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Adiós a Jorge Luz, un grande del humor

Falleció el sábado, a los 90 años. Su carrera comenzó en la radio y luego se extendió al cine y a la tevé. Fue uno de los protagonistas del medio artístico local por más de cinco décadas.


El actor, comediante e imitador argentino Jorge Luz murió el sábado por la noche, a los 90 años, en el Sanatorio de la Providencia de Buenos Aires, donde se encontraba internado desde hace dos semanas a raíz de una afección pulmonar por la que debió ser intervenido quirúrgicamente.

Nacido el 8 de mayo de 1922 en Empalme San Vicente (hoy Alejandro Korn) como Oscar Jorge Da Lus Borbón, el actor cursó sus estudios en el Colegio Otto Krause.

Muy joven todavía, ingresó a Radio Argentina, al elenco de Pedro Tocci, adonde había acompañado a su hermana mayor, Aída, ya por entonces figura de la emisora y con los años, una de las actrices más queridas del medio artístico argentino. Fue en Juan Moreira, junto a Malvina Pastorino, en Radio Belgrano, donde también participó en Doctor Justo Justino Leyes, doctor en trampa y leyes, un clásico de la época.

Después de varias intervenciones en radioteatros y breves apariciones en films no acreditadas, Jorge Luz tuvo su primer trabajo importante en el film Y mañana serán hombres (1939), de Carlos Borcosque. Sin embargo, su gran oportunidad llegó con la comedia, al sumarse poco tiempo después al grupo conocido como Los Cinco Grandes del Buen Humor (ver aparte).

Sobre las tablas, en 1957, fue parte del elenco de la pieza Los chismes de mujeres, con la que abrió el Teatro Caminito de la Boca, dirigido por Cecilio Madanes. A esta puesta le siguieron clásicos como Las aventuras de Scapin, La zapatera prodigiosa, Una viuda difícil, La pérgola de las flores y La verbena de la paloma.

En otro momento de su vasta trayectoria, Jorge Luz también participó en espectáculos de music-hall, en cabarets de la noche porteña, con recordados títulos como Luz verde y Ambar, luz y sombra, entre otros. En teatro hizo, además, La dama de las camelias, e integró elencos de varias revistas como imitador, por ejemplo de actrices y cantantes como Berta Singerman y Tita Merello, a quienes componía entre la parodia y el homenaje.

Fue amigo y socio de Niní Marshall, otra grande de la comedia nacional, e incursionó en todo tipo de géneros, incluso en el sainete y la zarzuela, hasta 1980, cuando decidió despedirse de los escenarios.

En cine, Luz participó en una treintena de largometrajes, entre otros, Los celos de Cándida (1940), Camino del infierno (1946), y la memorable Cuidado con las imitaciones (1948), con Tito Martínez del Box, que respaldó su éxito como comediante.

Tras un paréntesis, Luz volvió a la pantalla grande con Canuto Cañete y los 40 ladrones (1964), protagonizada por Carlitos Balá, a la que le siguió Nacidos para cantar (1965).

En 1968, participó en los grandes elencos de las comedias Coche cama alojamiento y Somos los mejores, de Julio Porter y Federico Padilla, respectivamente, y en el musical para chicos, integró el elenco de Juguemos en el mundo (1971), único film de María Herminia Avellaneda, con guión de la insuperable María Elena Walsh, donde compuso a Dalmacio.

En 1978, participó en Yo también tengo fiaca, de Enrique Cahen Salaberry; y en los 80, en Abierto de 18 a 24. Tras un nuevo paréntesis, formó parte del film Delito de corrupción (1991), de Enrique Carreras.

Posteriores fueron sus internacionales en La peste (1992), de Luis Puenzo, donde encarnó al hombre de los gatos, y en De eso no se habla (1993), de María Luisa Bemberg.

Sus ultimas películas fueron Sol de otoño (1996), El juguete rabioso (1998), Loco, posee la fórmula de la felicidad (2001) e India Praville (2003), de Mario Sábato.

En 1988, Jorge Luz fue premiado por su labor en Abierto de 18 a 24, y en 2007 recibió el Cóndor de Plata a la Trayectoria, de manos de la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina.

En televisión, también tuvo una destacada carrera con El humor de Niní Marshall y en especial, en 1987, con el programa Las gatitas y ratones de Porcel, donde nació su personaje La Porota, en el sketch  compartido con el anfitrión del programa.

Dupla inolvidable

“La Tota y la Porota”, Jorge Porcel junto a Jorge Luz en el recordado sketch.

Jorge Luz regresó a la televisión luego de muchos años, en 1987, como figura de Las gatitas y ratones de Porcel, donde nació su personaje La Porota, dentro del sketch “La Tota y La Porota”, compartido con el capocómico Jorge Porcel, por entonces uno de los nombres convocantes de la pantalla chica. El número fue tan exitoso que en 1994 volvió en La Piñata y devino luego en programa independiente: La Tota y La Porota, con Luz como La Porota, una “bienuda” de barrio algo boca sucia, que junto con La Tota (Porcel) chusmeaban mientras la primera limpiaba la vereda, ciclo que contaba con la participación de personajes famosos. Con el correr de los envíos, el programa se convirtió en un clásico, y se hizo famoso por los comentarios fuera de libreto que aportaba Luz a su entrañable personaje.

Cinco talentos para recordar

La gran oportunidad artística de Jorge Luz llegó en los años 40 de mano de la comedia, al sumarse al grupo conocido como Los Cinco Grandes del Buen Humor, junto a los actores y humoristas Zelmar Gueñol, Rafael Pato Carret, Guillermo Rico y Juan Carlos Cambón.

Un pasaje de la recordada película “Locuras, tiros y mambos”, de 1951.

El éxito de la compañía, que replicaba un humor emparentado al de los Hermanos Marx, abarcó tanto el teatro, como la  radio y el cine, y le permitió a Luz participar de giras latinoamericanas y europeas, acompañando los estrenos de sus inolvidables películas.

Con este grupo, se destacó en Cinco grandes y una chica (1950), Cinco locos en la pista (1950) y Fantasmas asustados (1951). De esa exitosa serie son también Locuras, tiros y mambos (1951), La patrulla chiflada (1952), Vigilantes y ladrones (1952), Trompada 45 (1953) y Desalmados en pena (1954).

Con la misma formación, rebautizada luego como Los Grandes del Buen Humor, hizo además Veraneo en Mar del Plata (1954), Los peores del barrio (1955), África ríe (1956) y El satélite chiflado (1956).

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