Los investigadores de los ataques de hackers contra el buscador Google y decenas de otras empresas estadounidenses están siguiendo una pista que conduce a universidades y escuelas chinas, informaron hoy medios estadounidenses.
Hasta el momento, la pista terminaba en nudos de conexión en Taiwán, mencionó DPA.
La universidad de elite de Shangai Jiaotong y la escuela de formación laboral Langsiang participaron en los ataques, escribe The New York Times citando los resultados de las investigaciones hasta el momento. Si se mantiene la sospecha, sería un indicio más de que el gobierno chino podría hallarse tras los ataques, pues el centro de formación laboral tiene buenas conexiones con el Ejército.
Jiaotong es una universidad reconocida por sus programas sobre ciencia de la computación. Hace pocas semanas, un grupo de sus estudiantes ganó un concurso internacional organizado por IBM. Lanxiang, en el Este de China, es una escuela donde, entre otros menesteres, se entrenan expertos informáticos para el Ejército chino.
La red de la escuela está servida por una compañía con fuertes vinculaciones al buscador chino Baidu, líder en aquel país y gran rival de Google. Las investigaciones en curso no establecen todavía si estos centros fueron utilizados para camuflar un ataque pensado desde el Gobierno o bien los ciberatacantes emplearon estas escuelas como «falsas banderas» para despistar sobre el auténtico origen del mismo, que podría estar en otro país.
Fuentes de la universidad china implicada afirman en el diario que desconocen si se produjo el ciberataque desde sus instalaciones y que lo investigarán. Con todo, si eso fuera así, sólo admiten dos hipótesis: que unos pocos estudiantes experimentaran con las herramientas que se enseñan en el centro, haciendo un mal uso de ellas, o que la dirección de la universidad fuera pirateada por los auténticos autores del ciberataque, «cosa que sucede a menudo».
Un portavoz de Lanxiang, por su parte, ha manifestado no tener información sobre el origen del ciberataque y no quiso comentar si en su plantilla hay un profesor de computación ucraniano del que sospechan algunos investigadores. Con todo, la entidad descarta ser la fuente del ciberataque porque el nivel de sus estudios no es universitario y, aseguran, terceras personas no pueden acceder fácilmente a su red, altamente supervisada.
El objetivo de los ataques que tuvieron lugar en abril fue el robo de secretos empresariales. Además, los hackers querían acceder a las cuentas de emails de los disidentes chinos. Google sacó el tema a la luz y amenazó con retirarse del mercado chino.
Según una información de The Wall Street Journal, hasta 34 empresas estadounidenses se vieron afectadas.
Un informe del Congreso estadounidense implicaba a China, pero Pekín siempre negó su conexión. Incluso cuando los ataques pudieran conducir a China, es probable que hayan sido controlados por gente en otros países, dijo un funcionario a comienzos de mes. «Hay cientos de miles de computadoras en China controladas desde fuera del país», alegó.