El Registro Nacional de Armas y Explosivos (Renar) destruyó ayer, en la localidad bonaerense de Campana, 7 mil armas obtenidas por el Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego, que ya sacó de circulación más de 160 mil, desde su implementación en 2007. Cabe recordar que la persona que entrega el arma recibe en compensación un cheque al portador de 200 a 600 pesos, según el calibre del arma.
La mayor parte de las armas recolectadas por el plan nacional fueron finalmente fundidas, aunque en el mismo momento de ser recibidas son inutilizadas y compactadas.
Según datos oficiales del Renar, las armas más entregadas voluntariamente fueron revólveres calibre 22, 32 y 38, y pistolas calibre 22 y 9 milímetros.
El operativo de destrucción de armas realizado ayer, el segundo que se realiza este año, se efectuó bajo la supervisión del director del Renar, Matías Molle, y el subsecretario de Gestión y Control Registral, Ernesto Kreplak.
Molle rescató “los valores de una sociedad que entrega las armas” y aludió a que en el marco del programa nacional de desarme “también se realizan talleres en las escuelas”, para alertar desde edad temprana sobre la peligrosidad que implica estar armado en los hogares.
El funcionario explicó que “todas las armas que son dadas de manera anónima son destruidas en el instante de la entrega y posteriormente se procede a la fundición”, destinando el material obtenido a recaudar fondos para ayudar a la Fundación del hospital Garrahan.
En tanto, aclaró que “si bien se mantienen en el anonimato los datos de quienes voluntariamente entregaron las armas, en el caso de que alguna de las mismas tenga pedido de secuestro se la destruye pero no va a fundición”.
Por su parte, Kreplak sostuvo que “Argentina es uno de los países más avanzados en materia de control de armas” y rescató “las políticas de destrucción de armas en manos de civiles”.
Reiteró que “la entrega de armas es anónima” y explicó que “las personas que la realizan reciben como compensación un cheque al portador de 200 a 600 pesos, según el calibre del arma entregada”.
Las armas que se destruyeron en la jornada provienen de distintos puntos del país y fueron recolectadas en puestos fijos de delegaciones del Renar y puestos móviles ubicados especialmente.
El método utilizado para la destrucción de las armas se realiza primero triturándolas y luego se funden, siguiendo distintos parámetros industriales.