En marzo comenzó de a poco a implementarse la deducción de alquileres del impuesto a las Ganancias. Pero las dudas surgen y ya se plantean escenarios que podrían complicar la extensión de la iniciativa, dificultando así la situación de los inquilinos. Además, los cambios que planteó el gobierno nacional provocarán rispidez con los propietarios.
Desde marzo, los inquilinos ya pueden cargar en la web de la Afip sus contratos y las facturas que los propietarios les entreguen en concepto del pago. Desde ahí estarán habilitados para deducir de Ganancias hasta el 40% de lo que abonen por renta, con tope de 51.967 pesos anual.
A modo de ejemplo, si la locación fue pactada en 6.000 pesos por mes al dueño del inmueble la flamante iniciativa le representará un costo extra de cerca de 12.000 pesos de Ganancias e Ingresos Brutos –si es monotributista–.
Los inquilinos, en cambio, podrán deducir en ese caso 2.400 pesos mensuales y hacerse de un ahorro de 18.000 pesos por año (si tributan el 35%). El régimen es retroactivo a enero y apunta a blanquear los acuerdos pactados por alquileres.
Lo difícil
Tras el anuncio y con el correr de los días (sobre todo a partir de conocerse cada vez más detalles) fueron surgiendo dudas y escenarios que podrían complicar la aplicación y extensión de la iniciativa.
En diálogo con El Ciudadano, Ariel D’Orazio, integrante de la Oficina Municipal de Defensa al Consumidor y la Concejalía Popular, una ong que pugna por los derechos de los inquilinos, estimó que en Rosario entre el 15 y 20 por ciento de las personas que alquilan pagan Ganancia. Pero el 90 por ciento de los inmuebles se renta en negro.
“Ahora el inquilino va a tener que subir su contrato a la plataforma de la Afip que se va a crear para esto. Y eso incluye la factura y no el recibo, que para este caso no van a tener validez. El problema es que la mayoría de los propietarios opera en negro entregando sólo recibos a través de la inmobiliaria. Así, la medida va a generar que el inquilino quede expuesto ante el propietario y eso seguro va a dañar la relación”, explicó.
Incluso, D’Orazio mencionó que con el tiempo también podría darse la situación de que las inmobiliarias comiencen a “investigar” previamente a los posibles inquilinos e ir desechando a los que paguen Ganancias y potencialmente busquen pedir la deducción.
“Otra hecho plausible es que obliguen al inquilino a pagar el costo del blanqueamiento del contrato. Es decir, los gastos impositivos que corresponden al propietario, como el monotributo, Bienes Personales o Ganancias”, agregó.
Según D’Orazio para evitar este tipo de situaciones debería existir un único lugar de registros locativos en un sitio oficial del Estado. “Eso blanquearía totalmente el mercado y también sería útil para erradicar las cláusulas abusivas”, señaló.
Para los dueños
En tanto, para los dueños la situación también se modificará radicalmente a partir del nuevo régimen.
Desde la Cámara Inmobiliaria Argentina, su gerente, Carlos Cansinos, aseguró que los efectos de la medida oficial comenzarán a observarse con fuerza al finalizar los contratos vigentes.
“Los propietarios abrirán el paraguas ante un cambio de este tipo”, apuntó en diálogo con el portal irofesional.com, al tiempo que consideró que las consecuencias de la normativa se harán más visibles cuando propietarios e inquilinos se sienten a renegociar convenios.
“El inquilino no querrá perder el beneficio de Ganancias, pero eso implicará que el propietario tenga que asumir nuevos costos. Habrá tironeos entre las partes”, anticipó.
Detalles de la ley
La ley 27.346 que introduce cambios en Ganancias aclara que se podrá deducir por alquileres un inmueble siempre y cuando el contribuyente no resulte titular de ningún otro.
En concreto, quien sea propietario de un lote o de una cochera no podrá hacer efectiva la deducción, ni tampoco si es dueño de cualquier tipo de unidad, aunque sea mínimo ese porcentaje.
En cuanto a la operatoria para llevar a cabo la deducción, el inquilino debe realizar un trámite online a través del sistema de la Afip Siradig, que ya está disponible desde marzo, si bien el beneficio es retroactivo a enero de 2017.
El contribuyente deberá subir al sistema el contrato de alquiler en PDF y mensualmente cargar los datos de la factura del alquiler: número, fecha, valor y CUIT del emisor que deberá coincidir con el locador que figure en el contrato.
La rentabilidad de los dueños se achica, y los costos suben
José Rozados, de Reporte Inmobiliario, una organización que investiga el mercado, sostuvo que el nuevo marco normativo repercutirá negativamente en la rentabilidad que obtienen los propietarios.
“Significará un aumento del costo para los dueños. Si no estaban inscriptos, deberán afrontar el monotributo o, en todo caso, deberán tributar Ganancias tras blanquear sus ingresos derivados de la locación”, expresó.
En este contexto Rozados adelantó que los propietarios apelarán a incluir en los nuevos contratos (en algunos casos de manera solapada) la mayor erogación asociada con el blanqueo. En otras palabras, advirtió que se encarecerán los alquileres. “El inquilino podrá descontarlos de Ganancias, pero los dueños tratarán de mitigar el mayor costo aumentando el pago mensual”, aseguró.
Si bien reconoció que la medida “es correcta desde el punto de vista tributario”, pronosticó que esos aumentos serán consecuencia de esta iniciativa que, en su opinión, es “complementaria al blanqueo”.
“Quienes alquilan querrán deducir sumas que son muy importantes en términos anuales, lo que los llevará inevitablemente a querer contar con un contrato regularizado. Y si ese inquilino se planta y le exige al propietario que se inscriba y que le entregue las facturas, lo que puede ocurrir es que muchos dueños opten por no renovarle los acuerdos”, explicó, en línea con las palabras de D’Orazio.