A partir de la presunción de que el futuro se escribe en los laboratorios de los científicos, el físico norteamericano Michio Kaku delinea en su libro La física del futuro un recorrido por las innovaciones que ofrecerá la ciencia en las próximas décadas, algunas de las cuales fueron “anticipadas” por la ficción y hoy alcanzan status de viabilidad.
Los escenarios que traza el autor de obras como Universos paralelos y Física de lo imposible en su nueva obra contemplan posibilidades que la ciencia ficción ya habían dado por hecho hace tiempo: computadoras controladas por sensores cerebrales, objetos que se desplazan por acción de la mente y dispositivos que permiten acceder a internet con un simple parpadeo de ojos, son algunos de los adelantos preanunciados.
Kaku adelanta también que la medicina molecular permitirá cultivar casi cualquier órgano y curar enfermedades genéticas, y que millones de sensores de ADN y nanopartículas patrullarán las células sanguíneas para detectar cualquier atisbo de enfermedad.
La física del futuro, publicado por Debate, funciona como un catálogo de previsiones que abarcan ítems como los automóviles, los baños hasta las enfermedades y los diarios, todo registrado en un tono preciso pero ameno que toma como punto de partida tecnologías ya existentes o en desarrollo.
Kaku intenta responder a cuestiones como el viaje en el tiempo, la invisibilidad, el teletransporte y los viajes interplanetarios desde un punto de vista constructivo: explica qué los hace imposibles con el actual conocimiento de la tecnología y qué herramientas y conocimientos serían necesarios para hacerlos viables.
Los avances científicos enumerados están ordenados de acuerdo a tres niveles de imposibilidad: los de clase 1 (posibles en este siglo), los de clase 2 (posibles dentro de cientos o quizá miles de años, ya que no violan las leyes de la física) y los de clase 3 (que irían en contra de las mismas leyes fundamentales de la ciencia actual).
El físico precisa que algunos de los inventos, como el coche que se conduce solo, estarán a la venta incluso esta misma década y que otros, como los sensores cerebrales capaces de controlar las computadoras, en diez o quince años.
Para otros adelantos, como los inodoros capaces de detectar prematuramente el cáncer o la ropa que puede curar las heridas de inmediato en un accidente, habrá que esperar hasta el fin del siglo.
El libro, que recopila el resultado de más de trescientas entrevistas a científicos y la prueba de distintos prototipos, funciona como un panorama de los descubrimientos en camina, aunque la lista es tan extensa que puede terminar resultando tediosa.
El autor no sólo abarca temas informáticos sino también avances revolucionarios como la medicina, la inteligencia artificial, la nanotecnología, la producción energética y la astronáutica, entre otras cuestiones.
Kaku también aprovecha la ocasión para dejar sentado su optimismo: “Los pesimistas nunca han ganado una guerra” y “los países que fomenten a los innovadores serán los líderes”, son algunos de los trazos donde se filtra su apuesta al futuro.
Descendiente de japoneses, el científico estudió en las universidades de Harvard y Berkeley, pasó luego a la Universidad de Princeton y actualmente es catedrático de Física Teórica en la Universidad de Nueva York.
Kaku es conocido por formar parte del equipo que formuló la “Teoría de las cuerdas”, decisiva en la concepción del universo en la física moderna y por su participación en numerosos programas televisivos y documentales como divulgador.
En La física del futuro estudia robots sensibles, cohetes de antimateria, visión de rayos X, y la posibilidad de crear nuevas formas de vida, aunque también contempla el desarrollo de la economía mundial y formula algunas cuestiones claves: ¿quiénes serán los ganadores y quiénes los perdedores del futuro? y ¿quiénes tendrán empleo y qué países prosperarán?
Kaku fija la relatividad de todo lo considerado “imposible” y pone como ejemplo que hace un siglo parecía “imposible” la tecnología de los rayos X, las bombas atómicas, los aviones, los átomos, los agujeros negros y viajar en el espacio.
A lo largo de su vida, el físico ha presenciado como “lo aparentemente imposible se convertía en un hecho científico establecido”.
“Gracias a los extraordinarios avances científicos del siglo pasado, especialmente la creación de la teoría cuántica y de la relatividad general, y con la llegada de teorías aún más avanzadas, como la teoría de cuerdas, incluso conceptos que rozan la ciencia ficción, como los viajes en el tiempo y los universos paralelos, están siendo reconsiderados por los físicos”, explica Kaku.