Las infecciones con “stalkerware”, el tipo de software comercial para obtener fotos, acceso a redes sociales, mensajes y otros archivos ajenos, que suele usarse para “espionaje doméstico”, aumentaron casi 80 por ciento entre los argentinos durante los primeros meses del año, alertó un estudio privado.
El dato nacional se desprende de una investigación publicada esta semana por la empresa rusa de seguridad informática Kaspersky, que da cuenta de un fuerte crecimiento del uso de este tipo de programas en varios países.
En los primeros ocho meses de 2019, el número de personas que a nivel global sufrió al menos un intento de instalación de stalkerware superó los 37 mil, lo que representa un aumento del 35% respecto del mismo período de 2018, cuando resultaron afectados 27.798 usuarios únicos, señaló el informe.
En el caso de Argentina, el número de usuarios que sufrió algún intento de instalación de software espía en su dispositivo creció un 79% este año en comparación con las cifras del mismo periodo en 2018. Y a nivel regional es peor, un aumento es de 172%, con Brasil, México, Chile, Colombia y Perú liderando la lista de países con más registros de intentos de instalación de algún programa stalkerware.
Stalkerware es un tipo de software de acoso en dispositivos, un tipo de programa que posibilita violar la privacidad de las personas, ya que permite al victimario acceder a mensajes, fotografías, redes sociales, geolocalización, chats, historial de navegación y grabaciones de audio o de cámara de sus víctimas. Incluso en algunos casos lo pueden hacer en tiempo real.
La diferencia del stalkerware aplicaciones legítimas, como las de control parental, estos programas funcionan ocultos, en segundo plano, sin el conocimiento o consentimiento de las víctimas.
El informe describe que se venden abiertamente, con “tarifas relativamente modestas” (en torno a los 7 dólares por mes), y que “tienen una gran demanda”. Se suelen utilizar para espiar a colegas, familiares y socios, y también se promocionan como software para espiar a la pareja.
En la Argentina, más allá del auge actual del stalkerware, el uso de programas para espionaje doméstico es “constante”, sostuvo Martina Demtschenko, abogada especializada en derecho informático con perspectiva de género.
“Con la emergencia de las apps de stalkerware pareciera que hay una nueva modalidad, pero esto hace años que viene siendo puesto en relieve, sobre todo por parte de las mujeres, que son casi el 90 por ciento de las víctimas de la violencia digital en internet. Hace años que recibimos denuncias con casos que no siempre implican apps instaladas”, reveló la letrada.
Demtschenko es abogada de la Fundación Activismo Feminista Digital y repasó con conocimiento distintas técnicas que acosadores y violentos vienen usando en el país desde hace años: van desde infecciones con malware simple para acceder a correos electrónicos privados hasta “keyloggers”, programas que “con un solo click permiten al agresor trackear la actividad del teclado para saber todo lo que la víctima escribe”.
“Por eso, esto no es algo nuevo, es algo que se va actualizando y que siempre tiene el mismo fin: el control y la utilización de la información privada. No sólo es acoso, hay vulneración de derechos personalísimos. Y estas conductas son delito, están tipificadas en el Código Penal”, advirtió Demtschenko.
Así, el crecimiento de la utilización de este tipo de aplicaciones aparece como la evolución de una práctica constituida, potenciada por el aumento de la oferta de esas piezas de software.
El informe de Kaspersky describe que este año completó el descubrimiento de 380 variantes de stalkerware que se propagan libremente, frente a 290 del año pasado. La gran mayoría, dice el laboratorio digital y creador de antivirus, circulan por afuera de las tiendas de aplicaciones oficiales como la Play Store de Android o la App Store de iOS (Apple).
A nivel internacional, Rusia es el país con mayor cantidad de casos y representa el 25,6% del total de usuarios afectados a nivel global, seguido por India (10,6%), Brasil (10,4% ) y Estados Unidos (7,1%).