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Además de rayos y quimio, las pacientes usan “colorterapia”

Por Luciana Sosa. Lalcec Rosario realiza un nuevo encuentro para que las mujeres en tratamiento oncológico aprendan a maquillarse para mejorar su aspecto ante la agresividad de los químicos. Así, mejoran la autoestima.

La Liga de Lucha Contra el Cáncer (Lalcec) renueva su compromiso con las pacientes oncológicas y trabaja por su bienestar. En esta oportunidad, mañana, se llevará a cabo un nuevo encuentro de maquillaje titulado “Luzca bien, siéntase mejor”, a las 14.30, en la sede local del organismo (Sarmiento 958, primer piso). Al cierre de esta edición quedaban algunos cupos; las interesadas pueden inscribirse, de 8.30 a 12, a los teléfonos 449l8l8 y 4483479.

Liliana España, una de las organizadoras del encuentro, explicó a El Ciudadano que la convocatoria en cada encuentro supera a las anteriores, pero sólo existe capacidad para albergar a unas veinte personas en cada taller. “El próximo se hará recién entre fines de octubre y comienzos de noviembre, así que pedimos paciencia para las que necesiten un refuerzo en su autoestima. Comprendemos lo difícil que es atravesar esta etapa del tratamiento, pero no tenemos un lugar amplio para recibir a tantas mujeres”.

La iniciativa es presentada y organizada cada año por la Cámara Argentina de la Industria de Cosmética y Perfume (Capa), la que asesora a las participantes sobre las herramientas a utilizar para resaltar y mejorar su aspecto en medio de los avatares del tratamiento oncológicos (sobre todo en cuanto a quimioterapia) y le entrega un set de maquillaje totalmente gratuito para emplear en el encuentro y luego seguir poniendo en práctica lo aprendido en casa.

“Damos técnicas de maquillaje para disimular los efectos colaterales del tratamiento. Muchas mujeres, además de perder el cabello, quedan muy pálidas y esa imagen no es beneficiosa al buen ánimo que deben tener para seguir adelante con su tratamiento”, añadió.

A su vez, se entregan pelucas en calidad de préstamo a quienes las necesiten.

Sólo quien ha padecido cáncer sabe de qué se trata. La vida cambia de un segundo a otro y además de padecer una enfermedad que hoy en día asusta más por su nombre que por su gravedad (gracias a los avances médicos), el tratamiento por su recuperación es una de las etapas más críticas. Cuando se debe pasar por quimioterapia el cuerpo deja de pertenecerle a uno. El cabello, en un 95 por ciento de los casos, se cae en su totalidad cerca de la segunda sesión y las defensas bajan terriblemente.

El cuerpo cambia, la alimentación también, las náuseas en cada día de sesión son las causantes de que uno permanezca sin saber si quiere o debe estar en la cama, o no, porque no se siente bien en ningún lado.

La quimioterapia es la etapa más agresiva de un tratamiento oncológico, y en esta instancia se destaca también una importante retención de líquidos, lo cual repercute notable y negativamente en la imagen de la paciente. Es por eso que además del estado de salud, el anímico baja rotundamente y este tipo de encuentros ayuda a que la paciente se redescubra y, maquillaje y peluca en mano, enfrente la situación que atraviesa y pueda salir adelante.

Una buena idea

Fue un médico americano el que hace más de 20 años se dio cuenta de  que no bastaba con recetar medicamentos para que sus pacientes mejoraran. Él quería devolverle la autoestima para sacar a la enferma de la depresión. Así fue, que con un amigo, decidió llevar una maquilladora al sanatorio para que realizara un asesoramiento en el cuidado del rostro. Nunca se imaginaron que esta idea daría tan buenos resultados. Este cuidado repercutió en el estado de ánimo de la enferma y la motivó para llevar su mal de otra manera. El éxito fue tal que no ha dejado de extenderse a diversos rincones del mundo. Hoy ya está en más de 15 países.

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