla delante de su padre y madre, para luego prender fuego la casa.
El juez Carlos Gazza aceptó la acusación del fiscal Aquiles Balbis pero no dio lugar a la calificación de robo calificado, ya que no pudo comprobarse que el atacante haya utilizado un arma blanca. El magistrado sanlorencino dispuso la prisión preventiva efectiva para Añasco por el plazo de ley, que contempla un máximo de dos años o hasta la audiencia preliminar del juicio oral y público.