La Cámara Penal otorgó el benefició de arresto domiciliario al religioso que se desempeñaba como catequista en el cottolengo Don Orione. El imputado quedó en la mira judicial tras una denuncia de la propia institución. En un primer momento se lo imputó de abusar sexualmente de tres internos aprovechando su condición de custodio. En aquella oportunidad la jueza ordenó su prisión preventiva por 30 días, aunque la Cámara Penal le otorgó un arresto domiciliario y dispuso la realización de una Cámara Gesell. Esa medida arrojó nueva evidencia que agravó la situación del religioso y la fiscal Nora Marull solicitó una recalificación de las conductas imputadas que derivó en una prisión preventiva efectiva. Esta semana la Cámara Penal desvirtuó es decisión. El vocal Javier Beltramone revocó la medida y dispuso un arresto domiciliario en una vecina localidad, además dispuso la instalación de una tobillera electrónica para su control, condición indispensable para acceder al beneficio.
En junio de este año y a partir de una denuncia que radicó el cottolengo, un religioso fue imputado de varios hechos de abuso sexual contra tres internos que sufren distintos tipos de discapacidad. Uno de ellos padece una un trastorno que va de leve a moderado y pudo brindar más precisiones sobre el hecho en el sumario administrativo que fue la base que utilizó la institución para denunciar.
En la primera audiencia imputativa, Marull acusó a Juan A. por tocar a estos internados dentro y fuera del predio de Don Orione. A uno de ellos le mandaba mensajes por whatsapp con imágenes pornográficas o le mostraba videos con contenido sexual que luego borraba del móvil. En esta primera oportunidad, la jueza Mónica Lamperti dispuso una prisión preventiva por 30 días. Pero la Cámara Penal revoco la decisión y le otorgó un arresto domiciliario. También pidió que se realice la Cámara Gesell a las víctimas para delimitar los delitos.
La Cámara Gesell finalmente tuvo lugar sobre una de las víctimas, quién contó las prácticas sexuales a los que era sometido. También relató situaciones que vivieron algunos de sus compañeros, a quienes escuchaba gritar y llorar en la habitación del religioso. El chico brindó detalles escabrosos de los abusos que iban más allá de un tocamiento, como había contado en un principio. También contó que le daba alcohol, lo que era contraindicado para la medicación que tomaba.
Esta medida derivo en una nueva audiencia, dónde la fiscal Marull pidió la readecuación de los hechos y sumó nuevos delitos, lo que agravó la situación del religioso. También se tuvo en cuenta que el informe ambiental sobre el domicilio dónde iba a cumplir el arresto domiciliario dio negativo. El mismo era en una propiedad dónde se encuentra además una capilla y los especialistas no recomendaron incluirlo en el programa de seguimiento con dispositivo electrónico. Ante ello la jueza María Trinidad Chiabrera dictó la prisión preventiva efectiva del religioso.
Este jueves tuvo lugar una audiencia en segunda instancia dónde se revisó la medida cautelar. Allí el vocal Javier Beltramone confirmó la calificación legal aunque cuestionó la decisión de la jueza en cuanto a la prisión preventiva efectiva. Tomó en cuenta el ofrecimiento de un nuevo domicilio en una vecina localidad, dónde existe una importante propiedad de otra institución religiosa.
También decretó que la medida que había ordenado la Cámara Penal no llegó a concretarse y, por ende, tampoco hubo un incumplimiento. Por lo que dispuso la nulidad de la decisión en este punto e hizo un llamado de atención al respecto. Dispuso además que el beneficio no podrá efectivizarse hasta tanto no se coloque una tobillera electrónica para controlar la medida.
La investigación continúa. Se espera la realización de una Cámara Gesell para otra de las víctimas para fin de mes y no se descartan nuevas imputaciones para el religioso de parte de la Fiscalía.