El Gobierno laudó ayer en el conflicto entre Techint y el sindicato de los Camioneros, y en las próximas horas podría haber acuerdo. En principio, Siderar no tendrá que tomar como parte de su planta permanente a los casi 4.000 choferes que pertenecen a empresas tercerizadas, pero deberá fiscalizar el cumplimiento de las normas laborales. El gremio y la compañía deberán esta tarde, desde las 16, discutir sobre la deuda previsional que los transportistas tienen con los operarios, que llegaría a los 3,2 millones de pesos (pasivo reconocido por la firma). Mientras se discute este último capítulo, continuará el bloqueo a las cinco plantas de Siderar, con lo que recién esta noche podrían levantarse los cortes y volver al ritmo de producción normal.
El acuerdo llegaría, además, en el momento en que la industria manufacturera consumidora de acero está al borde del desabastecimiento por la medida de fuerza del sindicato que maneja el titular de la CGT.
Ayer por la tarde, el propio ministro de Trabajo, Carlos Tomada, llamó a las dos partes a su despacho para hacerles pública la solución oficial. Ésta es que, a favor de la empresa del grupo Techint, la compañía no estará obligada a tomar como planta permanente a los casi 4.000 camioneros que indirectamente trabajan para transportar el acero que producen las cinco plantas en conflicto de Siderar. Como contrapartida, la firma de la familia Rocca tendrá que hacerse responsable de fiscalizar los contratos de trabajo de los choferes y controlar a las casi 80 transportistas para las que operan los afiliados del gremio de Moyano.
La reunión comenzó cerca de las 16 en el edificio de la calle Leandro N. Alem, adonde los referentes de las dos partes fueron llamados para negociar. El ministro le reconoció a la firma de la familia Rocca el derecho de no tener que absorber como empleados de su planta permanente a los 4.000 choferes en conflicto. Éste era el reclamo básico de Hugo Moyano y su hijo Pablo, que en el conflicto condujo el sindicato. De haber amparado el Gobierno este pedido, se hubiera abierto un frente peligroso hacia el futuro, ya que Moyano y el gremio hubieran podido sentarse a negociar paritarias dentro de Siderar al igual que otros sindicatos, como la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y el gremio de la construcción (UOCRA). Además, se hubiera abierto el precedente para que los Moyano reclamaran luego en otros sectores un reconocimiento similar, medida que afectaría a rubros tan diferentes como construcción, alimentos, bebidas, productos de consumo masivo, etcétera.
Tomada les aseguró a los representantes de Techint que igualmente deberán hacerse responsables por la situación laboral de los camioneros. El ministro aludió a la Ley de Contrato de Trabajo vigente, a partir de la cual Siderar tendría que fiscalizar el cumplimiento de las mismas normas laborales que rigen para los empleados de la propia compañía siderúrgica. Tomada refería puntualmente al artículo 29 de la ley, donde se menciona que «los trabajadores que, habiendo sido contratados por terceros», serán considerados «empleados directos de quien utilice su prestación». De esta manera, «la empresa para la cual los trabajadores presten o hayan prestado el servicio responderán solidariamente de todas las obligaciones emergentes de la relación laboral y de las que deriven del régimen de seguridad social».
Tomada mencionó, además, el artículo 29 bis, por el cual la compañía contratante debe realizar las retenciones a los pagos de los aportes previsionales; y el artículo 30, que se refiere a la solidaridad de la empresa contratante en el «cumplimiento de las normas relativas al trabajo y los organismos de la seguridad social». Siguiendo esta línea, Techint no tendrá que tomar como planta permanente a los choferes, pero sí tendrá que hacerse responsable del cumplimiento de las normas laborales vigentes por parte de las 80 empresas transportistas vinculadas a Siderar. En este sentido, tendrá que controlar que estas compañías liquiden en tiempo y forma las horas extras, blanqueen a los choferes y efectúen las liquidaciones de los aportes previsionales. Mientras se negociaba en Trabajo, Moyano cumplía con el séptimo día de bloqueo en las cinco plantas de la siderúrgica en las localidades bonaerenses de San Nicolás, La Plata, Haedo, Florencio Varela y Canning, donde los manifestantes vinculados al titular de la CGT no permitían el ingreso ni egreso de camiones con insumos y producción.
Pablo Moyano incluso amenazaba con generalizar más la protesta, sumando al proyectado paro nacional de transporte programado para el próximo jueves a los trabajadores de Siderar afiliados a la UOM, un gremio que dirige Antonio Caló, de buena relación habitual con los Rocca y enfrentado con la conducción nacional de Moyano en la CGT.