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Adiós a la escultural Virna Lisi

La diva que inspiró a Luca Prodan, falleció a los 78 años, en su casa de Roma. Trabajó en películas como Eva, La bambole, Señoras y Señores y La Reina Margot, de Patrice Chéreau.

La actriz Virna Lisi, diva del cine italiano que trabajó a las órdenes de grandes realizadores como Liliana Cavani y Joseph Losey, murió hoy a los 78 años en su casa situada en Roma, a causa de un tumor que le fuera detectado hace un mes.
La musa rubia nació en la ciudad de Ancona en 1936, participó decena de filmes en su país de nacimiento y también en Hollywood y Francia, donde fue galardonada como mejor intérprete durante el Festival de Cannes de 1994, por su interpretación de Catalina de Médici en el filme «La reina Margot» de Patrice Chéreau, rol por el cual también recibió el premio César.
Lisi fue una de las seductoras de la pantalla grande de Italia en la década del ’60, junto a las actrices Gina Lollobrigida, Sofía Loren, Silvana Mangano y Claudia Cardinale, capaz de despertar pasiones en el público y hasta el cantante Luca Prodan, le dedicó unn acanción llamada «TV Caliente» que se encuentra en el segundo en el segundo disco de la banda local Sumo.
Su talento la llevó a trabajar en películas importantes para el cine de autor como «Eva» de Joseph Losey (1962), «La bambole», producción en episodios de Dino Risi y «Señoras y señores» de Pietro Germi, ambas realizadas en 1965, además de haber filmado con directores de la talla de Agnés Varda y Terence Young .
La película «Cómo matar a su propia esposa», de Richard Quine (1965) la llevó a rodar en Hollywood y el actor Jack Lemmon fue su dupla protagónica en aquel filme, mientras que al año siguiente compartió elenco con Frank Sinatra en la cinta «Asalto al Queen Mary».
Su última aparición en el cine fue en «El día más bello de mi vida» (2002), dirigida por Cristina Comencini, pero continuó su carrera participando en diversas series televisivas.
El fallecimiento de la actriz se produjo 14 meses después de la muerte de su marido, el arquitecto Franco Pesci, quien fue su compañero por 53 años y llegó a la presidencia del club italiano de fútbol Roma. Ambos conformaron una pareja, símbolo de la modernidad en la Italia de posguerra

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