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Adiós a Emilio Disi

El actor murió hoy en el Instituto Fleming del barrio porteño de Belgrano. Lo aquejaba un cáncer de pulmón contra el que venía luchando desde hace un año

El actor Emilio Disi falleció hoy en el Instituto Fleming del barrio porteño de Belgrano a los 74 años, víctima de un cáncer de pulmón contra el que venía luchando desde hace un año, informaron las autoridades del Multiteatro, propiedad del productor Carlos Rottemberg, amigo del comediante.

El acto se encontraba acompañado por su hijo Emiliano, su pareja Elvira, su hija del corazón Laura Ferrer y varios amigos, informaron las fuentes consultadas por la agencia de noticias Télam.

Sobre su enfermedad, la primera señal fue emitida por el propio actor a fines de octubre de 2017: «Tengo cáncer de pulmón, es una mierda lo que estoy viviendo», dijo a los medios, e incluyó en su racha el haber tenido que abandonar la temporada teatral veraniega que planeaba en la costa atlántica y las amenazas sufridas por su hija Laura por parte de un individuo que fue su pareja, situación que está en la Justicia.

Nacido en el barrio porteño de San Cristóbal el 2 de enero de 1943 bajo el nombre de Emilio Roberto Parada, era hijo de los españoles José Luis Parada y Pura Yáñez, empleado municipal él y modista ella, y desde muy joven se sintió atraído por las luces de los escenarios, a los que accedía gracias a que su hermano mayor, Pepe Parada, promotor y productor de espectáculos de revista, fallecido en 2003.

Contrariamente a lo que sucede con algunos cómicos y humoristas de su generación y anteriores, Disi disponía de enorme información sobre el teatro clásico universal y era un hombre que podía mantener conversaciones profundas y documentadas porque, aunque pocos lo supieran, egresó del antiguo Conservatorio de Arte Dramático y participó de varias puestas dramáticas.

Hizo sus primeras armas en «Don Gil de las calzas verdes», de Tirso de Molina, «Stéfano», de Armando Discépolo, y «El discípulo del diablo», de George Bernard Shaw, con dirección de Carlos Gorostiza; ya famoso, en 1991 fue relator del cuento sinfónico para niños «Pedro y el lobo», de Serguei Prokófiev, en el Teatro Colón.

«Un día hice una comedia, me gustó y seguí con eso, pero yo no le cierro la puerta a nada: ni a una obra dramática, ni a dirigir ni a producir», confió en una antigua entrevista.

Su carrera en el cine comenzó a sus 25 años, cuando hizo un papel secundario en «Humo de marihuana», de Lucas Demare; siguió con «Somos los mejores», de Federico Padilla; y remató en 1969, cuando acompañó a Leonardo Favio y Susana Giménez en la musical «Fuiste mía un verano», dirigida por Edy Calcagno.

En el difícil 1976 terminó de perfilarse su identidad de comediante con «La aventura explosiva», de Orestes Trucco, condición reiterada en «Los hijos de López» (1980), versión para pantalla grande del éxito televisivo de Hugo Moser, y en «Los reyes del sablazo» (1983), junto a Jorge Porcel y Alberto Olmedo.

Luego de «El telo y la tele» (1985), de Hugo Sofovich, llegó la saga comenzada con «Los bañeros más locos del mundo» (1987), junto a un elenco variopinto integrado por Berugo Carámbula y Gino Renni, entre otros, seguida por «Bañeros II, la playa loca» (1989), donde se agregó Guillermo Francella, y continuada años después por «Bañeros III, todopoderosos» (2006) y «Bañeros 4: Los rompeolas» (2014), ambas con elencos surgidos de las huestes de Marcelo Tinelli.

En la vorágine de producir películas con base en éxitos televisivos, los productores lo incluyeron en «Brigada explosiva» y «Brigada explosiva contra los ninjas» (ambas de 1986) y «Brigada explosiva, misión pirata» (2007),

Y en títulos referidos a éxitos extranjeros y con guiones imposibles, como «Los matamonstruos en la mansión del terror» (1987), «Los pilotos más locos del mundo» y «Las locuras del Estraterrestre» (ambas de 1988), «Los extermineitors» (1989), y «Extermineitors II, la venganza del dragón» (1990), salvados en boletería sólo por Disi y sus compañeros de elenco.

Su filmografía continuó con trabajos un poco más refinados en «Todas las azafatas van al cielo» (2001), de Daniel Burman; «La pelea de mi vida» (2012), del director televisivo Jorge Nisco; «Fermín» (2013), con Héctor Alterio y Gastón Pauls; «Dulces noches de Buenos Aires» (2014), de Carlos F. Borcosque (h); el documental «Ulises, un alma desbordada» (2014), de Edy Calcagno; la fuera de época «Locos sueltos en el zoo» (2015), de Luis Barros; y «Soy tu karma» (2017), con Florencia Peña y Liz Solari.

En los teatros de la avenida Corrientes y en las temporadas veraniegas lo persiguieron títulos como «Mi mujer se llama Mauricio», «¿Y dónde está el mafioso», «Qué gauchita es mi mucama» o «La noche de las pistolas frías», junto a piezas más rescatables como «El tenor», «Operación Manos», de John Chapman y Michael Pertwee, o «Querido señor New York», de Bop Marret y Grant, en las que si bien las críticas nunca le fueron del todo positivas tuvo casi siempre formidables éxitos de público.

En TV compuso una exitosa pareja junto a Dorys del Valle, con quienes protagonizaron decenas de comedia y programas al estilo Los Campanelli; acompañó varios años a Susana Giménez en su sketch «Susana Spadafucile»; brilló en la tira cómica «Stress», libretada por Juan Carlos Mesa, en las ediciones de la citada «Brigada cola», con Fernando Lúpiz, en la poco delicada «Rompeportones» y en la serie cómico-musical «Los únicos»; y hasta participó en algunos episodios de «Casados con hijos», junto a un Guillermo Francella con el que había estado muchos años distanciado.

Racing, su otra pasión

Era un reconocido hincha de Racing, pasión que heredó de su padre y compartía con su hermano Pepe Parada.

«La primera foto que tengo de mi vida es en el carnet de Racing», dijo Disi en un reportaje con la página oficial de Racing en 2016.

Asiduo asistente al Cilindro de Avellaneda, con su padre y hermano solían ir al costado de la popular, debajo de las cabinas de transmisión que dan a la platea.

Con el correr de los años, el cómico de películas como «Los bañeros locos» comenzó a ir con amigos y llegó a presenciar la final de la Copa Intercontinental en Montevideo, en la que Racing se consagró campeón del mundo tras vencer por 1 a 0 al Celtic escocés.

«El gol del Chango (Cárdenas) me tranquilizó y los festejos fueron impresionantes. No me los olvido más», recordaba el actor.

Dentro de sus recuerdos de la Academia, Disi siempre mencionaba a Luis Federico Sacchi, al «Bocha» Humberto Maschio y al «Coco» Alfio Basile como sus ídolos, aunque esto, dijo, fue cambiando a lo largo de su vida.

«Racing lamenta profundamente la muerte de Emilio Disi, reconocido hincha de la Academia, le envía sinceras condolencias a sus seres queridos y amigos en este momento de enorme tristeza», comunicó el club a través de su cuenta de Twitter.

Con información de la Agencia Télam

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