Un adolescente de 15 años que iba en un auto –un remís, dijo quien iba al volante– fue atacado a tiros por los ocupantes de una moto en barrio Belgrano Sur, de la zona oeste. El conductor del vehículo consiguió recorrer, también herido, unos 500 metros hasta que encontró un patrullero de la Policía federal y dio aviso del ataque. El pibe fue trasladado hasta el hospital de emergencias Heca, donde falleció mientras era sometido a una intervención quirúrgica: había recibido cinco balazos según las primeras versiones, al menos tres de ellos en el pecho. El chofer sufrió un disparo en una rodilla y fue atendido en el Hospital Centenario.
Con el correr de las horas trascendió que la víctima había sido baleada en octubre del año pasado como también estuvo nombrado en la investigación por el asesinato del policía Leoncio Bermúdez cometido también el año pasado en la puerta del Hospital Provincial.
El crimen en Belgrano Sur
Fuentes policiales indicaron que en una primera declaración, Pablo D., de 51 años y oriundo de Brasil, contó que alrededor de la 1 de este viernes conducía el remís con el adolescente en el asiento del acompañante por Guatemala al 2300. Al llegar a la altura con Viamonte dos varones en una moto se le pusieron a la par de su Volkswagen Gol negro y abrieron fuego.
Una de las balas le impactó en la rodilla izquierda, pero aun así consiguió manejar para alejarse de los agresores. A unos 500 metros, en bulevar 27 de Febrero al 6500, frente al cementerio La Piedad, se encontró con un móvil de la Federal y pidió ayuda.
El chico, identificado como Braiton Nicolás Villa, fue trasladado por personal del Sies hasta el Heca con múltiples heridas de bala. Lo ingresaron de inmediato a cirugía, pero alrededor de las 3 de este viernes los médicos informaron que no habían podido salvarle la vida.
En tanto, el remisero fue atendido en el Hospital Centenario. Además, los pesquisas de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) bajo las órdenes de la fiscal Georgina Pairola, le incautaron el celular para peritajes como su vestimenta. Las fuentes policiales aún no indicaron dónde Braiton había tomado el remís, cuál era su destino, como tampoco qué iba a hacer.
Por su parte, los vecinos de las inmediaciones de Guatemala al 2300 consultados por este diario contaron que hacía un tiempo que en el barrio no había balaceras u homicidios, aunque aclararon que cada tanto se escuchan detonaciones. También coincidieron en que la víctima no era de la zona.
“Anoche era tarde, escuchamos unos cuantos tiros y un auto acelerar. No salimos. Pensamos que habían baleado una casa”, contó uno de los habitantes de la cuadra de Guatemala entre Viamonte y La Paz.
Una corta vida atravesada por la violencia
La medianoche del 10 de octubre de 2023 Braiton tenía 14 años cuando fue baleado en el tobillo por un grupo de varones que irrumpieron armados en una vivienda, de barrio San Francisquito. Fue trasladado al Hospital Roque Sáenz Peña junto a otro chico de la misma edad, a quien los atacantes lo golpearon.
Braiton fue nombrado en otra investigación policial casi un mes después cuando quedó sindicado como uno de los menores de edad que hicieron de campana en el asesinato a sangre fría del policía Leoncio Bermúdez, cometido el 14 de noviembre del año pasado en la puerta del Hospital Provincial, en Alem y Zeballos.
El homicidio de Bermúdez lo cometió uno de los dos tiratiros que irrumpieron en el edificio para liberar al recluso Gabriel Lencina, quien había ido a atenderse por una enfermedad crónica. También hirieron de bala a dos mujeres. Por este crimen fueron imputados otros dos presos de la cárcel de Piñero sindicados como los organizadores del rescate por el que ofrecían 2 millones de pesos, junto a un muchacho, de 22 años, el cual fue acusado como el autor del asesinato. En esta causa, hay un cuarto sospechoso que se encuentra con pedido de captura.
Braiton fue demorado en el marco de esta investigación junto a otro adolescente, de 15. El rol que le atribuyó la fiscal Georgina Pairola, la misma que ahora investiga su homicidio, fue el de quedarse en la puerta mientras la dupla entraba para liberar a Lencina.
Voceros del caso indicaron tras la imputación que tanto Braiton como el otro adolescente eran mano de obra barata, captados por bandas para cometer abusos de armas y otros delitos. Esta es una práctica que viene en aumento en la región no sólo porque los consideran descartables sino también porque, por su corta edad, son manipulables.
Al ser no punibles, los dos fueron entregados a sus familias. Braiton tenía domicilio en barrio Las Flores y en el último tiempo su dirección figuraba en Villa Gobernador Gálvez. No trascendió si tuvo alguna intervención de parte del Estado por fuera de lo punitivo lo que podría haber funcionado como prevención tanto para evitar que hiciera los trabajos que le encargaban desde bandas más organizadas como para que su corta vida no se extinguiera bajo el lenguaje de las balas.