La crisis y la corrida cambiaria impactaron de lleno en medio del discreto desempeño del gobierno nacional. Y a falta de respuestas, el presidente Mauricio Macri acudió desesperado al salvavidas del Fondo Monetario Internacional (FMI) para capear el temporal. Pero el salvataje de 50.000 millones de dólares no será gratis, el organismo planteó una serie de requisitos a cumplir para ir desembolsando los fondos. El acuerdo prevé una serie de metas fiscales, de precios y de reservas internacionales que, según la proyección del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortíz (Ceso) serán “de difícil cumplimiento” por lo que el flujo de dólares podría peligrar.
Entre los requisitos que planteó el FMI para ir destrabando los dólares a lo largo de los 36 meses que dura el acuerdo stand-by, Argentina deberá tener una inflación no mayor a 27% (que se podría extender a 32%) al finalizar este año, un déficit primario de hasta 362.500 millones de pesos (2,7% del PBI) e incrementar las reservas en 5.550 millones de dólares (que al momento del acuerdo eran de 49.933 millones de dólares); todo ello en un marco de ajuste y flexibilidad cambiaria.
“El resultado de nuestras proyecciones es que el cumplimiento de las metas pactadas con el FMI descansa sobre escenarios de difícil cumplimiento”, evaluó el informe de Ceso.
Inflación
La inflación proyectada por Ceso es del 36%, por lo que “el cumplimiento de la meta pactada con el fondo se produciría sólo en un escenario muy optimista”, expresó el centro de estudios que lidera Andrés Asiaín.
“El nivel de precios argentino vuelve a recibir la presión de una drástica variación del tipo de cambio, en este caso superior al 50% interanual y con una enorme incertidumbre acerca de la evolución futura de la divisa en el marco de la política de tipo de cambio flexible acordada con el FMI”, indicaron.
“En la Argentina las devaluaciones suelen tener un fuerte impacto inflacionario. En la actualidad la dolarización de las tarifas llevada adelante por el gobierno de Cambiemos deja poco margen de maniobra en ese aspecto, potenciando el aumento de costos que conlleva el aumento del dólar. La gran apuesta del gobierno parece ser la licuación de salarios reales, siendo el sector de los trabajadores quien absorba el ajuste de precios relativos”, evaluaron desde Ceso.
Déficit
El acuerdo con el FMI implica reducir 164.533 millones de pesos el déficit primario en 2018. “Parte de ese ajuste será realizado por el efecto directo e indirecto de la devaluación sobre las cuentas públicas”, reveló el informe ya que el “incremento en la recaudación por derechos de exportación e importación al calor de la suba del dólar, junto a la mayor recaudación impositiva por la aceleración de la inflación, los ingresos públicos mejoran en aproximadamente 124.586 millones de pesos”.
Pero en ese mismo período “la partida de gastos primarios se incrementa 83.350 millones de pesos” por lo que “resta ajustar gastos por 123.897 millones de pesos para cumplir con las metas fiscales pactadas con el fondo”.
Esa reducción remanente, el gobierno macrista intentará descargarla sobre “las provincias, la obra pública y los trabajadores del Estado”. “Los tres escenarios tienen sus costos, ya sean en la relación política con los gobernadores, en el resentimiento de la actividad económica como en la conflictividad gremial”, evaluaron.
Reservas
En un escenario “muy optimista” donde caigan las importaciones por la recesión y la devaluación haga que entren más dólares por turismo de los que salen, permita “eliminar el déficit de cuenta corriente (excluyendo los intereses a pagar por la deuda)”; sumado “al ingreso de divisas por el crédito del FMI y otras colocaciones de organismos internacionales, permitirían cerrar 2018 cumpliendo con la meta de incremento de reservas pactada con el fondo”.
“Sin embargo, aún bajo ese escenario muy optimista, los abultados vencimientos de deuda de 2019 junto a la disminución del monto del crédito del FMI, mermarían las reservas sino logra restablecerse el acceso a los mercados voluntarios de deuda. En ese caso, las reservas terminarían en 2019 con niveles a los 46.000 millones de dólares, incumpliendo la meta fijada con el organismo”.
En tanto, un escenario más negativo donde “el préstamo del FMI no logra restablecer la pax cambiaria y la fuga de capitales continúa”, haría que las reservas volvieran a “un nivel similar al del momento de asumir Mauricio Macri en 2015, aunque dejando a su sucesor, vencimientos de deuda externa mucho más abultados”.