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Acusaciones cruzadas en juicio

Dos amigos se señalaron mutuamente de haber efectuado el disparo mortal a Daniel Casas el 7 de julio pasado. Por el caso también está sentada en el banquillo la pareja de uno de ellos.

Fueron amigos desde la infancia, incluso fueron juntos al colegio y hoy (junto a una mujer) son consortes en una causa penal. En la primera jornada del juicio oral donde se ventila el crimen de Daniel Casas, uno de ellos acusó directamente a su amigo de efectuar el disparo mortal. Esta declaración viró el cause normal del trámite ya que la Defensa Pública solicitó la incorporación de una serie de testimoniales que avalarían el planteo.

Ello generó un ida y vuelta entre las partes, que culminó con la admisión de la prueba ofrecida. Pero el muchacho señalado no se quedó callado y acusó a su amigo. O sea, ambos aseguran que fue el otro el autor del disparo. También se sumó el testimonio de un testigo, hermano de uno de los sospechosos, que según lo expresado en la audiencia tiene una fuerte rivalidad con quien comparte lazos de sangre. Fuego cruzado durante la mañana de ayer en Tribunales donde ninguna de las partes escatimaron esfuerzos para sostener su teoría del caso, donde la Fiscalía solicitó penas que van de los 15 a los 20 años y las defensas alegaron la inocencia de los imputados. El Tribunal que juzga la causa está compuesto por Alejandro Negroni, Héctor Núñez Cartelle y Carlos Leiva.

Un patio de tierra en una zona de viviendas precarias detrás del Parque Sur fue el escenario de este crimen que tuvo una antesala en un festejo. El 7 de julio era el cumpleaños del padre de Mariano Enrique, que junto a su esposa de 27 años y sus dos hijos fueron hasta Villa Gobernador Gálvez para comer un asado con el agasajado. Hasta allí llegó Javier, hermano de Mariano, junto a Daniel Casas. Mientras se cocinaba el asado uno de los niños quemó con un palito la campera de Casas y hubo un entredicho entre éste y Mariano. Pero Javier no dejo las cosas allí y se generó una pelea con su hermano y su cuñada que truncó el festejo. Javier y Daniel Casas se retiraron y sólo cenaron los niños. La familia Enrique se retiró aunque en el camino dejo a sus hijos en la casa de su abuela.

El matrimonio llegó a su vivienda, que queda frente al terreno que Javier y Daniel Casas compartían y donde levantaron cada uno su casilla. Según la acusación fiscal que hizo Adrián Spelta y Ademar Bianchini, los acusados Mariano Enrique y su mujer Maira Ojeda se encontraron con Germán Ponce e ingresaron a la casa de la víctima a quien golpearon, secuencia que terminó con un disparo que ingresó por la espalda de Casas quien además recibió un palazo de la mujer. Los ruidos sacaron a Javier de su casa y al salir al patio común y ver a su amigo tendido en el suelo intentó auxiliarlo y fue golpeado por el grupo, incluso recibió un culatazo, sostuvo la acusación que solicitó una pena de 15 años para Maira Ojeda, 18 para el tatuador Mariano Enrique y 20 años para Germán Ponce.

A su turno el defensor de la pareja, Rodrigo Mazzuchini, cuestionó la hipótesis fiscal y adujo que se basó en un “testigo estrella”. Afirmó que Javier  tiene problemas con el alcohol y las drogas y un gran enfrentamiento con su hermano Mariano porque se siente desplazado por el entorno familiar. Refirió que su cliente sabía que su hermano no se iba a quedar tranquilo, por lo que buscó apoyo para llegar a su casa aunque desligó a la pareja del crimen. Mientras que la Defensa Publica, a cargo de Pablo Tojo y Silvana Lamas, que atiende los intereses de Germán Ponce, dijo que su cliente no participó del hecho que es inocente y subsidiariamente cuestionó la solicitud de la pena solicitada por la fiscalía.

La declaración de Germán Ponce

Concluidos los alegatos de apertura Germán Ponce, un repartidor de lácteos de 28 años,  decidió declarar. Dijo que estaba en el cumpleaños de una nena, hija de una vecina en un pelotero cuando recibió un llamado de su amigo Mariano contándole el altercado con Javier. Le dijo que se fuera para su casa y cuando terminó el cumpleaños en el pelotero su suegro lo llevó, junto a su familia, hasta su casa. Una vez allí se cruzaron de la vecina para continuar la reunión que inició en el salón y comer lo que había quedado. En eso llegó Mariano hasta su casa “me dijo que tuvo un inconveniente y si le hacía la segunda para ir a pelear porque (su hermano) vive enfrente” sostuvo.

Según contó, llegaron hasta la vivienda de Javier y la tranquera estaba abierta “fuimos derecho a lo de Casas y le pateó la puerta –en referencia a Mariano Enrique–, que se abrió. Estaba todo oscuro, salió Javier y se me avalanzó”. El acusado sostuvo que peleó con su rival y escuchó un disparo “lo veo a Mariano salir con un arma en la mano, Maira le pegó un palazo en la nariz (a Casas) y cayó”, refirió y agregó que corrió por miedo de que lo maten a él aunque Mariano lo alcanzó con la moto y lo llevó a su casa. Antes de irse le dijo: “No pasó nada, yo a vos no te conozco ni vos me conoces. Yo se donde vivís, cuidado con lo que vas a decir” refirió.

Esta declaración abrió un pedido de la defensa de agregar un nuevo grupo de testigos, lo que generó una enérgica negativa de la Fiscalía y del defensor Mazzuchini al entender que no es prueba nueva aunque luego de un intenso debate el tribunal admitió la incorporación de los testimonios.

Cuarto intermedio

Se produjo un cuarto intermedio y esta vez Mariano Enrique decidió declarar. Pero un cruce entre los imputados en pleno pasillo terminó en un pedido de la Defensa Pública para que el acusado Enrique se abstenga de dirigirse en forma amenazante a su cliente.

Luego de un cruce entre letrados el pupilo de Mazzuchini tomo la palabra.

Dijo que las disputas con su hermano viene de hace tiempo y citó un episodio que ocurrió un mes antes donde le entraron a robar a su casa. Sostuvo que se encontró con Germán Ponce unas cuadras antes de llegar a su vivienda y le contó lo ocurrido. Afirmó que su amigo lo acompañó hasta su domicilio y apenas llegaron se cruzó y le pegó a su hermano. Mariano Enrique se acercó y vio a Germán Ponce armado “cuando Javier me ve se me avalanzó y peleó conmigo” a lo que agrega “a Daniel no lo vi en ningún momento”. El imputado sostuvo que escucho un disparo y que su amigo tenía un arma con la que golpeó a su hermano, si bien refirió que no vio a la víctima ni a Ponce disparar sostuvo “hay una conclusión que si lo mató, lo mató él”. El juicio continúa en el día de hoy con la producción de testimonios.

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