Trabajadores y autoridades de la planta Navarro de la firma Acindar sellaron ayer un acuerdo en el cual la compañía se comprometió a no despedir más personal de aquí en adelante. La promesa se da en marco del fuerte ajuste en la producción y de personal que encaró la empresa en la ciudad. A pesar la novedad, un sector de los empleados sigue planteando dudas en torno de que lo pactado se pueda cumplimentar y volvió a denunciar el vaciamiento de la fábrica.
El compromiso (sellado en un acta) que aceptó firmar Acindar se rubricó ayer en la sede local del Ministerio de Trabajo santafesino, ubicado en Ovidio Lagos y San Lorenzo, con la presencia de funcionarios de esa cartera y representantes de la Unión Obrera Metalúrgica regional.
Según explicó Mario Maciel, delegado de la UOM en la planta Navarro, el acuerdo para sostener a las poco más de 30 personas que aún trabajan en la empresa no fija plazos.
“De todas maneras ellos explicaron verbalmente que el empleo está garantizado sólo por cuatro o cinco meses y que están buscando alternativas para que la planta siga funcionando, lo que genera mucha incertidumbre”, señaló el delegado.
Maciel recordó que la actividad central de la compañía era el laminado de planchuelas, ángulos y perfiles para la construcción.
Esa tarea, que es sobre la que se sustenta todo el andamiaje productivo de Acindar en Rosario, dejó de realizarse desde el 30 de noviembre pasado.
“Hoy sólo estamos haciendo trabajos de enderezado y despacho. Pero eso tiene un fin, un tiempo limitado. Si dejás de la laminar en algún momento ya no podés seguir más. De ahí toda nuestra preocupación”, explicó el delegado.
Tal cómo publicara El Ciudadano días atrás, el estallido del conflicto en la planta ubicada en avenida Presidente Perón al 8000 se venía anunciando desde fines del año pasado, cuando la siderúrgica dio a conocer que reduciría de tres a dos los turnos de producción en el marco de un ajuste que está implementando en la ciudad.
Según las autoridades de la compañía, el achique se planificó por la “recesión económica” que azota al país, lo que repercute en las ventas.
La crítica situación se agudizó en septiembre, cuando unos 75 obreros tomaron retiros voluntarios que, en realidad –según dirigentes de la UOM–, fueron “forzados”.
Así la fábrica dio inicio al fuerte recorte y por eso hoy cuenta con poco más de 30 empleados.
En tanto, también existe una marcada preocupación por la situación de 24 obreros que el primero de diciembre fueron trasladados de Navarro a otra planta de Acindar, Heredia (ubicada a pocas cuadras de Perón al 8000), para continuar sus tareas allí.
Maciel mencionó que los reubicados sólo cubrirán en Heredia de forma temporal a compañeros que ya comenzaron a tomar vacaciones.
“Ahí también sólo se están realizando tareas de enderezado y despacho. Funciona sólo en los productos que se laminan Navarro, le dan terminación a lo que hacemos. Es sólo una planta alternativa y tampoco tiene mucho futuro de esa forma”, señaló el delegado gremial.