La televisión, ese lugar que lo vio nacer, crecer y convertirse, sin dejar de lado algunos momentos complejos, en uno de sus hombres fuertes, recibió con los brazos abiertos el regreso a casa de Jorge Rial. Productor y conductor de TV Nostra, el único envío que irrumpió en la pantalla chica en la era pandemia que reviste cierta originalidad, creatividad y una serie de ideas que funcionan, se estrenó este lunes a las 20.30 por la pantalla de América y encontró el rating buscado para, en principio, ganarle la partida a Canal 9, el tercero de la lista que así ocupó el cuarto lugar.
Singular fusión de política y actualidad sin dejar de lado a la farándula, venga de donde venga la información, un formato que funciona en otras partes del mundo, la lírica de TV Nostra planteó en su estreno una jugada de pizarrón y metió de entrada la nota del momento, más allá de todas las operaciones que se tejieron desde la mañana y días previos en la redes sociales, donde Rial fue tendencia a lo largo de toda la jornada.
Matías Morla, el malo de la película Maradona, como había sido anunciado, rompió el silencio en el primer programa, pero la entrevista que le hizo Rial hace un par de semanas fue mucho más allá: no tuvo nada edulcorado y las voces de muchos de los televidentes parecieron resonar en un piso sin estridencias ni polémicas pero con lecturas inteligentes.
En medio de una cascada de títulos, entre más, y respecto del Maradonagate, hablando de Claudia Villafañe, Morla expresó el contundente: “Se llevó el cadáver, nunca lo tuvo a Diego” o “a Maradona lo mató Rocío Oliva, la cuarentena y la parte médica”, una simplificación absoluta pero que volvió a patear el tablero de una polémica que arrancó el 25 de noviembre con la muerte del ídolo y que parece no tener fin.
De hecho, ése fue el tono de toda la entrevista, dividida en tres partes, que ocupó todo el programa, mientras en el piso, Marina Calabró, Ángela Lerena y Diego Ramos, los columnistas, aportaron datos y opinión a la cuestión, en el contexto de una intriga palaciega contemporánea, digna de una tragedia de Shakespeare. Frente a todo eso, Rial, muy cómodo, se supo mover como pez en el agua, apoyado en cada uno de sus columnistas quienes deberán encontrar su lugar, dado que cada uno a su tiempo es una referencia estratégica de un sector de la sociedad y una manera de ver y de pensar la realidad, tanto de un lado como de otro de la tan mentada grieta.
Conocedor de las aristas del show televisivo que en algún momento también lo llevó a pisar un escenario, Rial es alguien que sabe imponer marca. De hecho, Intrusos es el único programa instalado en materia de espectáculos en la tevé argentina y contra todos los pronósticos, se sostiene tras la partida de su mentor hace unos meses. Pero hay más: algo que va más allá de los picos superiores a los 5 puntos de rating que dejaron atrás a Bendita (al menos en el debut), el imbatible del primer time de Canal 9 que conduce Beto Casella y que lleva años instalado en esa señal y horario.
Jorge Rial es dueño de un estilo, de una forma de comunicar que suma tantos adeptos como detractores. Guste o no, incomode o no, reconfigurado, deconstruído, aggiornado a los tiempos que corren, Rial es marca televisiva y un referente, al parecer, necesario en una pantalla chica que no extraña a sus popes: las divas Mirtha y Susana o Marcelo Tinelli, que por el momento sigue demorando su vuelta.
En un estudio imponente, con un Wall que reviste todo el ámbito de piso a techo, cámaras estratégicamente ubicadas, mucho brillo y color, con el rojo como predominante, “El vals de Kairo” del violinista Ara Malikian anunció la puntual llegada al piso de Rial. Casi como un guiño a Gran Hermano, el otro tanque que supo conducir, las luces encendidas y las pantallas a full reproduciendo y multiplicando las caras de las y los famosos en diversas áreas, habilitaron una pequeña coreo al ritmo de la música.
De allí en más, con ritmo sostenido y sin las típicas falencias de un estreno dada la organicidad con la que transcurrió la hora y media de programa que iba teniendo un encendido correlato en las redes sociales con los mensajes de muchos de los involucrados, al final, como el cura que daba la bendiciones antes de ir a dormir, Peperino Pómoro, “mártir de ficción” y alter ego del humorista Fabio Alberti, dio su singular bendición en tono maradoniano, entre la parodia, el desparpajo y la ironía, algunos de los links con los que Jorge Rial, el “hermano mayor” de la pantalla chica, intentará conectar este nuevo y auspicioso regreso a la televisión.
Jorge Rial vuelve este lunes a América con el ciclo de actualidad y política “TV Nostra”