Un caso de abuso sexual que, tras una discusión, fue denunciado a fines de enero, destapó una cruda realidad familiar. El jefe de familia fue señalado como el autor de abusos sistemáticos a su hijastra durante años. La joven, actualmente de 22 años, dio a luz un niño que el sospechoso reconoció como suyo. Si bien tras la denuncia, se produjo una audiencia, el tiempo fue escaso para recolectar evidencia y el hombre se fue en libertad ya que no estaba ratificada la denuncia, entre otras cuestiones. La semana pasada, esa evidencia fue mucho más fuerte y la fiscal Nora Marull pidió una ampliación de la imputación. En ella, no sólo dio detalles de los reiterados ultrajes a los que fue sometida la joven, sino que sindicó al hombre como el autor de abusos a su propia pareja a quien además “entregaba” a amigos para que la ultrajaran. El juez Juan Andrés Donnola dictó en su contra la prisión preventiva sin plazo.
Silvestre M. tiene 44 años y mantuvo con su mujer un concubinato durante 16 años. Su pareja tenía una hija de 6 años en ese entonces. La familia se afincó en Granadero Baigorria y los niños comenzaron a llegar. En total la pareja tuvo 4 hijos biológicos, pero según la denuncia la mayor de las niñas fue el objetivo sexual de este hombre. Según describió la muchacha, que actualmente se fue de la provincia, el primer ataque sexual lo sufrió cuando tenía entre 8 y 9 años en un descampado. La nocturnidad, el paisaje, el frío que sintió fueron parte de la descripción del hecho.
A partir de allí los abusos se reiteraron y los lugares donde se producían no tenían un patrón. En la casa, en una plaza durante la noche, en la casa de una abuela, en moteles. Los ataques además estaban plagados de insultos y amenazas, incluso con cuchillos. El resto de la familia relató circunstancias y conversaciones que avalaron los dichos de la víctima. La fiscal habló de un sometimiento del grupo familiar, del ámbito de violencia en el que vivían y el temor que le tenían a este hombre.
La victima no tenía celular, ni participaba en redes sociales, no la dejaba hablar, ni vincularse con otras personas. Estuvo indocumentada hasta los 19 años cuando tuvo su hijo, refirió la fiscal. Incluso uno de sus hermanos, menor de edad, relató ante psicólogos que en una oportunidad observó, a través de una ventana, como su padre ultrajó a su hermana mientras la chica lloraba. En esa escena su padre empuñaba un cuchillo, refirió. Marull sostuvo que tras la primera audiencia, ocurrida el 23 de enero, la familia no volvió a la casa por temor, ya que el hombre estaba libre. Incluso sostuvieron que vendía drogas.
A su vez, la fiscal le imputó reiterados abusos sexuales a su pareja. La mujer era sometida incluso delante de sus hijos y en tres oportunidades “la ofreció” a un amigo y entre ambos la ultrajaron, sostuvo la funcionaria. Y agregó que en otra oportunidad ello no llegó a consumarse porque otro de los amigos del imputado no aceptó. Estos ataques iban acompañados de insultos, humillaciones y amenazas hacia la mujer y sus hijos, sostuvo la fiscal.
El descargo
Tras ello, Silvestre M. declaró. Dijo que mantuvo una relación consentida con su hijastra por más de tres años, relación de la que nació un hijo. Que se ocultaban de la familia y admitió haber ido a moteles con la joven. Sostuvo que no la abusó ni de mayor ni de menor. En cuanto a su pareja refirió que se separaron y la mujer, junto a los chicos, se fue a vivir con sus padres en Rosario, donde abandonó a los niños, quienes no iban a la escuela y se alimentaban en un comedor. Agregó que su ex mujer se prostituía para mantener a un novio que tenía. De éste último sostuvo que era ladrón y murió en un accidente de moto tras un robo. “Nunca la forcé a nada. Ninguno quiere ser mi hijo porque están del lado de la madre con el dedo acusador”, afirmó.
En cuanto a su situación procesal sostuvo que tuvo una causa por drogas y que en alguna oportunidad tuvo una pelea con una persona que amenazaba a sus hijos. Refirió que esa persona vendía drogas; “por cosas que se dieron esa persona recibió un tiro en el pecho y estuve 3 meses preso”, dijo, aunque aseguró que luego obtuvo una falta de mérito.
Marull solicitó la prisión preventiva del imputado sin plazo y el defensor oficial Darío Pangrassi hizo un enorme esfuerzo por desvirtuar la evidencia y demostrar que su cliente no es peligroso en el marco del proceso, es decir que no va a fugarse o entorpecer la investigación. Pero el juez Juan Andrés Donnola refirió que los hechos son extremadamente graves y a diferencia de la primera audiencia, los elementos colectados son de importancia. Sostuvo que hay un testigo presencial y los testigos de oídas tienen otra trascendencia porque en este tipo de delitos, denominados “de alcoba”, la prueba es más compleja y dictó la prisión preventiva sin plazo.