Vecinos de la zona sur denunciaron que en plena tarde de este viernes desconocidos dispararon más de una docena de veces contra el frente de una vivienda de barrio 17 de Agosto. A pesar de que la casa está deshabitada, los pesquisas encontraron una nota que develó el móvil: estaba dirigida a Marcelo, a quien lo instaban a pagar el dinero que debía. El destinatario al que hace referencia el escrito fue mencionado a mediados de este como quien estafó a inversionistas, a los cuales les prometió ganancias exorbitantes para luego esfumarse con su dinero, en lo que se conoce generalmente como esquema Ponzi.
“Comunicate que debés una banda de plata. Garca Pagá», fue el mensaje que plasmaron en papel los autores de los 13 disparos que este viernes a las 15 retumbaron en la cuadra de pasaje 518 al 6.300.
Voceros policiales indicaron que una vecina llamó al 911 para alertar sobre el ataque armado. La mujer contó a los uniformados que no alcanzó a ver a él o los tiradores, sólo que escuchó las detonaciones y cuando salió, se encontró con que la mayoría de los impactos estaba en la vivienda de al lado mientras que sólo un proyectil quedó en su puerta principal.
Los policías resguardaron la escena hasta la llegada del personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), los cuales incautaron la nota y recolectaron 13 vainas servidas, cuatro plomos junto a un trozo de latón, describieron las fuentes consultadas.
La investigación por la intimidación armada quedó a cargo de la Unidad Fiscal de Flagrancia en turno.
Fraude de inversiones
Sobre los moradores del domicilio que fue blanco del ataque, la vecina aportó que se habían mudado. Algunos trascendidos indicaron que los dueños se tuvieron que ir por las reiteradas visitas que recibían desde principio de este mes de personas, quienes les reclamaban que un familiar directo les devolviera el dinero que le habían dado, en carácter de una inversión.
Esta versión y el domicilio coinciden con las denuncias que empezaron a circular por redes sociales a mediados de este mes donde al menos tres personas señalaron a Marcelo N., de 32 años, por desaparecer con el dinero que le habían entregado para hacer una inversión en la que les había prometido abultadas ganancias.
Según una de las damnificadas, este hombre se presentaba como «inversor» y decía que si le daba 50.000 pesos, le regresaría 153.000 al mes siguiente. La mujer agregó que cumplió con lo dicho el primer mes, pero que esto no pasó con la segunda inversión debido a que desapareció, lo que develó que había sido víctima de una estafa que lleva en vigencia nada menos de 103 años: el esquema Ponzi.
Respecto a este ardid, la Comisión Nacional de Valores (CNV) publicó la Guía de protección a las personas inversoras para, entre otras recomendaciones, alertar sobre estos fraudes.
Entre los tipos más comunes se encuentran las estafas piramidales y los esquemas Ponzi que tienen puntos en común y también algunas diferencias. En ambos casos, se trata de sistemas que necesitan reclutar cada vez más participantes para lograr las ganancias que prometen. Por eso, llega un momento en que no logran seguir sumando personas y fracasan.
Esquemas piramidales: es cuando las personas estafadoras afirman que pueden convertir una pequeña inversión en grandes beneficios en un corto periodo de tiempo. De acuerdo a la variante del sistema, la persona que empieza en la estafa piramidal debe conseguir entre dos y seis personas que pongan plata. Sin embargo, el esquema sólo puede crecer o reproducirse si se incorporan, continuamente, nuevos participantes en el programa.
Los estafadores que están detrás de estos esquemas fraudulentos suelen hacer todo lo posible para que sus programas parezcan planes legítimos de marketing multinivel o programas de referidos. Muchas veces suelen camuflarse con la venta de algún producto o servicio pero con ganancias exorbitantes. Los esquemas piramidales acaban por desmoronarse cuando resulta imposible reclutar nuevos participantes, lo que puede ocurrir rápidamente.
Esquemas Ponzi: es cuando una persona estafadora o hub recoge el dinero de las nuevas personas inversoras y lo utiliza para pagar supuestas ganancias a las personas inversoras de etapas anteriores, en lugar de invertir o administrar el dinero como prometió.
La estafa lleva el nombre de Charles Ponzi, un italiano radicado en Estados Unidos que en 1920 convenció a miles de personas para que invirtieran en un complejo plan con sellos de correos.
Al igual que los esquemas piramidales, los esquemas Ponzi requieren un flujo constante de entrada de dinero para mantenerse a flote. Pero, a diferencia de los esquemas piramidales, los inversores de un esquema Ponzi no suelen tener que reclutar nuevos inversores para obtener una parte de los «beneficios».
Estos esquemas tienden a colapsar cuando la persona estafadora del hub ya no puede atraer a nuevos inversores o cuando demasiados inversores intentan sacar su dinero al mismo tiempo, por ejemplo, durante tiempos económicos turbulentos, indicó la CNV en la Guía que se puede consultar haciendo click aquí.
Recomendaciones de la CNV para evitar el fraude
- Hacer preguntas: Las personas estafadoras cuentan con que no se investigue antes de invertir y por ello, presionan para que se tome la decisión de invertir rápidamente. Para evitarlo, es fundamental investigar a quien se le da el dinero para que lo invierta. No basta con que se le pida más información o referencias: los defraudadores no tienen ningún incentivo para aclarar las cosas.
- Investigar antes de invertir: Los correos electrónicos no solicitados, los anuncios y los comunicados de prensa de las empresas no deben utilizarse nunca como única base para las decisiones de inversión. Si la empresa se encuentra bajo el ámbito de competencia de la CNV y ofrece productos o servicios legales, se debe encontrar toda su información en la Autopista de la Información Financiera.
- Conocer al vendedor: Es importante dedicarle algún tiempo a investigar a la persona que promociona la inversión. Averiguar siempre si los vendedores de valores que se ponen en contacto están autorizados a negociar esos valores y/o asesorar en el país y si ellos o sus empresas han tenido problemas con los reguladores o con otras personas inversoras.
- Desconfiar de las ofertas no solicitadas: Tener especial cuidado con propuestas no solicitadas para invertir en una empresa, alabadas solo en Internet, pero sin encontrar información financiera actualizada sobre ella a partir de fuentes independientes. Desconfiar si alguien recomienda inversiones en el extranjero u off-shore. Si algo sale mal, es más difícil averiguar qué ha pasado y localizar el dinero enviado al extranjero.