Una mexicana defensora de los derechos de personas con discapacidad murió tras ser quemada por desconocidos en el estado occidental de Jalisco, hecho que se investiga como un posible femicidio que generó el repudio del presidente Andrés López Obrador y una masiva protesta en gran parte del país.
Luz Raquel Padilla, de 35 años, falleció este martes por la «gravedad de las lesiones» que le provocaron tres hombres y una mujer que le rociaron alcohol y la prendieron fuego en un jardín público de la localidad de Zapopan, informó en una conferencia de prensa el fiscal de Jalisco, Luis Joaquín Méndez, citando a testigos.
Decenas de mujeres protestaron hoy y exigieron justicia para la víctima, mientras que un sospechoso fue detenido por el crimen.
López Obrador sostuvo hoy que el crimen se explica por la «pérdida de valores» que «se impulsó en el período neoliberal».
«Es un modelo deshumanizante que produce odios, rencores, frustración (…) Triste, su hijo enfermo y ella quemada», lamentó el mandatario izquierdista durante su conferencia diaria, recogieron medios locales y la agencia de noticias AFP.
Portando carteles frente a la comisaría de Zapopan, el municipio donde vivía y fue atacada Padilla, las manifestantes denunciaron la inacción e indiferencia de las autoridades.
«¡Justicia para Luz y justicia para su hijo! ¡Ni una más, ni una más!», demandó Guadalupe Ortega, de 62 años, integrante de Red de Mujeres Insurgentes, un colectivo que reúne a cuidadores de personas con necesidades especiales.
Madre de un niño autista, Padilla, de 35 años, formaba parte de ‘Yo cuido México’, organización que busca visibilizar la labor de cuidados como un trabajo y un derecho.
Amigos y familiares, portando flores y globos de color morado, acompañaron el féretro de Padilla durante una misa de cuerpo presente en la que el sacerdote pidió frenar la violencia contra las mujeres.
Más temprano, la fiscalía de Jalisco informó que detuvo a Sergio Ismael «N», vecino de Luz Raquel. La mujer lo había acusado en mayo de amenazarla y pintar mensajes en las paredes del edificio donde vivían con mensajes como «te voy a quemar viva» o «te vaz a morir Lus» (sic).
En sus redes sociales, la víctima denunció además otros comportamientos de su vecino, como escuchar música a alto volumen, que afectaban la salud de su hijo. Años atrás, la mujer también había sido víctima de agresiones de su expareja.
Al vecino se lo detuvo por «lesiones, amenazas y delitos cometidos en contra de la dignidad de las personas por hechos anteriores», pero aún no por feminicidio, detalló el fiscal estatal, Luis Joaquín Méndez.
El individuo, quien presuntamente no estuvo en el lugar de la agresión, se había presentado ayer ante la fiscalía para testificar sobre el caso.
México sumó 493 feminicidios en el primer semestre de este año y 1.016 en todo 2021, según cifras oficiales que muestran un ascenso sostenido desde 2015. Diariamente son asesinadas en promedio 10 mujeres, la mayoría pertenecientes a sectores pobres.
El crimen conmociona nuevamente a México tras el sonado caso de Debanhi Escobar, una adolescente de 18 años cuyo cadáver fue hallado en abril en un tanque de agua tras pasar 12 días desaparecida en la norteña ciudad de Monterrey.
El caso de Debanhi -que a la fecha no ha sido esclarecido- generó inusitado interés y protestas en México, golpeado por una crisis de feminicidios desde hace tres décadas.
Además, este año al menos 43 personas han sido linchadas y 173 resultaron heridas en ataques de turbas, según un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.