Tiene 20 años y cumplirá 3 de prisión por balear a dos pibes en una esquina de la zona oeste. Chipi, como se lo conoce, aceptó la condena a través de un procedimiento abreviado. Dijo ser albañil y en su declaración descargó culpas sobre un adolescente. Aseguró que esa noche manejó una moto que llevaba al chico que disparó pero sabía lo que iba a pasar. La Fiscalía y su defensa llegaron a un acuerdo y reencuadraron el caso en lesiones graves en lugar de tentativa de homicidio. Convenio que fue homologado por el juez Gustavo Pérez de Urrechu.
Eran 23.30 del 3 de diciembre de 2015. Cristian E. y Carlos R. D. estaban en la esquina de Riobamba y Servando Bayo. En un momento llegó una moto conducida por Néstor Palavecino. Como acompañante iba Franco, un chico que no llegaba a la mayoría de edad. Según algunos testimonios, sin mediar palabra el menor de ellos sacó un arma y disparó contra los muchachos que estaban en la esquina. Cristian E. recibió cinco disparos en el abdomen, el tórax y los brazos. Logró llegar hasta la puerta de un pasillo donde fue socorrido y trasladado al Heca. Mientras que Carlos R. D. recibió dos disparos en las piernas. Una vecina que vio el ataque les grito: “¿Qué hacés?” Y la ahuyentaron con algunos tiros, sin lesionarla.
Tras el ataque, ambos motociclistas fueron identificados por las víctimas y algunos testigos. Incluso dijeron que la bronca no venía con Cristian E. sino con los padres de otro pibe que señaló a un sospechoso del crimen de Leandro Perrone, ocurrido el 26 de agosto de 2016 en Riobamba al 4300, durante un asalto.
Finalmente, el fiscal Pablo Pinto y la defensora Patricia Guzmán llegaron a un acuerdo abreviado por el delito de lesiones graves agravada por el uso de arma y fijaron una pena de tres años de cárcel. El convenio, que en audiencia fue presentado por el fiscal de la unidad de Homicidios Dolosos Miguel Moreno, fue homologado por el juez Gustavo Pérez de Urrechu.
